¿El tiempo está loco? 22-6-03
La mañana del viernes resultó ser especial en materia meteorológica. Las temperaturas parecían acordes a la primavera o el verano, pero el viento con ráfagas de más de 70 km/h sobre el Alto Valle ya se hacía presente. Hacia el mediodía la temperatura comenzó a bajar bruscamente, para anotar las mínimas de la jornada hacia la noche.
¿Qué estaba ocurriendo con el tiempo? Durante las primeras horas del viernes un frente frío se ubicaba sobre el centro de la provincia de Río Negro, y se desplazaba lentamente hacia el norte. Por delante de este frente, el viento del noroeste comprimía fuertemente al aire sobre la superficie frontal, lo que generaba un aumento en las temperaturas.
La intensidad del viento en superficie ayudaba a ese fenómeno. Este proceso era acompañado por algunas lluvias.
La magnitud de lo que ocurría se observaba en las diferencias de temperaturas. Hacia las 11 de la mañana, sobre el Alto Valle las temperaturas rondaban los 19 grados, y al sur del frente, del lado frío, la temperatura no superaba los 6 grados con sensación térmica que en algunos puntos alcanzaban los 7 grados bajo cero.
Luego del pasaje del sistema, una masa de aire frío se estableció sobre el norte de la Patagonia, dando lugar a algunas nevadas sobre la cordillera. De todas formas se mantuvieron vientos regulares a fuertes. Ayer sábado, la aproximación de una nueva perturbación desde el océano Pacífico, hizo que los vientos rotaran del oeste al sector norte.
La corriente en chorro es una corriente de vientos máximos que rodea el Polo en latitudes medias. El vuelo de los aviones en la última guerra fue lo que posibilitó reconocerlos, y desde allí, posteriores estudios demostraron que su intensidad, ubicación y disposición está muy relacionada con los fenómenos de tiempo en superficie. Corrientes en chorro muy intensas por lo general se asocian a situaciones adversas en superficie. La situación de los últimos días, de hecho fue potenciada por una línea de vientos máximos extremos en altura sobre el norte de la Patagonia, con intensidades que sobre los 10 km de altura superaban los 300 km/h
Enzo Campetella
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