El triste final de un mensaje de unidad
La violencia fue más y los clubes cortaron relaciones. Hoy, cara a cara en el CF Independiente y Cipolletti.
NEUQUEN (AN).- «Tenemos que ser solidarios entre las instituciones, ayudarnos mutuamente con nuestros problemas, es la única forma que valdrá la pena». El último día de agosto del año pasado, y a las puertas del inicio del Apertura del Argentino B, Julio Arriaga y Juan Carlos Occhionero, presidentes de Cipolletti y Deportivo Roca, brindaron una conferencia de prensa para ofrecer una imagen de integridad y unión frente a no sólo la reedición de un clásico 'freezado' por años, sino también en la entrada a un torneo que se abría como sumamente conflictivo.
Pero el tiempo pasó y el mensaje quedó en el olvido, manchado por sucesivos hechos de violencia que separaron definitivamente a Cipolletti, Roca y también Independiente. A ellos se le sumaron Cruz del Sur, que también tuvo problemas con neuquinos y roquenses, y Alianza, protagonista de incidentes cuando lo visitó el 'albinegro'.
Por eso esta tarde Arriaga y Gastón Sobisch, el titular del 'rojo', deberán encontrarse cara a cara en las oficinas del Consejo Federal para llegar a un acuerdo económico luego de los enfrentamientos que se desataron en la cancha neuquina y que acabaron con destrozos de todo tipo, la suspensión del partido, los puntos para el local (fallo inédito para la región) y un arsenal de denuncias cruzadas.
¿Qué pasó con el concepto de 'solidaridad' que se pregonó de entrada? Se fue literalmente por las alcantarillas. Los violentos pusieron manos a la obra y trastocaron el discurso de los dirigentes, que así abandonaron la actitud conciliadora para comenzar con la beligerancia.
Hace dos semanas, y cuatro meses después de aquella conferencia de prensa, los dirigentes 'albinegros' acusaron a sus pares 'naranjas' hasta de recibirlos con «bosta de caballo» debajo de la tribuna. El primer cachetazo a la unidad se produjo antes, también en el Luis Maiolino, durante un partido (la vuelta del Apertura) que tuvo de todo menos fútbol: incomodidad para la visita, choque de hinchadas y hasta el saqueo de una vivienda.
Cada parte, como sucedió más tarde entre Cipolletti e Independiente, quiso salvarse acusando al rival de no cumplir con lo pactado.
Incluso el Consejo Federal medió en el conflicto, luego de la suspensión en la cancha 'roja', durante una reunión que terminó en un buen reto para las dirigencias. Claro, el quiebre ya no tenía vuelta atrás, y en el caso de Independiente y Cipolletti se tornó irreversible. Lo cierto es que nadie practica el mea culpa y cada uno busca llevar agua para su molino.
La triste historia tendrá un nuevo capítulo esta tarde (a partir de las 18), durante una 'conciliación obligatoria' en las oficinas del Consejo Federal. Sobisch reclama 24 mil pesos por los destrozos en su cancha, Arriaga dice que es menos… Pero la crisis es más profunda, aunque casi todos los involucrados se hagan los distraídos y el fútbol siga rodando.
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