El turista espacial volvió feliz a la Tierra

«Llego directamente del paraíso», dijo el millonario Tito al aterrizar.

ASTANA, Kazajstán .- «Ha sido grandioso, lo mejor de todo. Era paradisíaco, llego directamente del paraíso», dijo, extasiado, el sexagenario estadounidense que logró con sus millones convertirse en el primer turista espacial de la historia.

Dennis Tito completó ayer su histórico viaje cuando la nave rusa Soyuz aterrizó en las estepas de Kazajstán tras ocho días en el espacio.

Tito, el multimillonario estadounidense de 60 años y los cosmonautas rusos Talgat Musabayev y Yuri Baturin aterrizaron a las 02.41hora argentina a bordo de la nave espacial rusa Soyuz.

El aterrizaje, que se desarrolló dentro del horario previsto, fue perfecto.

Como es costumbre en Kazajstán, Tito y sus dos compañeros recibieron una manzana cada uno como regalo de bienvenida.

Tito, cuya aventura abrió una pequeña crisis entre EEUU y Rusia, trató de hacer malabares con la manzana pero se le cayó al suelo. «Ven, estoy todavía demasiado acostumbrado a la falta de gravedad. Pero he disfrutado muchísimo este viaje. Por fin he realizado mi sueño», dijo riendo.

Mientras los dos cosmonautas profesionales, que parecían en plena forma, iban a pie hasta un hospital cercano para hacerse un chequeo, Tito tuvo que ser trasladado en una silla de ruedas. Después, el trío se fue en helicóptero hasta la capital de Kazajstán en la estepa, Astana, para ser presentado al presidente Nursultan Nazarbayev, que les saludó con un gran abrazo.

Tito, cuyos movimientos sufrían todavía aparentemente de cierta descoordinación, tuvo que ser ayudado por un joven.

Luego, los astronautas profesionales y el «novato» Tito viajaron a Astaná y desde allí a la Ciudad de las Estrellas, en las afueras de Moscú, donde Tito se entrenó ocho meses.

La rehabilitación

Durante dos semanas, Tito recibirá una rehabilitación en este centro de preparación de astronautas, y después podrá hacer públicas sus grabaciones y fotografías de la vida en órbita, y de sus experiencias como «camarero» eventual en la estación, que le ganaron el aprecio y simpatías de sus compañeros.

«Mi experiencia personal ha sobrepasado todos mis sueños» contestó Tito.

A pesar de que Tito sufrió ciertos malestares durante sus primeros días en órbita, no se informó el ayer de mala salud de parte del turista espacial.

La oficina espacial rusa Rosaviakosmos ignoró las escandalosas protestas de su organismo homólogo estadounidense, NASA, que argumentaba que no había lugar para un aficionado espacial de 60 años de edad en una estación que todavía estaba en construcción.

El jefe de la NASA, Daniel Goldin, dijo que la presencia de Tito a bordo del proyecto de 95.000 millones de dólares creaba tensión a los controladores de la misión y la tripulación de la EEI. Dijo que planeaba cobrar una compensación a Rusia por el tiempo perdido.

Yuri Semyonov, cuya corporación Energiya fabricó la sección rusa de la EEI, acusó a la NASA de crear una «cortina de hierro» en el espacio al excluir a Tito de sus compartimentos en la estación.

Funcionarios espaciales de Rusia dijeron que el aterrizaje se realizó sin percances y que esto concluyó el controversial viaje de Tito, quien pagó al programa espacial ruso unos 20 millones de dólares por un asiento para realizar el viaje. (Reuters / Télam)

Otro millonario dispuesto a imitar a Tito

NUEVA YORK (ANSA).- El millonario estadounidense Dennis Tito, quien acaba de regresar de su aventura espacial convirtiéndose en el primer turista del cosmos, ya tiene un colega autodidacta dispuesto a imitarlo.

Se trata de Brian Walker, quien hizo una fortuna creando juguetes y que está dispuesto a hacer todo por sí solo: él mismo construyó un cohete, adquirió el traje espacial de los rusos y en varios meses intentará despegar desde un lago seco de Oregon.

Walker, de 44 años, es un científico autodidacta dispuesto a demostrar que se transformó en un experto en cuestiones del espacio. Luego de haber ganado millones de dólares inventando juegos tecnológicos para niños, dedicó varios años de su vida a proyectar y construir el «Earthstar 1», el cohete con el cual quiere volar al espacio dentro de algunos meses.

La construcción del cohete le demandó 250.000 dólares, a los cuales debió sumar otros 70.000 dólares para adquirir el traje espacial de los rusos, y otros miles para realizar una rampa de lanzamiento de 60 metros en el centro de Oregon.

«Mi misión es demostrar lo que una persona puede hacer por sí sola», declaró, y agregó que según sus proyectos, los 12 motores del cohete lo dispararán al espacio a una velocidad que cuadriplicará a la del sonido.


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