El viento ya produjo daños a la cosecha que viene

ALLEN (AA).- El fuerte temporal de vientos que azota desde los últimos días a la región tiene a maltraer a los productores, que nada pueden hacer para evitar el tan dañino «rameado» que afecta la calidad de sus frutas.

Sin embargo, las fuertes ráfagas no sólo dejan sus huellas en las pequeñas peras y manzanas por las marcas que originan los roces y las quebraduras de ramas, sino también complica el panorama sanitario dado que las aplicaciones de los agroquímicos destinadas a combatir las plagas, no pueden realizarse en tales condiciones.

En la zona rural del Alto Valle los productores comienzan a ver nuevos daños en sus frutos a raíz del ventarrón, que en muchas áreas ve allanado el camino ante la inexistencia de cortinas de álamos. «Tuvimos épocas tan malas los chacareros que algunos salimos a cortar los álamos para poder hacer unos pesos y ahora nos ponemos a llorar», admitió ayer un chacarero de la zona.

Según coincidieron algunos productores de la Cá

mara de Fruticultores de Allen, que nuclea a integrantes del sector desde Guerrico hasta Fernández Oro, los daños en la fruta causados por el viento «ya están a la vista» y «lo que más nos preocupa es la calidad que van a tener las peras», señalaron.

«La pera es la niña bonita de las frutas y este año primero nos cayó la helada, y ahora esto, así que no sabemos qué es lo que va a quedar en pie», expresó Carlos Moretti, un productor de la zona de Guerrico.

Entre las peras, las variedades que más están sufriendo los vaivenes climá

ticos son la William's y la D'Anjou, se apuntó desde el ente local, porque son los cultivos más delicados a esta altura de la temporada.

«Tienen la piel muy delicada las peras y enseguida se marcan. El roce entre ellas mismas o de una hoja un poco seca ya las marca y pierde calidad de exportación. Cuando crece esto se acentúa y los precios que se pueden obtener son más bajos», se indicó.

Hasta el momento, los efectos del rameo son temidos por los chacareros pero también preocupa la caída de los frutos.

«No vemos por ahora mucha caída, por suerte, pero lo que sí se ve en las chacras es la pérdida de fruta que quedó afectada por la helada, algunas peras sin semillas que se están cayendo con el viento, y no van a servir ni siquiera para industria», lamentó Joaquín Hernández, quien posee cultivos en el área de la costa allense, en Guerrico y en cercanías de J.J. Gómez.

Sumado a esto, las escasas posibilidades de llevar adelante las curas facilita el ataque de la carpocapsa, plaga que se intenta mantener a raya para evitar mayores daños a las peras y manzanas del Valle.

Por otra parte, el viento reinante en esta parte de la Patagonia volvió a generar trastornos en la Región Sur. Toda la tarde y hasta la noche no hubo servicio eléctrico a raíz de la caída de algunos postes lejos de las localidades. Pasadas las 23 de anoche no había sido reestablecido el servicio en esa zona, que también padeció un corte en la mañana.