Los extraterrestres buenos existen y acá te los mostramos
Los extraterrestres, en el cine, no siempre quieren dominar la Tierra. A veces llegan de manera pacífica, para intercambiar dones o penurias con los humanos. Hacemos un repaso de la películas en las que los aliens no tiene espíritu destructivo.
Los extraterrestres buenos existen y acá te los mostramos
Cómo no mencionar a uno de los extraterrestres más populares: “E.T.”
En los cines de Bariloche y Neuquén todavía está en cartelera la excelente película “La llegada” (Arrival, 2016), dirigida por el talentoso realizador canadiense Denis Villeneuve. La trama gira en torno de doce naves alienígenas que aterrizan a lo largo y ancho del planeta. Nadie sabe cómo comunicarse con los visitantes ni cuál es el motivo de su visita. El gobierno de los Estados Unidos decide entonces reclutar a la reputada experta en lingüística Louis Banks (Amy Adams) con el fin de descifrar y traducir un mensaje que los extraterrestres intentan transmitir a la humanidad y que no se ha dado a conocer al público todavía. Louise viajará hasta Montana -en donde se encuentra la nave que aterrizó en ese país- junto al científico Ian Donnelly (Jeremy Renner), para intentar establecer una comunicación con los aliens. Juntos intentarán encontrar las respuestas a este sorprendente suceso que podría cambiar el futuro del mundo para siempre.
Ha pasado muchísimo tiempo desde la década dorada del cine de ciencia ficción, allá por los años cincuenta. Si bien ese boom estaba emparentado de alguna manera con la simbología de que los alienígenas eran la representación del comunismo, y que la gran mayoría de los filmes mostraba a los extraterrestres como invasores que venían a saquear el planeta, o acabar con la humanidad o llevarse todos los recursos, la verdad es que el género se convirtió en uno de los preferidos del público mundial en general. Dejando de lado estos ejemplos, que son divertidos e interesantes también, decidimos buscar esas películas en donde los visitantes vienen con buenas intenciones y con ganas (vaya uno a saber por qué) de hacer buenas migas con nosotros, los seres humanos.
No son tantas como podría parecer, pero hay algunas que son realmente maravillosas.
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Tenemos que empezar, por supuesto, con “E.T., el Extraterrestre” (E.T. the Extra-Terrestrial, 1982), este gran clásico en donde un pequeño ser de otro planeta quedaba atrapado en la Tierra cuando su nave emprendía el regreso a su planeta. Completamente solo y con miedo, depositaba toda su confianza en un niño que lo escondía en su casa.
Otro gran exponente es “Contacto” (Contact, 1997), sobre una científica que se obsesiona con encontrar señales del espacio exterior que demuestren la existencia de inteligencia extraterrestre. Su trabajo se ve recompensado cuando detecta una que parece contener las instrucciones de la fabricación de una máquina que permitiría reunirse con los autores del mensaje.
La obsesión de Steven Spielberg con los extraterrestres se había iniciado antes con “Encuentros Cercanos del Tercer Tipo” (Close Encounters of the Third Kind, 1977): un hombre experimenta un encuentro con unos objetos luminosos voladores. Pero ese hecho termina obsesionándolo, tratando de comprender qué es lo que vio. En su búsqueda, se encuentra con una mujer que vivió los mismos hechos y juntos intentan encontrar una respuesta al misterio que alteró sus vidas. Al mismo tiempo, un grupo de científicos internacionales, empieza a investigar las apariciones de ovnis y otros extraños fenómenos.
Se suma a esta lista “El abismo” (Abyss, 1989), filme sobre un equipo de científicos de una instalación petrolífera que es contratado por la Marina norteamericana para llevar a cabo la operación de rescate de un submarino nuclear atrapado, en extrañas circunstancias, en el fondo del mar. Muy pronto se dan cuenta de que algo muy extraño está sucediendo en las profundidades abismales del océano.
En “Starman” (1984) un ser del espacio exterior llega a la remota cabaña de una joven viuda cuando derriban su nave espacial. Allí toma la apariencia del difunto marido de la mujer y la convence para que lo lleve hasta donde se encuentra su nave nodriza, ya que si no llega antes de tres días morirá.
En el “Día que paralizaron la Tierra· (The Day the Earth Stood Still, 1951) una nave extraterrestre llega a nuestro planeta con la misión de entregar a los hombres un importante mensaje. El mundo entero queda conmocionado el día en que, sin previo aviso, un platillo aterriza en Washington y de él sale Klaatu, un alienígena de aspecto humano acompañado de Gort, un amenazante robot. La petición que Klaatu hace a todos los gobernantes del mundo es rechazada. Así las cosas, decide observar cómo viven los humanos y, para ello, se hospeda en la casa de una mujer, madre de un chico con el que Klaatu entabla amistad.
Un comedia clásica de los ochenta fue “Mi novia es una extraterrestre (My Stepmother Is an Alien, 1988), sobre un científico obsesionado con la vida en otros planetas que un día envía una señal al espacio que es recibida en un extraño planeta en vías de extinción. Desde allí, y para sacarle información, envían a una extraterrestre con el aspecto de una hermosa mujer.
En el caso de “Misión Aliens” (Alien Nation, 1988), en el futuro la Tierra ha sido colonizada, en parte, pacíficamente por extraterrestres, que comparten con los humanos un modo de vida en el que se mezclan continuamente. Llegaron en una nave y, tras serles concedido asilo por parte de las autoridades, los alienígenas se integraron rápidamente en la sociedad, pese al recelo de una parte de los humanos. Un policía que no siente ninguna simpatía por los “recien llegados”, cuando su compañero es abatido por uno de ellos, tiene que trabajar con su par alienígena para llegar al fondo del asunto e intentar atrapar al asesino de su compañero, un peligroso extraterrestre metido en un asunto muy turbio.
Y para terminar este hermoso repaso, recordamos a “Cocoon” (1985): un grupo de ancianos descubre la fuente de la eterna juventud. El único problema es que el lugar mágico pertenece a un grupo de extraterrestres, y desconocen si sus intenciones son amigables.
Este es un pequeño listado de algunas obras en el que los pobres aliens no tratan de borrarnos de la faz de la Tierra, ni usarnos como alimento, ni hacerse pasar por nosotros para conquistarnos. Cuando vengan en son de paz, habría que mostrarles algunos de estos ejemplos para que vean en la alta estima en que los tenemos.
Aliens “argentos”
Aliens “argentos”
También tenemos algunos ejemplos de películas argentinas como “Hombre mirando al sudeste” (1986), sobre un médico psiquiatra que trabaja en un hospital adonde llega un joven que dice ser un ser de otro planeta. El galeno lo trata como paranoico, pero el hombre irá introduciéndose en su vida, haciéndolo dudar de si realmente está loco, con lo que, sutilmente, lo obliga a replantear su vida y profesión.
En el tono comedia tenemos “Los extraterrestres” (1983), con dos atolondrados camareros de un hotel que descubren a un pequeño ser extraterrestre… Que les da una mano para conseguir chicas. Si la anterior era un “homenaje” a E.T., “Las locuras del extraterrestre” (1988) presentaba al ALF argento. Esta comedia infantil mostraba la amistad de un ser extraterrestre llamado GLUT, una mezcla de humano y animal con extraordinarias capacidades de comunicación; y un niño con dificultades en el habla.
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