Elogios para David
PARIS (Por Pablo Perantuono) – Gastón Gaudio acaba de logar el triunfo más importante de su historia tenística. Y no lo hizo de cualquier forma, sino subido al lujoso andar que alcanza su tenis cuando los planetas de su mente parecen alinearse. Pero como era de esperar, no se muestra exultante. ¿Será un gesto de madurez, u otra muestra más de su siempre discreto entusiasmo?
«Río Negro» comienza a preguntarle pero sus respuestas son moderadas:
¿Fue el mejor partido de tu vida?
– Jugué bien, realmente bien. Entré un poco nervioso y al comienzo tuve algunas dudas, pero después hice muy bien las cosas.
¿Donde estuvo la clave del partido?
– En que los dos ya nos conocíamos, mucho.
¿Qué cambió para que alcanzaras la semifinal de un Grand Slam?
– De a poco voy madurando. No me hago tanto problemas por cosas que no lo merecen. Me ayudó trabajar con mi psicólogo. Antes me preocupaba dos días antes del partido, en vez de disfrutar del momento. Igual, todavía me pasa que después que pierdo tengo ganas de irme a mi casa y no jugar más.
O sea que la batalla que encarás ahora es espiritual y anímica, porque los golpes los tenías…
– Sí, ahora disfruto más, estoy más relajado, le encuentro placer al hecho de jugar al tenis.
Finaliza el diálogo con «Río Negro» y un periodista inglés le pregunta por David Nalbandian, su por entonces posible, ya que estaba jugando en ese momento, rival en semifinal. Gaudio sorprende con su tono sentencioso: «Para mi David es el jugador más completo del circuito». «Perdón», carraspea un periodista inglés. «¿Más completo que Federer?», pregunta. «Federer para mi es un genio, pero David es el más completo», concluye.
Para el final, deja un puñado de deseos: «Me gustaría ser 'top ten', claro», primero. Luego, otra de cuño futbolero: «Para mi David y Coria son los galácticos. Nosotros, Zabaleta, Cañas, Calleri… somos el Valencia».
Nota asociada: Gaudio toca las puertas de la perfección
PARIS (Por Pablo Perantuono) - Gastón Gaudio acaba de logar el triunfo más importante de su historia tenística. Y no lo hizo de cualquier forma, sino subido al lujoso andar que alcanza su tenis cuando los planetas de su mente parecen alinearse. Pero como era de esperar, no se muestra exultante. ¿Será un gesto de madurez, u otra muestra más de su siempre discreto entusiasmo?
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