Elordi inauguró su tercer mandato en automóvil

Fue confirmando antes de viajar a San Martín de los Andes. Más giras en automóvil durante 1912 y el pasado récord de Jones. Las fronterizas, en decadencia y nuevos viajes en cierne.

El progreso automotor de 1912 en la Patagonia se iba a coronar con la llegada simultánea de los gobernadores de Neuquén y Chubut a lago Nahuel Huapi en los primeros días del año '13 y en simultáneo, el primer funcionario panamericano en la región, Albert Hale (llevó Eduardo Elordi).

Antes se agilizó la distribución postal de la región, más allá del retraso por percances y cartas demoradas en Bariloche por negligencia de Andrés Peracca, el jefe de correos local que estafó al Estado y fugó a Chile en el otoño anterior. Otros dos episodios idénticos se sumarían en pocos meses y el tercero de esa cronología desertora lo urdió en las narices de la policía el jefe de correos de Bariloche -Juan Lazzarino- en la mañana del 9 de diciembre de 1915. Desfondó la vapuleada caja postal barilochense -esta vez unos 2300 pesos- y se embarcó hacia Blest y Chile con la excusa de llegar urgente por esa vía a San Martín de los Andes con el falso argumento de haber sido citado telegráficamente (detalles en nota del autor de estas páginas del domingo 9/12/2001).

Más de una década atrás las cartas y encomiendas habían acortado la demora casi virreinal de Bahía Blanca en adelante: desde 1899 empezaron a llegar las sacas en tren a Roca o a Limay (hoy Cipoletti). Desde allí o de la Confluencia (Neuquén), seguían en carros vulnerables a las tormentas de viento y nieve y sometidos a los barquinazos y vuelcos propios de la precariedad del camino y concavidad de sus vados.

Desde 1902 el concesionario Pascual Claro distribuía el correo en carros que partían de Neuquén. Las homéricas travesías tenían frecuencia quincenal. El «récord» en carro entre la estación Neuquén y el lago Nahuel Huapi se estableció en ocho días. Fue el traslado de contenedores con embriones de truchas (norteamericanas). El «récord» lo comandó Jarred A. Jones quien aguardó en la estación Neuquén al piscicultor norteamericano Eugenio A. Tulián, a su intérprete Eduardo Graham y a las ovas. Los carros partieron el jueves 25 de febrero del bisiesto 1904. Arribaron a la boca del Limay el 4 de marzo (habían partido de Nueva York el 19 de enero en la fría cámara de un vapor que atracó en Buenos Aires el 23 de febrero).

 

HP contra mulas y parada de carro

 

Pero el récord de Jones quedó pulverizado a partir de que mulas y caballos «de tiro» fueron reemplazados por los «horse power» de los motores. A fines del invierno de 1912 un señor Radonich, nuevo concesionario del correo de Neuquén a Piedra del Aguila, llegó en automóvil a Chimehuín, paraje de estafeta y telégrafo para la región de Junín de los Andes, San Ignacio y Catan Lil. Ese 15 de setiembre un corresponsal telegrafió desde allí: «Entrevisté al señor Radonich y me manifestó que el servicio que hace en automóvil da buen resultado y que la distancia de 65 leguas la recorre en dos días» (LP del 16/09/1912). Agregó que «para fin del presente año piensa prolongar el servicio de Piedra del Aguila a San Martín de los Andes, también en automóvil y la distancia de 15 legua (agregadas) que hará en el día».

Esa tarde el gobernador del Chubut Dr. Luis Ruiz Guiñazú recibió una noticia exagerada: la 2da. comisión rionegrina al mando del comisario inspector Benavídez habría tenido un choque de Arroyo Verde con 20 bandoleros armados a Winchester «asaltantes de la casa Lahusen de San Antonio Oeste» (improbable). Resultó el segundo fracaso y con dos policías heridos: la primera comisión ya había regresado sin éxito. El gobernador de Chubut Ruiz Guiñazú, siguió con giras por su territorio y partió en automóvil ese mismo día desde Rawson a Puerto Madryn con el jefe de policía Antonio Lopresti y Pablo Holm, contador de la gobernación.

Setiembre traía al Alto Valle las alborotadas fiestas nacionales de Chile y de Italia. Cuecas y ramadas por un lado y vino y música por otro. Ese año los italianos de General Roca contaron con la orquesta de José Fava, el mandolinero y compositor famoso en la región, aquél que fue vecino en Buenos Aires de José Edelman antes de marchar a la Patagonia y asentarse en la Neuquén por fundarse donde ambos fueron pioneros en amistad con C. Bouquet Roldán Pero en el '12, cuando ya el gobernador Elordi había sido confirmado para ejercer un tercer mandato y concluía su gira en automóvil por San Martín y Junín de los Andes, el Director de Territorios Isidoro Ruiz Moreno anunció que el 11 de octubre partiría para La Pampa y Neuquén.

Una comisión estudiaba un canal entre Choele Choel y el sediento San Antonio Oeste (por agua potable). Según LP del martes 24 de setiembre el vapor Rawson arribó a ese puerto con seis ingenieros para la Comisión Bailey Willis. Pero a su vez desde Conesa trascendió que el ingeniero J. A. Fernández, 2° jefe de la comisión de estudio del canal, se había ahogado el sábado anterior, víspera del inicio de la Primavera y festividad italiana.

 

Abuso de los fronterizos

 

Cinco días después en Trelew era denunciado por abuso de autoridad el comisario de la Policía Fronteriza del Chubut, Nicolás Ustariz. Y apenas el gobernador Ruiz Guiñazú regresó de su gira por Puerto Madryn, se le plantó el indígena Edocio Calfuquir después de cabalgar 125 leguas para rogarle «amparo y garantías por los abusos (…) del comisario de la Policía Fronteriza Jesús Blanco, que dice que lo a apaleado brutalmente y quitado una tropilla de caballos que le devolvió 3 días después».

El gobernador lo tranquilizó, protestó al capitán fronterizo Alejandro Navarro en Súnica -por telégrafo- reprochándole «sobre el proceder de los subalternos que están dando lugar a graves denuncias». Las fronterizas serían el ítem más polémico por abordar meses después durante el encuentro de gobernadores de territorios nacionales que ya planeaba reunir en la Casa Rosada el Dr. Indalecio Gómez, Ministro del Interior. Gómez también preparaba su propia gira patagónica.

Ese viaje podría conseguir seguridad, porque los abusos policiales estaban al orden del día y Ruiz Guiñazú debió salir -una vez más en automóvil- a Pirámides por denuncias contra el subcomisario Alfredo Fonda. «Comprobó la veracidad de las denuncias por haber cometido graves irregularidades y lo suspendió» (LP del 27/09/1912). Un mes y medio después, Ruiz Guiñazú viajó a Buenos Aires y propuso a Ruiz Moreno lo acompañara en una gira por Chubut que culminara en un encuentro con Elordi en el Nahuel Huapi.

Previamente, en octubre, Isidoro Ruiz Moreno recorrió Río Negro (atlántico) y en noviembre Elordi llegó en auto a San Martín y Junín de los Andes, acompañado de nutrida comitiva. Para diciembre, mientras desde Bahía Blanca informaban que el FC al Pacífico había agregado 20 kilómetros de la línea en construcción hacia Patagones, volvió a Rawson el gobernador del Chubut acompañado del infatigable Director de Territorios Isidoro Ruiz Moreno y del inspector de Justicia Carlos Manguero para concretar la gira programada hasta Nahuel Huapi.

Los choferes no tenían descanso. Por fin expiró 1912 y su última gira patagónica del año: la del subsecretario de Agricultura Miguel F. Casares por los flancos del Limay, Las Lajas, Pino Hachado y Chile. Volvió por Mendoza a Buenos Aires (2 meses después Ruiz Moreno le sugirió a Casares ubicara una escuela elemental de agricultura en El Bolsón).

Las estadísticas demostraron que en el año concluido se importaron 4281 automotores, 1820 más que en 1911, y a un costo promedio de 1248 pesos oro por unidad. Los clasificados de los diarios pedían choferes particulares o para taxis y se ofrecían cursos de conductores. Buenos Aires no tenía 32 mil automóviles como circulaban ya por Londres, pero sí muchos rodados (un parque automotor que incluía numerosos utilitarios que empezaron a llamarse «camiones» o «villalongas»).

 

Robert Hale, el informante

 

El 3 de enero de 1913 el ministro del Interior desistió de su proyectada gira patagónica en vapor y en familia, «viaje de placer más que de trabajo», según sus opositores. El 4 recibió a Albert Hale que luego visitó al canciller argentino. A los dos les anunció su inminente partida de Constitución a Neuquén. Seguiría en carro o auto a Junín y San Martín de los Andes, y en el vapor de la Compañía Ganadera San Martín por el Lácar para luego cruzar a Chile y embarcarse en Valparaíso de regreso (el cruce por Mendoza ya lo conocía). Curiosamente, parte de su plan cambiaría en Neuquén.

¿Quién era este norteamericano de apellido respetado por conocedores de la guerra de la independencia norteamericana? Un Hale (Nathan), emisario del masón George Washington para espiar en Long Island a los ingleses, fue capturado y ahorcado (el 22/09/1776) en la hoy esquina de Market y East Broadway de Nueva York. Por su trágico fin ese Hale figura entre los personajes heroicos de aquella guerra. Este otro Hale era el «miembro más conspicuo y erudito de la Unión Panamericana», la institución creada en Washington en 1899 que alternaba las sedes de sus asambleas (la 4ta. fue en Buenos Aires en 1910).

La UP nació en interés por América Latina y justificó el reclutamiento de datos sobre sus países. Pero Hale finalmente no viajó a San Martín de los Andes para cruzar por Hua-Hum, según su plan. Cruzó por donde lo haría pocos meses después Theodore Roosevelt, pero al revés. ¿Fue Hale informante comisionado por Roosevelt?

Partiría el lunes 6 de enero en tren. Antes leyó en la Guía General 1911-1912 del Touring Club Argentino, T. II, página 436, el recorrido que el secretario del TCA, Francisco M. Cesar hizo con Elordi por el trazado del ferrocarril trasandino en ciernes hasta «el Cajón de Pino Hachado».

Hale marchó como corresponsal viajero de La Prensa y miembro informante del Touring (TCA). Sus notas se publicaron con retraso, pero compitieron con las que Ada Eilfein remitía de su recorrida por Mendoza. El tren al Neuquén del 6 de enero partió a las 18 y 30 con Albert Hale, y su equipaje, cámara de fotos y cuaderno (el TCA le requirió apuntes para futuros viajeros). La llanura bonaerense le pareció Arizona o Nueva México. Llegó a Neuquén «cansado y polvoriento» (10:45 p.m.) y «encontré al entrar al hotel al gobernador del territorio, señor Eduardo Elordi, quien dijo que se disponía a partir al día siguiente (…) a Bariloche (…) y que podía acompañarlo». Aceptó gustoso aunque saldrían al alba: «le prometí estar listo a tiempo». Su narración episódica con detalles del camino, insufló la fantasía viajera de los lectores.

(Continuará)

fnjuarez@sion.com


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios