Embarullado, polémico y dramático
Esos fueron los perfiles del partido en el que Rácing logró un agónico empate con Huracán.
BUENOS AIRES (DyN) – Entre la mediocridad de Racing, la impotencia de Huracán y los desaciertos del árbitro Sánchez, el fútbol quedó una vez más postergado, al cabo de un empate 2-2 que no hizo siquiera honra a la generosidad de un resultado a la vista atractivo.
El partido tuvo una concurrencia de 18.000 espectadores y las mayores emociones de un desarrollo que moría de pena se produjeron en los últimos diez minutos, lapso durante el cual «explotaron» cuatro goles y el último le permitió al local la agónica e inmerecida igualdad.
A los 10 del complemento el fornido zaguero Morquio puso en ventaja a Huracán con una lucida media chilena a la salida de un centro de Brandán por izquierda y posterior habilitación de Iván Gabrich. Era justo.
A los 35 Canobbio logró el empate aprovechando un centro de Milito que superó al arquero Ríos. Pero dos minutos más tarde el movedizo Derlis Soto marcó el 2-1 para Huracán con tiro de emboquillada, luego de un pase de González que lo dejó para librar el duelo personal, pero en evidente offside que el juez de línea Juan Milone convalidó, no así el árbitro Sánchez, situación que dio lugar a un cúmulo de protestas.
Sánchez ya le había anulado en el complemento dos goles a Milito por entender que antes había cobrado una falta previa. En ambos casos, el árbitro no pareció tener razón, y de allí la ira y posterior hostilidad de la gente de Racing, potenciada poco después, a los 33 minutos, con la expulsión de Bastía (doble amarilla) y a los 40 del arquero suplente Pezutti (protestas airadas desde el banco de relevos).
Cuando parecía que Huracán se llevaba todo frente a un equipo excesivamente timorato y de un planteo defensivo que no se entendía, dado que jugaba en su casa y necesitaba imperiosamente los tres untos, sobrevino el «pequeño milagro» del final. A los 44 minutos Saralegui, que había ingresado a los 15 por el chico Arano, tiró al arco desde unos 22 metros. La pelota se desvió en la cabeza del defensor Lobos y descolocó por completo al arquero Ríos.
Los últimos momentos fueron verdaderamente dramáticos: sobre la hora lo tuvo Canobbio y lo evitó Ríos y por último Sessa desvió un cabezazo con destino de gol de Morquio.
¿El primer tiempo? Impresentable. Puro barullo y centros aéreos.
BUENOS AIRES (DyN) - Entre la mediocridad de Racing, la impotencia de Huracán y los desaciertos del árbitro Sánchez, el fútbol quedó una vez más postergado, al cabo de un empate 2-2 que no hizo siquiera honra a la generosidad de un resultado a la vista atractivo.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios