«Empecé de joven por ignorante y por rebelde»
Tiene tres hijos y la entidad que lidera ya tiene 2.500 afiliadas. Dice que Macri procura que desaparezcan y que la policía busca impedir que ellas se sindicalicen.
Elena Reynaga fue elegida por sus pares Secretaria General de las Trabajadoras Sexuales de Argentina y Presidenta de la Red Latinoamericana. Tienen su oficina en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) hace 9 años. El objetivo de máxima de la Asociación que dirige es sindicalizar a las trabajadoras sexuales de todo el territorio nacional para que estén más protegidas y para que tengan los mismos derechos que tiene cualquier otro trabajador. En momentos en que se debaten las modificaciones al Código de Convivencia Urbana en el municipio de Ciudad de Buenos Aires, Reynaga explica por qué se oponen a ellas.
-¿Cómo empezó su actividad gremial?
– Comenzamos a reunirnos algunas trabajadoras en un bar por el '94 para ver cómo enfrentar la represión policial. La cosa se había puesto difícil y nos dimos cuenta de que no sólo nos teníamos que reunir, teníamos que buscar el apoyo de la gente, fue entonces que acudimos a ATE pero allá las cosas se complicaron y nos sugirieron venir a la CTA, éramos entonces unas 60 chicas.
– ¿ Por qué se fueron de ATE?
– ATE está en una zona de trabajo y la policía ya sabía que estábamos juntándonos, la policía empezó llevándonos de los bares, la policía siempre ha sido el patrón de nosotras y al patrón no le gusta que el obrero se organice y empiece a conocer su derecho a defenderse. Esto es un negocio y la policía siempre va a defender este negocio porque siempre han ganado a costa de nosotras.
– ¿ Y desde que se organizaron la relación con la policía cambió?
– Algunas cosas han cambiado, sobre todo en Capital y en alguna provincia, pero hay muchísimos lugares en el país donde la policía sigue siendo la patronal, la que coimea a los prostíbulos prohibidos para dejarlos funcionar, donde siguen siendo nuestros proxenetas. Pero algunas cosas cambiaron, tenemos unas 2.500 afiliadas en el país que cuando sacan el carnet de afiliación ahuyentan a la policía.
– ¿Y todo este auge de la inseguridad las complicó?
– Sí, hay una fuerte presión para penalizar la prostitución callejera. Los «Macris» quieren que desaparezcamos las prostitutas, los cartoneros, los que toman cerveza, etc. Quieren volver a los edictos policiales y penalizar todo, hasta quieren trasladar lo que dice el Código Penal al Código de Convivencia. Hay una onda represiva muy fuerte. Nosotras caminamos hoy despacho por despacho, explicamos e intentamos buscar soluciones alternativas para poder seguir trabajando.
– ¿ El Código de Convivencia Urbana permitió que trabajaran mejor?
– Sí pero acá hay una cadena de complicidades. Los «macris» quieren hacernos desaparecer, el gobierno de la Ciudad quiere quedar bien con la clase media y resulta que el Rubro 69 está cada vez más ardiente, te aclaro que la publicación de avisos de oferta sexual está prohibida. Resulta que a las chicas de Recoleta, seguramente trabajadoras sexuales universitarias, no las llevan, llevan a las chicas que están defendiendo su baldosa pero para sobrevivir. Hay mucha hipocresía en todo esto, mucha hipocresía…
– Ustedes no quieren ningún cambio …
– Así es, queremos sostener el Código de Convivencia Urbana tal como está.
– ¿Qué cambios registraron las trabajadoras sexuales durante la crisis?
– A finales de los '90 y con toda claridad la gente se volvió más violenta. Y hablo de una violencia distinta, violento es el que se quedó sin trabajo, el que tien terror a perderlo. Otro problema tremendo que trajo la crisis y que vemos los que estamos en la calle es la droga. La desesperación hizo que cualquiera se convirtiera en un vendedor y que muchos se volcaran a consumirla. Hay más impunidad con respecto a estas cosas. Tengo compañeras que en la crisis se volcaron a la droga, consumen. Yo tengo 25 años de trabajadora sexual y mientras trabajé esto no pasaba.
-Hubo también un debate interno en torno a las tarifas…
-En realidad este debate se dio en las asambleas. Intentamos transmitir que no se juzgue a la compañera porque baja su tarifa, hay compañeras que cobran 2 pesos la hora y hasta hubo trueque. Trabajamos para que la compañera entienda que si ella cobra menos que el grupo, se perjudica ella. Tratamos de crear conciencia, no se trata de defender la baldosa o la esquina a rajatabla, entendemos que es una cuestión de supervivencia pero tenemos que saber que el enemigo no es la compañera que cobra menos, el enemigo es otro.
– Se ven, además, muchas prostitutas mayores…
– Sí, aumentó el número de trabajadoras de más de 40. Fijate que antes, mal que mal, la clase media tenía su empleada doméstica, pero éste ha sido un gasto que millones de personas suprimieron, muchas de esas mujeres quedaron en la calle. Acá en la ciudad se ve mucho este tema de la edad. Las mujeres grandes, que en su mayoría tienen familia, no quieren trabajar en donde viven, entonces se vienen a capital.
– También se registra un aumento de la prostitución infantil pero esto responde, según estudios, a una razón más siniestra, las nenas tienen menos posibilidades de estar infectadas, de ser portadoras de enfermedades como el sida…
– Así es, esto es una barbaridad, pero es así. Hace unos días se desbarató un prostíbulo en Misiones que tenía menores, ese prostíbulo funcionaba a un par de cuadras de la comisaría ¿y qué se hizo? Se expuso a las menores como si ellas fueran las culpables de la situación en lugar de ir a buscar a los que pagan o a los que son cómplices con este comercio. Esta zona es tremenda, es una zona de las más pobres y es la zona de donde sale más prostitución infantil en el país.
– ¿AMMAR trabaja con menores? ¿Qué tipo de apoyo tienen esas nenas?
– Nosotras no trabajamos con menores, pero comenzamos a articular con CTERA (Central de Trabajadores de la Educación) y con el SERPAJ (Servicio de Paz y Justicia) para poder hacer algo. Este tema es un tema muy fuerte para nosotras porque más de una se identifica con esas historias. Intentamos hacer algo y la mayoría de las veces salimos maltrechas emocionalmente. Es por eso que de
cidimos que todo lo que podemos conocer y saber lo canalicemos a los compañeros que trabajan en estas dos organizaciones.
– ¿ CTERA cómo trabaja?
– Básicamente detectando la problemática cuando las menores no han salido del sistema educativo, o estimulándolas para que estudien. Yo aprendí a leer y a escribir a los 46 años acá en la Central y gracias a eso pude salir, dejar de trabajar en la calle. Hoy soy dirigente nacional e internacional, el estudio te abre la cabeza…
– ¿ Vos también comenzaste joven?
– Soy de Jujuy, pero me crié en la capital. Empecé de joven, por pobre e ignorante, pero también por rebeldía porque podría haber hecho otra cosa. Soy una de las mayores de nueve hermanos. Me casé a los 15 años y a los dos años ya estaba sola con mis dos hijos. A los 20 nadie me vino a decir el costo que iba a tener el hecho de hacer plata de este modo. ¡ Es un costo altísimo ¡ Pero a los 19 pensás en que por ahí en poco tiempo podés comprarte una casa, unas pieles, un auto… Ahora voy a una psicóloga y estoy hablando de esto… no es fácil… buscás reparar algunas cosas, pero en determinado momento de tu vida comenzás a trabajar para que otros no sufran lo que vos sufriste. Cada una empieza por una historia diferente… pero lo que sé ahora es que la educación te hace distinta. Yo veo hoy a mi hija cómo cría a sus hijos y me maravillo. La educación la hizo diferente a mí.
– ¿ Y cómo fue la relación con tus hijos?
– Tengo tres hijos, todos supieron que era una trabajadora de la calle, al que más le costó es al del medio, es el más machista…
– En término de derechos para las trabajadoras sexuales ¿cómo evalúa la situación de la Argentina con respecto a otros países latinoamericanos?
– ¡Argentina se ha convertido en un modelo a seguir! En casi todos los países es impensable que una organización como la nuestra funcione -por ejemplo- dentro de una Central. Hoy estamos trabajando para invitar a todos los secretarios de las centrales de trabajadores del Mercosur, para plantearles la necesidad de sindicalizar la actividad sexual.
– Tuvieron un encuentro con Kirchner en diciembre…
– Fue el día de la lucha contra el Sida, nos invitó a un encuentro el ministro de Salud, que sabe que somos una organización que trabaja bien. Allí le expusimos nuestro objetivo que es la descriminalización del trabajo sexual en todo el país. Consideramos que el Estado estuvo ausente durante toda la vida nuestra, no necesitamos una respuesta represiva para los problemas de las trabajadoras sexuales, necesitamos respuestas sociales porque la prostitución es un problema social.
– ¿ Qué otras líneas de trabajo tiene AMMAR?
– La lucha contra el sida. Hacemos talleres para instruir a las chicas pero explicamos que de nada sirve que pasemos nostras distribuyendo forritos si ellas no se organizan, ellas tienen que comenzar a defender sus derechos, sus derechos humanos. Creamos ya 14 organizaciones y no pudimos hacer más porque no tenemos fondos.
– ¿Y el objetivo de máxima?
– Ser reconocidas como trabajadoras sexuales y tener los mismos derechos que cualquier otro trabajador. En estos momentos estamos dando las puntadas finales a nuestro sindicato.
Susana Yappert sy@patagonia.com.ar
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