Emperador de rodillas

<i>“El problema existió, no podemos minimizar todo. No va a ser fácil seguir. Hay que poner muy buena voluntad”.</i>

JC Falcioni y su ayudante Omar Píccoli, con la mirada fija, en la práctica “postemblor”. Riquelme, de muy buen humor, hizo un trabajo liviano.

En Boca regresó la paz. Al menos, eso es lo que ayer dijeron sus protagonistas. El presidente Daniel Angelici dio la cara luego del escándalo, pero apenas habló de un “malentendido” entre JC Falcioni y JR Riquelme. Más directas fueron las palabras del vice Juan Carlos Crespi, quien reconoció que “el problema existió, no podemos minimizar todo”.

Todas las fuentes que hablaron del tema coincidieron en que el técnico “pidió disculpas” al plantel porque se había equivocado cuando acusó a Riquelme de ordenar a Darío Cvitanich que juegue en una posición diferente a la que le había pedido Falcioni.

Lo cierto es que ayer el plantel volvió a practicar por la mañana y el DT y Riquelme se encontraron cara a cara después de la tormenta del martes, en Venezuela -donde incluso Falcioni presentó la renuncia-, y del miércoles, ya en Buenos Aires. Frente a sus jugadores, el DT admitió que había magnificado un episodio menor” y pidió disculpas. Es más, en la conversación, que se prolongó unos diez minutos, instó a sus dirigidos a superar la situación que se creó por su amago de renuncia y a unirse en pos de lograr los objetivos que se han propuesto para el presente semestre.

Recién después, los jugadores se volcaron al trabajo divididos en dos grupos: los que participaron del debut copero por un lado y los restantes por el otro. Los habituales titulares trabajaron en el gimnasio, los demás jugaron al fútbol ante juveniles, todo bajo la atenta mirada de Angelici, Crespi y el subtitular de fútbol profesional, José Requejo. Riquelme salió a la cancha en medio de ese partido y, junto a Diego Rivero, realizó sesiones de piques cortos, al igual que el resto del equipo titular.

Falcioni, en tanto, observó desde el costado de la cancha junto a sus ayudantes Javier Sanguinetti y Omar Píccoli, sin realizar gestos ni ademanes, pues fue el centro de atención durante toda la jornada. Terminado el partido charló cinco minutos con Pablo Mouche, que seguramente jugará en Santa Fe por Silva.

El gran interrogante ahora es saber cómo continuará la relación no sólo entre el DT y el capitán, también entre el mismo Falcioni y todos sus dirigidos. Desde ya, la actitud del Emperador es vista puertas adentro como un acto fallido, y sus dirigidos perdieron la confianza en él.

El entrenador brindará hoy al mediodía una conferencia de prensa, después de la práctica en la que ensayará con vistas al partido ante Unión. Ahí se escuchará su versión del culebrón.

Fotos/FBaires y DyN

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