Empezó el juicio por el asalto a Telefónica de Bariloche

Con siete testigos, comenzó el juicio por el robo a la sucursal barilochense de Telefónica. Ninguno de los cuatro imputados declaró, aunque tres de ellos lo harían en los próximos días.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La Cámara Primera del Crimen comenzó a debatir el audaz asalto que prota- gonizó una banda de delincuen-tes el 11 de noviembre pasado, y que no se consumó debido al oportuno llamado de un vecino, que informó a la policía al observar los movimientos preliminares.

Los imputados son Héctor Morales, mendocino de 21 años con antecedentes; Marcos Vidal Valenzuela, 21 y con antecedentes por amenazas; Rubén Quintriqueo, 18, que hace pocas semanas fue declarado responsable por su participación en otro robo con armas, y Carlos Curimán, 31, que estaba al mando del remise en que se movilizaban los sospechosos y siempre insistió en que fue obligado a conducir.

Ninguno de los cuatro quiso declarar ante la audiencia, pero los tres últimos prometieron hacerlo antes de la finalización del debate.

El abogado de Vidal Valenzuela y Quintriqueo, Rodolfo Rodrigo, ya anticipó como parte de su estrategia que sus defendidos habían participado en el asalto. Fue el que más preguntó a los siete testigos de la primera audiencia, y centró su requerimiento en conocer el número de disparos efectuados y en saber detalles de la actividad que desarrollaban algunos empleados de Telefónica.

El primer testigo fue un psiquiatra que expuso sobre el comportamiento humano ante el consumo de marihuana, y luego declararon los seis testigos que trabajaban en Telefónica cuando ocurrieron los hechos. Ninguno reconoció a los imputados, y en su mayoría demostraron conocer demasiado poco del movimiento interno de la empresa.

La tarde en que ocurrió el asalto, el Renault 19 en que se movilizaban los sospechosos llamó la atención de un vecino, que primero creyó que estaban por asaltar el supermercado ubicado en Gallardo y Otto Goedecke, y luego los siguió y observó que entraron al edificio de Telefónica, en Elflein y Frey.

Los testigos, con muy pocas variables, contaron que un joven rubio pidió información para solicitar una línea de teléfonos, y súbitamente encañonó y redujo a los empleados. En forma simultánea, sus dos cómplices derribaban y esposaban al policía que estaba de custodia. Después hicieron acostar a empleados y clientes, y en una bolsa plástica guardaron la plata de la caja, que una hora después debía ser retirada por la empresa Juncadella.

Cuando los asaltantes salieron con el botín, la Policía los estaba esperando a pocos metros, y después de un breve intercambio de disparos, resultaron detenidos cinco sospechosos. De los aproximadamente 42.000 pesos robados, sólo se recuperaron algo más de 38.000, y el paradero del resto de la plata todavía es un misterio.

No todos los detenidos serán juzgados en esta ocasión, porque el presunto jefe de la banda, Carlos Casquet, huyó de Bariloche en cuanto logró la excarcelación por ser considerado partícipe secundario.

La apelación del sospechoso fue resuelta por la Cámara Segunda, que al considerar que Casquet no había tomado parte activa en el asalto y estaba como acompañante en el auto en que llegaron y pensaban escapar, su participación había sido secundaria y de ser condenado podría caberle una pena en suspenso. Sin embargo, el dermotest resultó positivo y Casquet está sindicado como el único que efectuó un disparo contra los policías que le cerraban el paso.

Los jueces esperan que hoy declaren otros 10 testigos.


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