Es la hora de los “feelgood manager”

Las empresas empiezan a incorporar gerentes cuyo trabajo es que sus colaboradores “se sientan bien”. Es un ejecutivo que se preocupa por sus compañeros y busca generar un contexto laboral óptimo. La tendencia marca que ya es un cargo laboral indispensable.

¿Qué vendría siendo un ‘feelgood manager’? ¿Qué tipo de nuevo invento es ese? Créase o no, existe, y son cada vez más las empresas que los incorporan para generar mejor ambiente en una oficina.

¿Pero cómo hacen? Hablamos con Jerome Rienhoff, que a sus 29 años tiene como tarea hacer que los empleados y los jefes sean un poco más felices. Trabaja desde hace dos años en una compañía de nombre Uniq e intenta optimizar las rutinas de sus compañeros.

“Creo que para alguien que mira esto desde afuera es muy difícil entender que otro pueda ser tan feliz como yo haciendo lo que hago”, comenta.

¿En qué consiste entonces? Arma grupos para practicar deportes, organiza encuentros por los cumpleaños, coordina noches de ping-pong o una copa para después del trabajo, incluso para que los nuevos conozcan a los que ya están allí desde hace tiempo.

“Al caer el sol, yo siento que ha sido un buen día de trabajo si sé que pude ayudar a mis compañeros. Eso es lo mejor de esta tarea”, asegura.

No todo es diversión

Las tareas de Rienhoff no son siempre divertidas. Por supuesto que además de organizar momentos de distensión escucha a la plantilla cuando alguien está preocupado. “La empatía es muy importante”, sostiene. Lo mismo sucede con la veta comunicativa, pero, sobre todo, dice que el ‘feelgood-manager’ debe ser una persona fundamentalmente positiva, ordenada, organizada y que sepa cumplir con los horarios y eventos estipulados.

Es un trabajo que existe desde hace bastante poco, y que surge como parte de un abanico de ámbitos nuevos asociados al trabajo y la salud. Guido Hertel, profesor de psicología en Alemania, cree que existe una sensibilidad cada vez mayor hacia las enfermedades psíquicas vinculadas al lugar de trabajo. El punto de partida de estas ideas no es nuevo. Antes eran oficios vinculados a la salud laboral o a la prevención. Lo único nuevo es el título que se le otorga.

Cultura laboral

Si consultamos al Instituto Fraunhofer de Economía Laboral y Organización sobre cuál es la tarea de este nuevo especialista, nos encontramos con que deben analizar las necesidades de sus compañeros; generar un contexto laboral óptimo y canales de comunicación abiertos; ofrecer propuestas de aprendizaje y desarrollar estrategias que se incorporen a la cultura de trabajo de una empresa con el fin de generar un buen clima.

Por supuesto, muchas de esas tareas quedan a libre interpretación del profesional. Hay quienes ven esto con ojos críticos porque aseguran que es una lista demasiado desestructurada de muchas cuestiones que se quedan cortas en la mayoría de las empresas. Por supuesto que no puede haber una única persona que resuelva todo lo que los jefes están haciendo mal. Eso sería depositar expectativas desmedidas en un único puesto.

Tampoco puede haber un único empleado que genere un cambio en la cultura laboral de toda una empresa, aseguran los críticos, sobre todo cuando se ponen en juego valores y actitudes.

“Eso podría funcionar si estuviéramos delante de una máquina”, critica el especialista Ulrich Schübel. En este caso, estamos ante personas, añade. De todos modos, hay una cosa cierta en todo esto: para una empresa, no hay como tener empleados que se sientan bien por trabajar allí. No solo por el bien del clima laboral, sino también para la producción, porque un empleado contento seguramente estará dispuesto a hacer un poco más cuando haga falta. Pero no es una ecuación uno a uno, por supuesto. “Los empleados no son ningunos bobos. Claro que notarán si se los está estimulando para que estén de mejor humor o para pedirles algo a cambio”, comenta.

Una piedra fundamental es hacer algo que tenga sentido y recibir comentarios sobre cómo salió. Eso es indispensable en todo trabajo.

Mientras tanto, los compañeros de Jerome se lo pasan bastante bien. El próximo encuentro entre colegas será en la cancha de fútbol.

En conclusión

¿Cómo definiríamos entonces a un feelgood-manager?

• No son directores de Recursos Humanos porque cubren otros ámbitos y funciones completamente diferentes.

• No se inscribe estratégicamente dentro de las funciones de los directores de Personal sino en la propia gestión.

• Está incentivado por directivos especialmente comprometidos con el bienestar de sus empleados.

• Su trabajo se centra se centra en cuatro pilares: vinculación, franqueza, participación y agilidad.

• No sólo trata de divertirse, compartir una celebración o realizar excursiones de empresa. Su meta y responsabilidad va más allá y es más profunda: invita a los empleados a diseñar conjunta y activamente un buen ambiente de trabajo. Permite obtener una respuesta real, consigue solucionar conflictos y crear condiciones marco para que los empleados puedan realizar un buen trabajo.

En definitiva, son algo así como “acurrucadores” en los ámbitos labores que cada vez se hacen más difíciles de transitar. (DPA)

“El cargo de feelgood manager es parte del actual reinado de las habilidades blandas que exige el competitivo mercado laboral actual”.

Icims Hiring Insights, consultora de Recursos Humanos

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“El cargo de feelgood manager es parte del actual reinado de las habilidades blandas que exige el competitivo mercado laboral actual”.
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