En Argentina, la falta de trabajo afecta a uno de cada tres jóvenes

En Argentina, al igual que en el resto de Latinoamérica, los jóvenes son los que padecen más problemas al momento de conseguir trabajo, debido a que uno de cada tres está desempleado.

«El desempleo que arrastra el país lleva a que la población activa menor de 25 años alcance una desocupación que ronda el 34 por ciento», duplicando al promedio general, advirtió ayer un informe de la consultora Ecolatina. El trabajo realizado por la consultora fundada por el ministro de Economía, Roberto Lavagna, tomó en cuenta la Encuesta Permanente de Hogares que realizó el INDEC en octubre del año pasado, de donde surge que por cada 100 desocupados, alrededor de 40 son jóvenes.

«Entre éstos, a su vez, las mayores dificultades laborales se presentan en el segmento de los que tienen menos edad, ya que l tasa de desempleo en el rango de los 15 a 19 años, históricamente, multiplica por 2 o 3 al promedio general», destacó Ecolatina.

Al realizar un raconto histórico, la consultora precisó que en 1990, el desempleo en jóvenes de hasta 25 años se ubicaba en el 15 por ciento, mientras que luego de la convertibilidad, en los primeros meses del 2002, ese porcentaje creció al 33 por ciento.

«Esta relación fue coincidente con el resto de los países de Latinoamérica, donde en la mayoría de los casos, la tasa de desocupación de los jóvenes duplica a la total. En promedio, según el informe del año 2003 de la Organización Internacional del Trabajo para América Latina, prácticamente uno de cada tres jóvenes está desempleado», aseguró.

 

La crisis

«El fenómeno actual encuentra su raíz en la profundidad de la crisis experimentada como consecuencia de la decadencia y posterior ruptura del régimen de convertibilidad, que hundió a la economía en la depresión más severa desde 1920», acotó la consultora. Otro elemento que ayudó en los últimos tiempos a incrementar el nivel de desocupación de este segmento etario, según Ecolatina, fue «la mejora en las perspectivas económicas y la suba en la demanda de empleo» que impulsó, «desde el año pasado, que jóvenes que habían dejado de intentar conseguir trabajo desanimados por la falta de posibilidades, ahora vuelvan a buscar ocupación». Además, los jóvenes ocupan un lugar marginal y muy sensible a los ajustes que se producen en el mercado de trabajo. (Télam)