El cambio climático agravó muchas enfermedades infecciosas

Un estudio publicado recientemente en la revista Nature Climate Change alertó que el 58% de las enfermedades infecciosas en el ser humano se agravaron por fenómenos climatológicos extremos. Las claves para entender este suceso.

Redacción

Por Redacción

Los fenómenos climáticos extremos son cada vez más frecuentes. Desde las olas de calor que son récord en Europa (en los últimos días hubo un promedio de temperaturas más altas en España que en parte de África, por ejemplo) hasta las inundaciones, pasando por las sequías que azotan parte de Latinoamérica; todo genera un clima de preocupación constante. Y no solo para las personas que se preocupan por el medio ambiente: es un tema que nos afecta mucho, muchísimo más de lo que en realidad nos podemos imaginar.


Es que, según un estudio reciente, los riesgos climáticos han agravado más de la mitad de cientos de enfermedades infecciosas conocidas en el ser humano, incluyendo la malaria, el hantavirus, el cólera y el ántrax.

La revista Nature Climate Change publicó este lunes un estudio que contó con la participación de numerosos investigadores, quienes examinaron la literatura médica de casos establecidos de enfermedades y encontraron que 218 de las 375 enfermedades infecciosas en el ser humano de las que se tiene conocimiento (o sea, el 58%) parecen haberse agravado por uno de 10 tipos de clima extremo relacionados con el cambio climático.

El estudio trazó 1.006 maneras en que los riesgos climáticos favorecen que las personas se enfermen. En algunos casos, los aguaceros y las inundaciones derivan en que las personas se contagien a través de mosquitos, ratas o venados transmisores de enfermedades. El calentamiento de los océanos y las olas de calor contaminan los pescados y mariscos y otros alimentos, y las sequías atraen murciélagos con infecciones virales que las transmiten al ser humano.

Desde la época de Hipócrates los doctores han vinculado las enfermedades con el clima, pero este estudio demuestra cuán extendida es la influencia del clima sobre la salud humana. “Si el clima está cambiando, el riesgo de contraer estas enfermedades está cambiando”, señaló el coautor del estudio, doctor Jonathan Patz, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Wisconsin, campus Madison. Médicos como Patz señalaron que necesitan pensar que las enfermedades son síntomas de un planeta enfermo.

Las inundaciones son, de los fenómenos extremos, uno de los más peligrosos. Implican movimiento de comunidades y aparición de agentes infecciosos.


“Los hallazgos de este estudio son aterradores e ilustran bien las enormes consecuencias del cambio climático en los patógenos humanos”, dijo el doctor Carlos del Río, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad Emory. “Los que estudiamos las enfermedades infecciosas y los microbiólogos debemos hacer del cambio climático una de nuestras prioridades, y necesitamos trabajar en conjunto para prevenir lo que sin duda será una catástrofe a consecuencia del cambio climático”.

Además de examinar las enfermedades infecciosas, los investigadores indagaron en las enfermedades humanas de todo tipo, incluyendo aquellas no infecciosas como el asma, las alergias e incluso las mordeduras de animales para ver cuántas dolencias podían vincular de alguna manera con los riesgos climáticos. Encontraron un total de 286 enfermedades únicas, y 223 de ellas parecían haberse agravado por riesgos climáticos, nueve se vieron disminuidas por esos mismos riesgos, y en 54 de ellas había casos que se agravaron o mejoraron, reveló la investigación.

El nuevo estudio no elabora los cálculos para atribuir al calentamiento global cambios específicos en las enfermedades, probabilidades ni su magnitud, pero encuentra casos en los que el clima extremo fue un factor probable entre muchos.

El autor principal del estudio, Camilo Mora, analista de datos climáticos en la Universidad de Hawai, señaló que lo importante es destacar que el estudio no está enfocado en pronosticar casos futuros. “Aquí no hay ningún tipo de especulación”, dijo Mora. “Son cosas que ya sucedieron”.

El calentamiento global genera que muchas enfermedades se potencien y sean más riesgosas.


Mora conoce un ejemplo de primera mano. Hace unos cinco años, su casa en una zona rural de Colombia se inundó -por primera vez que recuerde el agua llegó hasta la sala, creando las condiciones ideales para la reproducción de mosquitos- y él contrajo chikungunya, un virus terrible transmitido por esos insectos. Aunque sobrevivió, años después aún le duelen las articulaciones.

En ocasiones, el cambio climático actúa de manera extraña. En su estudio, Mora incluyó un caso de 2016 en Siberia, donde el calentamiento global descongeló el permafrost y dejó al descubierto el cadáver de un reno que había muerto de ántrax décadas atrás. Un niño lo tocó, enfermó de ántrax y dio origen a un brote.


Los puntos clave



Con la intención de señalar cuáles son los aspectos del cambio climático que podrían afectar a la salud, los científicos destacaron algunas cuestiones fundamentales. En primer lugar, cómo los peligros climáticos hacen más fácil el contacto de los patógenos con las personas. En este sentido, indicaron que la expansión de patógenos y vectores es posible en la medida que los problemas climáticos sigan creciendo, como bien ocurre con las lluvias constantes que traen pa aparición de mosquitos, garrapatas y demás.

Esto también se puede ver de forma invertida: los efectos de estos riesgos climáticos pueden llevar a que sea la misma gente la que se acerque a las enfermedades. Es que a medida que los fenómenos sean cada vez más extremos, mucha gente tendrá uqe desplazarse de su territorio para buscar nuevos horizontes… y quizás más cercanos a otros patógenos. De aquí se podrán desprender más casos de neumonía, cólera, gastroenteritis, leptospirosis y demás.


Ante este escenario dinámico, hay otra realidad que es quizás más preocupante: el constante desarrollo y perfeccionamiento de los patógenos. A medida que se adaptan a nuevos territorios, nuevas temperaturas y nuevos tratamientos, se vuelven más resistentes. Así aumentan también su ciclo de vida, la duración de la exposición, la posibilidad de contagio y muchos datos más.

Por último, pero no menos importante, el cambio en la capacidad del humano frente a los patógenos. No es ninguna sorpresa que los riesgos climáticos nos afectarán en términos de salud, y eso nos llevará a estar más expuestos. Estrés por la exposición, saturación de los servicios de salud (algo que ya pudimos ver con el coronavirus), condiciones inseguras de vida y dificultad en el acceso a insumos médicos.


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