En el fondo

Por Arnaldo Paganetti

Redacción

Por Redacción

on muy pocos los que conocen la verdad de las cosas. La mayoría sólo alcanza a percibir fragmentos. Pero, como recita el poeta, lo más común es llegar a saber todos los cuentos – inventados por el miedo – con los que se ahogan los gritos del hombre.

Valiente, decidida y frontal, la diputada radical Elisa Carrió admitió en diálogo con «Río Negro», que si hoy difunde el nombre de las personas o empresas que aparecen en la documentación sobre maniobras de lavado de dinero enviadas por el Senado de los Estados Unidos, «se derrumba» la Argentina. Lo hizo ante una pregunta relacionada con la aparición de una cuenta cuya titularidad se atribuye a una mujer, esposa de un alto funcionario del gobierno aliancista.

Contenida a la espera de que decanten los sucesos, la presidenta de la comisión investigadora creada por el Congreso y aún no debidamente integrada, se mostró prudente en la causa que la encuentra como denunciante junto con el diputado mendocino Gustavo Gutiérrez. Por supuesto que esboza una larga enumeración de reproches contra banqueros y dirigentes importantes de las últimas décadas, en especial exponentes del menemismo, a los que atribuye acciones para «embarrar» la cancha.

Sin embargo, ante el temor generalizado que despiertan las benditas cajas llegadas desde el Norte con un manto de sospechas para depositantes del Banco República, de Raúl Moneta, y la financiera Mercado Abierto, de Aldo Ducler, aclaró que deberán separarse a las actividades ilícitas que tienen que ver con el lavado de dinero (por narcotráfico, coimas, venta de armas, etc) de las transferencias normales de dinero hacia esos paraísos fiscales, construidos por las naciones para esquilmar y favorecer las fugas de divisas de los países emergentes.

«Lilita» Carrió incomoda a la administración de Fernando De la Rúa. Llama «comandante en jefe» a Domingo Cavallo y se granjea el apoyo del ministro de Justicia y hermano del primer magistrado, Jorge De la Rúa, lo que provoca la indignación del jefe de gabinete, Chrystian Colombo, a quien también apunta por su participación en el Banco Macro.

El secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, salió a cruzarla cuando pidió que no desate una «caza de brujas». Por respuesta, «Lilita» afirmó que el «Estado mafioso» recorre transversalmente a los partidos, las instituciones y las finanzas y que sensaciones como las expresadas por el estrecho colaborador de De la Rúa, se dan en general «en personas que recaudan» para las agrupaciones políticas.

Resistente a las presiones para encabezar la nómina de aspirantes a senadores por la capital federal en octubre (entre otros, no dejan de abordarla Federico Storani y el varias veces rupturista «Chacho» Alvarez), la chaqueña juzga que la de Moneta no es la única banca sucia y está empeñada en demostrar que más que por individualidades, en la Argentina el capitalismo ha sido perverso en su esencia, porqué llegó para robarse el país.

Los desplazamientos de Carrió están acotados por las claudicaciones prácticas de «Chacho» Alvarez, la configuración de nuevas alianzas y los posicionamientos electorales y la difícil situación económica que tiene varias características explosivas: falta de trabajo, agobio social, mala recaudación de impuestos, altos índices de delincuencia y riesgo país por encima de los mil puntos. Una de las calificadoras más famosas le bajó el pulgar a la Argentina y la puso al mismo nivel que Indonesia, Ecuador y Rusia, tres países que sufrieron default. No obstante, Brasil, también con nota peligrosa, atrae (está tercero, detrás de China y Malasia), porque no genera tanta desconfianza como la Argentina y ofrece mejores condiciones para las inversiones.

La clase política sigue predicando su propio ajuste, pero los ciudadanos comunes no creen hasta no ver. Con gran claridad expuso la dramática situación Liliana Chiernajovwsky, esposa de «Chacho» Alvarez. Dijo que los dirigentes deben dar muestras de honestidad y austeridad, poniendo reglas en serio. Agregó que es fundamental ser solidarios con los que sufren y que no se puede disciplinar a la policía y otros cuerpos, si se practica la corrupción y la trenza. «Ese es un elemento que tienen los mercados o como se llamen para extorsionar a la política», sintetizó.

«Chacho» Alvarez se terminó de ir y oficializó la orfandad del Frepaso. Las argumentaciones del ex vicepresidente suenan convincentes, pero marcan un divorcio esquizofrénico entre la teoría y la práctica. Se fue para «estar más cerca de la sociedad civil», criticando a la Alianza, a Cavallo (a quien ayudó a llegar al poder) y a De la Rúa, al que responsabilizó del «vaciamiento» político. «Este gobierno es una trituradora de ilusiones», se despidió y levantó olas tempestuosas entre compañeros que se quedaron en sus cargos. El secretario de la Pequeña y la Mediana Industria, Enrique Martínez lo acusó de ser un místico que descartó el ejercicio de la democracia interna. «El dedo salvador tenía que culminar en confusión, desaciertos y desaliento por doquier, con algunas maldades en el paquete», sostuvo en una solicitada titulada «El Frepaso vive».

Antes de reestructurar su gabinete porteño – para regocijo del alfonsinismo y en desmedro del delarruismo, el intendente de Buenos Aires Aníbal Ibarra (¿el heredero?), sostuvo que la realidad se transforma desde posiciones de gobierno y que él no se «cavallizó». El ministro Cavallo, quien en su paso por Washington dijo que no está loco y que por eso no devaluará, todavía no ordenó cuál será la estrategia aliancista de Acción por la República para octubre. De la Rúa quiere acuerdos en todos los distritos, pero Raúl Alfonsín, titular de la UCR, no comparte en principio esa idea, y son públicos por otra parte los coqueteos con Duhalde y Ruckauf, en la provincia de Buenos Aires.

Cavallo ahora trata de dar señales amistosas a los mercados, mientras concede ventajas impositivas a industrias locales. Ha comprobado que no hay intocables perennes, pero está dispuesto a dar una talonazo que lo impulse a la superficie, ya que advierte muy cerca el fondo.

Pretende descubrir que táctica adoptará De la Rúa. El viernes se enteró que esta semana, un sector del gobierno, basado en informes de la SIGEP y la Auditoría General de la Nación, le facilitará al juez federal Jorge Urso, datos sobre el desmanejo que se hizo con los ATN en 1999, cuando era ministro del Interior Carlos Corach. Eso supondría una ofensiva contra el menemismo: ese año habrían ido más de 450 millones para La Rioja, cifra que quintuplica el magro presupuesto global que, bajo ese concepto, maneja Ramón Mestre.

Arnaldo Paganetti


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios