En el hospital dicen que estaba medicada y bajo seguimiento 05-11-03

CHOELE CHOEL (AVM)- Una noche de setiembre del año pasado, alrededor de las 23, Karina Giles ingresó a la guardia del hospital zonal de Choele Choel para ser tratada por una crisis psiquiátrica.

Desde ese momento, y con los antecedentes de atenciones similares en San Antonio Oeste, comenzó a ser atendida por los profesionales del área de Salud Mental del centro asistencial.

Según fuentes del hospital, Karina Giles estaba bajo seguimiento y medicada. Y hacía poco tiempo, agentes sanitarios habían visitado la casa de Pacheco y De la Libertad, y constataron que estaba contenida, según señalaron las fuentes.

Giles no había tenido antecedentes de violencia familiar, pero tuvo que ser trasladada desde San Antonio Oeste por sufrir alucinaciones.

El diagnóstico en Choele Choel fue que sufría de problemas maníacodepresivos. «La última vez que estuvo internada fue hace dos meses cuando tuvo a su último hijo», indicaron.

En el momento en que la fuente hablaba con este medio, Giles había ingresado al área de Salud Mental. Pero nadie pudo «sacarle» lo que había sucedido en la vivienda y por qué había matado a sus hijos.

Remarcaron que el hecho es señal de un replanteo no sólo en salud, sino y más que nada, un análisis social, humano de las relaciones y por qué se llega este tipo de situaciones.

Sostuvieron además que la pareja se había mostrado interesada, después del nacimiento de su último hijo, en que Karina se ligara las trompas. Pero no pudieron confirmar si finalmente esto sucedió.

En tanto, desde la policía se indicó que la familia vivió en distintas localidades cercanas.

«Comenzaron en Choele Choel, se trasladaron a Río Colorado y después a San Antonio, desde donde regresaron a Choele Choel, siempre por cuestiones de trabajo. Pero nunca hubo señales o signos de violencia en la pareja o con los chicos», dijo por su parte el comisario Alberto López, de la comisaría Octava de Choele Choel.

VIEDMA (AV)- Viedma se estremeció hace años ante dos aberrantes hechos protagonizados por pacientes ambulatorios de salud mental.

El más reciente de ellos fue el 24 de abril de 1998 en una vivienda ubicada al lado del edificio del Idevi frente a la plaza San Martín y a media cuadra de la Casa de Gobierno. Ese día, Javier Gómez, de 22 años, asesinó a golpes a su mamá, su hermanita de seis años y a su abuelo.

Tras una aparente discusión con su madre el joven tomó una pesada lima de 50 centímetros de longitud con la que golpeó a sus víctimas hasta provocarles la muerte.

A pocos meses de este triple homicidio la justicia declaró inimputable al joven en base a los informes de los peritos psicólogos que diagnosticaron «un cuadro profundo de esquizofrenia con trastornos de conducta» y dispuso su internación en la clínica San Agustín de Cipolletti para su atención sicológica.

El padre del joven, quien hacía años estaba separado de la madre de Javier, relató entonces que su hijo atravesaba por un estado psicológico crítico y recordó que la madre del joven había acudido a Salud Mental del hospital de Viedma para reclamar ayuda. Por esa razón, desde unos meses antes de los homicidios, Javier era atendido por ese equipo del Zatti pero nunca se había dispuesto su internación, según ese relato.

Javier se quitó la vida mientras estaba internado en Cipolletti.

La protagonista del otro hecho también murió tras sufrir un infarto. Se trata de Laura Nahuel-pán, una joven madre que comenzó un tratamiento en salud mental tras la muerte de una de sus pequeñas hijas cuya deceso, en principio, resultó dudoso pero sin pruebas que indicaran que el fallecimiento no había sido natural por lo cual se archivó el expediente. Mientras la mujer se mantenía en tratamiento sofocó a otra de sus hijitas provocándole la muerte. Laura fue también declarada inimputable.

Nota asociada: Una mujer asesinó a cinco pequeños hijos mientras dormían  

Nota asociada: Una mujer asesinó a cinco pequeños hijos mientras dormían