En el nombre del maestro

Por ley del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires este es el año de Astor Piazzolla. Lauros tardíos, pero merecidos por el gran maestro, el mismo que tiene ahora un quinteto a su medida, a partir de la Fundación, integrado por un grupo de jóvenes y virtuosos músicos.

El coordinador musical del Quinteto Piazzolla es Julián Vat, saxofonista y flautista de amplia experiencia musical, y devoto del maestro, al cual conoció y admira. Con él se trata de descubrir nada menos que el misterio de la creación de Astor, algo nada fácil de vislumbrar, porque se trata de alma de un gran artista. Ese misterio que se transforma en ejecución a través del quinteto que lleva su nombre y su música. Como se deduce de lo que dice Vat, la única manera de capturarlo en toda su genialidad.

-¿Cómo se da la formación del Quinteto Piazzolla?

– Fue cuando me llamaron de la Fundación en el 2000. Yo había presentado en el Maipo ese año una grabación en vivo con Cacho Tirao con una obra de Piazzolla que veníamos presentando en el exterior durante l999, «La historia del Tango», obra original para Flauta y guitarra que escribió Astor y que, ahora vamos a ejecutar (no con Cacho Tirao, que no está bien de salud ) en el festival que la Fundación realiza en el Centro Cultural Borges. Pero también tengo algunos trabajos hechos como director musical con «Tango x 2», armé el primer sexteto para ese espectáculo y lo dirigí un par de años. Incluso colaboré con Copes con otras formaciones musicales, y como dúo también encaré el tango, aunque sea raro con instrumentos como la flauta o el saxo. Siempre conocí el tango de Piazzolla para abajo, primero fue él y luego Pugliese, Troilo y los demás. Creo que por todo eso y otras referencias se me contactó para formalizar el Quinteto Piazzolla.

Pero lo concreto es que mi propuesta fue formar un grupo de gente joven y empezar a estudiar a Astor, porque es un genio y así está tomado en el mundo. Hice una suerte de convocatoria abierta y audiciones a partir de dejar constancia en conservatorios e instituciones musicales, más alguna gente que yo convoqué. Los interesados fueron bastantes y quedó seleccionado un grupo. Al final terminó armándose un quinteto de 7 personas, porque eran, por ejemplo, dos bandoneones (por las dudas), porque bandoneones que puedan tocar a ese nivel y tengan plena disposición hay muy pocos. De todas maneras lo que se hizo fue realizar una serie de ensayos, armar el repertorio con el material de la Fundación y ponernos a trabajar durante casi dos meses. Todo con gente joven con un promedio de 30 años.

-¿Hubo algún requisito?

– En todo caso, que gusten mucho de la música de Piazzolla, que tengan disponibilidad, el nivel de lectura y formación clásica y tanguera, la excelencia que requieren en el instrumento y el conocimiento del género. Así se armó el Quinteto Piazzolla, y se hicieron unas cuantas presentaciones, incluso este año, en algunas me empecé a colar, porque lo que más me gusta es tocar. Por ejemplo, hicimos algunos temas de lo que fue «Reunión Cumbre», el disco que grabó con Jerry Mulligan, donde intervine con el saxo, y fue muy gratificante. Pero fue en marzo del 2000, con la actuación en el Maipo, que el Quinteto hace su presentación oficial.

-¿Qué hicieron a partir de allí?

– Siguieron unas cuantas presentaciones en el Maipo, luego en el interior, y después el grupo acompañó a Julio Bocca en su primer espectáculo en España, porque en el nuevo estoy como director musical y llamé a otros músicos aunque varios son del quinteto. El grupo también se presentó en Ciencias Económicas y en el San Martín y en otros lugares. Porque también hay que entender que el país no es fácil y tampoco las condiciones que se necesitan para realizar una presentación. Hubiéramos deseado muchas más. Aunque tuvimos un ciclo exitoso en el Club del Vino (que pensamos reeditar ) y estuvimos en el homenaje a Yupanqui y Piazzolla en el teatro San Martín. A veces hubo reemplazos, como en las guitarras, pero lo que no cambia es el tipo de sonido que se busca y el tipo de trabajo que se hizo.

Con el swing del tango

Julián Vat coincide en que se ha dado mucha más cabida a Piazzolla y su arte en el exterior que en su propia tierra. «Quizás en sus últimos años empezó a sentir un reconocimiento en Argentina» considera. Y hace referencia a cuando fue declarado ciudadano ilustre en los 80 y en el interés de las jóvenes generaciones por él. Pero Vat también opina que en el exterior más que nada «hay margen para hacer arte, cosa que aquí no pasa. Por lo tanto hay espacio para que tal o cual orquesta contrate a un bandoneón argentino para hacer los conciertos que escribió Astor, hay formaciones de cámara que lo toman como un compositor interesante para ejecutar, como el caso del notable Kronos Quartet que lo interpreta con trabajos exclusivos, o como el caso del dúo que hice con Cacho Tirao, que fue pedido por dos músicos belgas».

Esto supone a su criterio que la universalidad del maestro destaca también una enorme flexibilidad en obras como quintetos, octetos, para orquesta, de cámara, vocales y música de películas. Flexibilidad y riqueza que hace que su música «resista llevarla al saxo y otros instrumentos».

Mientras tanto ellos quieren captar estas cualidades en el flamante Quinteto Piazzolla que integran en bandoneón Pablo Mainetti y Horacio Romo; Germán Martínez (guitarra), Nicolás Guerschberg (piano), Sebastián Prusak (viola), Marisa Hurtado y Sergio Rivas (bajo). Hoy se presentarán en el festival Piazzolla en el Centro Cultural Borges en junio, y están deseosos de grabar, para poder dar cuenta de su sonido en el mercado europeo, que aunque transitado, quieren acometer con intensidad. La misma intensidad que demuestran en sus ejecuciones y la vocación por el arte de Astor, que su director musical define como una creencia en un proyecto y una forma de voluntarismo artístico. Porque sabe que «todos pueden tocar Piazzolla, pero una formación como esta, en el caso europeo, no pueden llegar a tenerla, porque los instrumentos tienen que tener el swing argentino, haberlo mamado, haber nacido aquí».

Julio Pagani


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