En el otro lado del mundo
¿Qué hay en el punto diametralmente opuesto de un lugar del planeta? Impulsado por esta pregunta, el documentalista ruso Victor Kossakovsky viajó por el mundo para filmar antípodas geográficas, experiencia que plasmó en “Vivan las antípodas!”, película que inauguró el sábado el Festival de Cine de Mar del Plata. Argentina y China, España y Nueva Zelanda, Chile y Rusia, Botswana y Hawai son los cuatro pares de antípodas que el director eligió para su película. “No tengo un gran sentido del humor ni mucha creatividad, pero sí tengo muchos recuerdos de cuando era niño. Creo que cuando somos chicos tenemos grandes ideas, pero luego crecemos y las perdemos”, afirmó Kossakovsky en Mar del Plata. “Recuerdo que de niño siempre me preguntaba: ‘Qué habrá debajo mío, al otro lado del planeta?’”. La idea volvió con fuerza a su mente años después, cuando durante un viaje a Argentina, vio a un hombre en un pequeño poblado pescando en un río al borde de un acantilado, con una línea de unos 30 metros, y se preguntó con qué se encontraría si esa línea atravesara el centro de la tierra, hacia el otro lado del mundo. Un mundo que ya le resultaba misteriosa e increíblemente vasto cuando viajó a los 20 años al Polo Norte como asistente de dirección de un documental y conoció a un cocinero cuya novia vivía… en el Polo Sur. Y lo que encontró Kossakovsky, varios años después, es que mientras dos hermanos que cobran peaje para cruzar un puente en un paraje solitario de Villaguay, en Entre Ríos, debaten sobre el croar de las ranas, en su antípoda, cientos de personas recorren en motonetas y bicis las bulliciosas calles de Shanghai. Que mientras en Hawai un volcán escupe masas incandescentes de lava, en su antípoda, Botswana, una mujer enseña a su pequeña hija que no debe temer a los elefantes que beben agua en la laguna cercana a su casa.
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