En julio ya tenía fuerte “actividad fumarólica”

NEUQUÉN (AN).- Un estudio realizado por un grupo de investigación de la Universidad de Buenos Aires (UBA) informaba ya en julio que el volcán Copahue tenía “una importante actividad fumarólica” y que la emanación de cenizas que comenzó el sábado era una manifestación que podría esperarse al tratarse de un volcán activo. También solicitaban la creación de un Observatorio Volcanológico para monitorear de manera certera su comportamiento. En una nota dirigida al gobernador Jorge Sapag, con fecha del 27 de julio, y firmada por el geólogo vulcanólogo Alberto Caselli se daba cuenta de un trabajo realizado por el Grupo de Investigación de Volcanes Activos, dependiente de la UBA y del Conicet, sobre cambios en el comportamiento del Copahue y las posibles erupciones en un futuro. Los especialistas indicaban que habían observado “cambios en la composición química asociados a un aumento de las temperaturas y la acidez de la laguna cratérica y vertientes que alimentan el río Agrio, y un posible cambio de polaridad de la deformación (de negativa a positiva) dando como resultado un proceso de inflación del edificio volcánico”. En ese momento el 19 de julio el volcán arrojó cenizas, lo que se conoce como “actividad freática”. “En un función de las observaciones realizadas, existe la posibilidad de que el sistema evolucione hacia actividad freatomagmática”, se adelantaba en el informe, lo que según explicó Caselli es lo que está sucediendo en estos momentos. “Ahora el magma llegó a la superficie, vaporizó el agua del lago y daría la impresión de que la erupción pasó a ser magmática”, explicó el geólogo quien se dirigía ayer hacia la localidad de Caviahue (ver nota página 24).


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