En los niños
«En general, salvo en casos de familias con estructuras muy patológicas y difíciles de movilizar, las enfermedades psicosomáticas en los chicos tienen un mejor pronóstico», explica la doctora Rita García Díaz, de la Sociedad Argentina de Dermatología.
«Las posibilidades de repigmentación de la piel de una persona con vitiligo, aún de forma espontánea -ejemplifica-, es mucho mayor que la de un adulto con el mismo problema». Esto sucede, probablemente, porque los chicos tienen una estructura psíquica más maleable, más propensa a los cambios que las de los adultos. A veces no es necesario medicar el síntoma dermatológico, y el especialista aconseja al paciente el cambio de alguna conducta, o la interconsulta. «No siempre es necesario un largo tratamiento de años, hay herramientas terapéuticas que permiten resolver problemas puntuales con un buen asesoramiento psicológico», señala la dermatóloga del Garrahan.
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