En Munich, la final menos pensada
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AP
El Bayern Munich dio el segundo batacazo de la semana al eliminar al poderoso Real Madrid en los penales y acceder a la final de la Liga de Campeones, donde se encontrará con el Chelsea. Los 120 minutos (hubo suplementario) terminaron a favor de los merengues 2-1, igual resultado que en la ida para los alemanes. El Santiago Bernabéu se llenó de lágrimas y se impuso el equipo que llegó a los penales con los nervios más templados. Fue por 3-1 en esa definición. El partido fue pura taquicardia, con dos equipos llenos de imperfecciones defensivas y vertiginosos ataques durante el PT, y con los nervios propios del resultado del ST. Y qué se puede decir del suplementario. Cada equipo aportó su propio estilo: la visita con posesiones más largas y el Madrid con contragolpes eléctricos. El primer tanto cayó a los 5’, con un penal convertido por Cristiano Ronaldo, quien no tendría tanta suerte en la ‘lotería’ definitiva. No cabía duda que el Bayern había sentido eso que se calificó una vez como “miedo escénico”. Pero se le quitó pronto y Robben tuvo una inmejorable ocasión a los 8’, mandando fuera lo que parecía imposible. El segundo golpe lo volvió a dar el local: a los 14’, el Bayern no fue claro en la salida y la luz la puso Özil, quien dibujó un pase extraordinario para Ronaldo, que definió sencillo y sutil. Llamativamente, ese gol liberó a los alemanes, que templaron los nervios y empezaron a lastimar con Robben y Ribery, mientras el Madrid se dejaba estar. De tanto anunciarlo, llegó el descuento, porque Pepe bajó a Gómez y Robben cambió penal por gol. Eliminatoria igualada. El ST comenzó con menos ritmo. Ninguno de los dos equipos quería cometer un error que significara el adiós a la final. Los entrenadores habían decidido intervenir. No sólo eso, sino que el desgaste previo fue terrible. Y el duelo quedó para los detalles. Como en aquella ocasión en la que Robben no supo ver a Mario Gómez cuando éste estaba solo delante de Casillas. O cuando a Benzema le faltó paciencia en un mano a mano. El Bayern tuvo la oportunidad más clara a 5’ del final, pero Gómez se enredó ante Casillas y al auxilio llegó Sergio Ramos. Fueron segundos de silencio en el Bernabéu, preludio de una inevitable prórroga en la que no pasó nada. La semifinal se fue a los penales y en ese terreno triunfó el Bayern porque mantuvo la cabeza más fría. El Madrid erró tres de sus cuatro lanzamientos, incluido Cristiano (también Kaká y Ramos), y aunque Casillas atajó dos, Schweinsteiger hizo el definitivo y el poderoso equipo de Mourinho, igual que el Barcelona el martes, se despidió. El equipo alemán jugará el 19 de mayo “su” final (menos esperada) y el Madrid deberá seguir esperando tras una década sin pasar de semifinales.
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