En Neuquén, uno de cada cuatro desocupados trabajaba en la construcción

En el gremio dicen que hay 3.500 sin empleo.

NEUQUEN (AN).- Uno de cada cuatro de los desocupados que recorren diariamente esta ciudad proviene de la construcción, esa «madre de industrias» que desde hace una década registra una caída constante, ratificada con la baja del 35% de los permisos nuevos de edificación en toda la provincia entre 1999 y 2000. A comienzos de la década, los albañiles participaban con el 13,4% de la mano de obra ocupada en la provincia, pero en los sondeos más recientes la proporción descendió a casi la mitad, el 7,5%.

Hoy, según los datos gruesos del gremio, sobre siete mil empadronados en la obra social de la Uocra en la provincia, 3.500 están sin trabajo y 2.500 más reciben mensualmente el subsidio de la ley 2128 que manejan los sindicalistas.

La desaceleración -impulsada por partes iguales por la paralización de la obra pública de infraestructura y de planes de vivienda- afectó fundamentalmente al sector pyme, ya que el 50% de los ocupados en la actividad trabaja en establecimientos de cinco o menos empleados.

En un extenso trabajo titulado «Sin construcción no hay infraestructura ni empleo» y que la delegación local de la Cámara Argentina de la Construcción, CAC, el economista Heber Tappatá explica que por cada puesto de trabajo genuino en el sector uno nuevo se crea indirectamente. El estudio intenta demostrar que un simple aumento en el empleo en esta industria se traducirá en una directa disminución del gasto social de asistencia a desocupados y carenciados -programas nacionales de empleo, asistencia social directa y ley 2128-Focao-, que se calcula anualmente entre 16 y 20 millones de pesos (ver aparte). Hace dos años que la CAC viene sosteniendo que si se aplicara esa cifra a la construcción de viviendas el desempleo disminuiría drástica y «productivamente».

La contribución de la construcción al aumento de las estadísticas de exclusión de trabajadores del mercado laboral en los años recientes se alimentó con tres factores de acuerdo con el estudio: la «alta tasa de variación» de la población provincial, donde la abrupta disminución de la mortalidad infantil y la consecuente mejora de la natalidad sostuvieron el crecimiento demográfico exponencial. Mientras en la década 1980-1991 la Nación creció a razón de 1,47% anual, en Neuquén se registró el 4,52% por año. El segundo factor es la fuerte incidencia en la pirámide social de los tramos de edades productivas, ya que el 62% de la población está entre los 14 y los 65 años. En tercer término, la vigencia de la provincia como «polo migratorio» que, aunque actualmente está atenuado, en la década 1980-1991 el crecimiento por esa causa fue del 78%. También se verifica una alta tasa de actividad -es decir, el porcentaje de gente en edad de trabajar que efectivamente trabaja-. En 1999 era del 40,4% y, de acuerdo con la última Encuesta Permanente de Hogares, ya llegó al 43%, el valor más alto de la década.

Entre 1991 y 1995, a partir de la desregulación del mercado de hidrocarburos y de energía eléctrica, con la simultánea privatización de las grandes empresas del Estado, Neuquén tuvo un importante crecimiento económico asociado a reformas estructurales. El producto bruto geográfico dio un salto en ese período y creció el 43%, una tasa «singularmente elevada», explica Tappatá en el trabajo. Los dos segmentos con mayor dinámica de crecimiento fueron minería -que incluye hidrocarburos- con el 95% y electricidad, gas y agua -86%-. También incrementaron su participación el renglón de transporte, almacenamiento y comunicaciones -64%- y servicios sociales -48%-.

En ese lapso, el desempeño de otros sectores fue inverso: la actividad primaria y la industria y la construcción disminuyeron. El caso de la construcción fue notable, ya que la caída registrada fue del 43%. En consecuencia, el nuevo perfil económico de Neuquén se estructuró en torno de cuatro ejes: minería, actividad agropecuaria, comercio y servicios concentran más del 78% de la economía, con un obvio predominio de la primera.

Sin embargo, esa performance no es ajena al resto del país, donde en los recientes tres años el precio de las viviendas se redujo en un 21,3% promedio.

El fenómeno, de acuerdo con datos de la gerencia de estudios económicos e inmobiliarios del Banco Hipotecario publicados por el diario «La Nación» el viernes pasado, obedece a la baja de la demanda por la recesión de tres años y medio y la oferta de créditos. En Tucumán se registró la mayor baja, con el 36,6% promedio y en la región patagónica fue una de las de menor impacto en el país, con el 10,7% de caída media.

El problema, señala el BH -y en un mismo tono que la CAC neuquina- radica en que en el corto plazo -a partir del segundo semestre de 2002- habrá en el país una escasez de oferta de viviendas y una recuperación -artificial o no- de los valores.

Modificar los subsidios

NEUQUEN (AN).- En la provincia, 21.855 personas reciben mensualmente un subsidio de desempleo, a través de un programa nacional o del fondo de asistencia ocupacional provincial -ley 2.128-. El estudio realizado por Heber Tappatá calcula que anualmente, por estos programas, se distribuyen unos 25,5 millones de pesos anuales, diez millones menos que los recursos provinciales por el Fonavi. Esa cifra incluye los planes de asistencia alimentaria y jubilaciones y pensiones.

Sobre la base de los fundamentos del plan nacional de infraestructura, que calcula que la construcción de 35 mil viviendas generaría 16 mil empleos extra, en el ámbito regional, cuatro obras de 50 unidades habitacionales cada una, con un presupuesto individual de 1,17 millón de pesos, emplearía a 38 oficiales, más de seis técnicos y cinco administrativos. Además, se necesitarían unos 13 oficiales y ayudantes para las redes.

De acuerdo con el trabajo, la demanda de empleo es mayor en las obras de arquitectura -35% del presupuesto es masa salarial-; en puentes -20%-; saneamiento -15%- y pavimento -14%-. La de menor demanda laboral es la construcción de rutas, donde la masa salarial es solamente del 3%.

Una propuesta de los empresarios

NEUQUEN (AN).- El grupo empresario regional agrupado en la CAC figura entre los más importantes en la actividad económica neuquina. Hace dos años y medio, la cámara propuso modificar las reglas de juego para evitar el deterioro económico, amenazado por la recesión, la paralización de la obra pública en general y de la privada en particular.

Propuso la elaboración de un plan que contemple alternativas financieras: en primer lugar, establecer un mecanismo de recupero de los planes del IPVU. Según datos del organismo el 80% de los empleados públicos beneficiarios de estos planes registra por lo menos dos meses de mora en el pago de sus cuotas.

El IPVU emite facturas por 12 millones de pesos anuales, pero sólo cobra cuatro millones. Según la CAC, los adjudicatarios de viviendas deben 200 millones de pesos y apenas un 20% paga sus cuotas. Los números de la cámara son más duros todavía: el recupero durante el primer semestre de 2000 fue de apenas el 1,9%.

La contrapropuesta apela a un plan financiero que instrumentará un sistema de «leasing» de obras y simultáneamente un fondo fiduciario integrado con dinero del Fonavi y del recupero de las viviendas sociales. También propone la intervención del sistema financiero con protagonismo del Banco Provincia del Neuquén y la baja de los costos.

En cuanto al banco provincial, el martes se firmará un convenio para lograr financiamiento para las primeras 500 viviendas para «clase media» que permitirán una incipiente «mordida» a la desocupación en el gremio de la construcción. Como si la Uocra y el gobierno hubieran escuchado la propuesta de la CAC.


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