En ocho meses hubo 500 casos de mujeres maltratadas 05-11-03

CIPOLLETTI (AC).- El dato es revelador y por ello la reacción para buscarle una salida a las damnificadas. Entre marzo y octubre de este año se detectó en el hogar municipal Ruca Quimey un total de 500 casos de mujeres maltratadas, con distintos grados de violencia.

En función de esta impactante certeza se está trabajando en un proyecto de «autonomía integral de las mujeres que sufren maltrato».

Se verán beneficiadas con este trabajo interdisciplinario 100 mujeres que integran tres segmentos: mayores de 16 años que soportan o soportaron situaciones de violencia, mujeres solas con hijos menores de 19 años y mujeres e hijos «en vulnerabilidad social, afectiva y económica».

En el Ruca Quimey, que depende de Acción Social del municipio con participación del Consejo Local de la Mujer, funciona el servicio de violencia familiar.

Y manejan en ese centro parámetros precisos.

-De los 80.000 habitantes de Cipolletti el 45 por ciento lo constituyen adolescentes.

-La mitad de ese 45 por ciento está a cargo de mujeres solas, muchas de ellas sujetas a maltratos, y que son responsables de la crianza y manutención.

-En la mayoría de los casos los papás no pagan la cuota alimentaria.

Por ello consideran imprescindible en el Ruca Quimey la capacitación y la gestión asociativa y mancomunada de las mujeres que han atravesado o atraviesan problemas generados por los malos tratos, a fin de que se agrupen en «experiencias de autonomía personal y económica».

A la entidad llegan mujeres golpeadas con derivaciones de organismos de la más diversa índole, incluso de la justicia, o por decisión personal, buscando una salida que las aleje del flagelo.

Aparte del asesoramiento, y el seguimiento en los casos más severos, se ha planteado este proyecto de «autonomía integral» que apunta a estimular las capacidades de las mujeres, toma de conciencia de sus aspectos más positivos, reconocimiento y fortalecimiento de sus potencialidades para que se desenvuelvan de acuerdo a sus propias decisiones y fomento de la independencia psicológica, afectiva e incluso económica.

Trabajarán asistentes sociales, psicólogos, idóneos en la temática y voluntarios.

Este proyecto -se dijo oficialmente- se definió a partir de la necesidad de contar en Cipolletti «con un espacio referente que convoque, contenga y canalice las inquietudes y problemas» que devienen de situaciones de violencia familiar en todas sus formas.

«No sólo es una cachetada diaria, una golpiza de tanto en tanto, gritos, insultos, amenazas. Hay también presiones psicológicas llevadas casi al grado de servilismo. La mujer afectada no es dueña de sí misma. Puede llegar a ser casi una esclava contemporánea», confió una asistente social.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios