En Patagones hubo 400.000 ha desmontadas

A consecuencia de ello y de las bajas precipitaciones el desierto avanza en forma contundente sobre las zonas productivas del sur bonaerense. El este rionegrino, también afectado.

Patagones y la zona Este de la provincia de Río Negro viven un fenómeno de desertificación.

En el partido bonaerense, la pérdida por extracción mecánica significó 400.000 hectáreas de montes y pastizales naturales sobre una superficie aproximada de un 1,3 millones de hectáreas.

En Río Negro, se logró mitigar la situación para evitar mayores impactos aunque las medidas no han podido parar las nubes de polvo.

Patagones es el partido más extenso de la provincia donde la mayoría de los habitantes tiene en la agricultura y ganadería su principal fuente de recursos. A partir de las incidencias climáticas, la cobertura vegetal fue sumando mayor severidad de erosión (ver informe especial en el Suplemento Rural). A esto se le sumo que la precipitación media hasta 2005 rondaba los 599 milímetros anuales, mientras que el año anterior se redujo a 336 milímetros.

Los resultados de esta combinación fueron trágicos:

– La superficie histórica de siembra triguera osciló entre las 150.000 y 180.000 hectáreas; en cambio la campaña 2009-2010 para los técnicos del INTA y el Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires fue virtualmente «nula».

– Las cifras en la explotación bovina y ovina establecían a 2005 un stock de 381.319 cabezas, verificándose una estrepitosa caída a 148.491 cabezas al año pasado.

El equipo de trabajo de ambos organismos constataron que ese cóctel causó gran cantidad de suelos erosionados, de acuerdo a la información obtenidas de cartografía, recorridas de campo y análisis de una serie de imágenes satelitales.

 

Antecedentes

 

La caída del régimen pluvial y la necesidad de explorar nuevas alternativas en la agricultura dentro del partido más austral de la Provincia de Buenos Aires, tuvo su reacción negativa para Río Negro, donde sus autoridades salieron a diferenciarse.

El gobierno rionegrino dio a conocer ayer a través del Ministerio de Producción un informe en el que se revela que la tasa de desmonte de piquillines, chañares o alpatacos (una línea arbustiva de aproximadamente tres metros que caracteriza a la zona Este) para incorporar tierras a la agricultura en el secano, oscilaba en un promedio de 800 o 1.000 hectáreas anuales entre 1986 y 2000, respectivamente. Luego, se constató un «sorprendente aumento» a 6.000 hectáreas por año, que a criterio de las autoridades, recién se pudo frenar en 2007 al aplicarse la resolución Nº 460 que regula y controla los desmontes a partir de la creación del Servicio Forestal de Zonas Aridas dentro de la cartera productiva.

El informe sostiene que las cifras volvieron a un millar ya que esa normativa permite «desmontes proporcionales a la superficie total del campo y bajo pautas de manejo que minimicen sus efectos».

Río Negro exhibió imágenes tomadas por el satélite Lansat 5 en el que la superficie desmontada se concentra en forma masiva en Patagones contra 60.000 hectáreas del Departamento rionegrino de Adolfo Alsina.

Entre sus conclusiones señala como uno de los factores a considerar «es el proceso de desertización provocado por la sobrecarga animal, y sobrepastoreo, que alteró la composición del pastizal y la cobertura del suelo» agregando que otro lo constituyó «la extracción del monte para ´agriculturizar´ el uso del suelo». Edición impresa.-

Más información en el SUPLEMENTO RURAL.

 


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