En presencia del paraíso
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Hacia fines de 1948 Gastone Giacori y muchos italianos más, como Mottes, De Cian, Da Rold, De Min y Serioli, entre otros, viajaron hacia Bariloche, donde la empresa de pavimentación construiría el aeropuerto de esta ciudad. La sociedad anónima era propiedad de los hermanos Picot, los cuales contrataron al ingeniero Antonio Dal Mas para que dirigiera la obra. Durante el largo viaje hacia el sur, Gastone quedó impactado con las distancias. «Había conocido el mar, ¡la inmensidad del mar! ¡Esto era un mar de tierra!, me parecía imposible que pueda existir en el mundo tanta tierra!», recordó. «En Italia éramos multitudes en poca tierra. Aquí habíamos vista mucha tierra y muy pocos habitantes. ¡La Patagonia no terminaba nunca», escribió.
«De pronto, después de tanto camino recorrido, cuando el camión cruzó una loma… ¡estuvimos en presencia del paraíso!. No podíamos creer lo que nuestros ojos veían. ¡Era la majestuosidad del lago Nahuel Huapi!. Habíamos llegado a destino. Fue en ese mismo momento cuando presentí a Dios, porque estaba a mi lado indicándome el camino. Desde lo profundo de mi corazón le agradecí la posibilidad de empezar de nuevo», indicó.
El libro describe la vida en Bariloche y los duros trabajos en la estepa para construir el aeropuerto. «Nosotros éramos la segunda inmigración, éramos además otra generación, con todo lo que implica: con otros pensamientos, con otra preparación cultural, con otro espíritu. A los que llegamos después de la Segunda Guerra, nos consideraron `nuovi italiani. No fue fácil entendernos. Pero como ellos, habíamos sufrido y penado una guerra. Nos unían las mismas ganas de hacer, de trabajar, de construir, de tener una casa, un pedacito de tierra para cultivar», apuntó.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Hacia fines de 1948 Gastone Giacori y muchos italianos más, como Mottes, De Cian, Da Rold, De Min y Serioli, entre otros, viajaron hacia Bariloche, donde la empresa de pavimentación construiría el aeropuerto de esta ciudad. La sociedad anónima era propiedad de los hermanos Picot, los cuales contrataron al ingeniero Antonio Dal Mas para que dirigiera la obra. Durante el largo viaje hacia el sur, Gastone quedó impactado con las distancias. "Había conocido el mar, ¡la inmensidad del mar! ¡Esto era un mar de tierra!, me parecía imposible que pueda existir en el mundo tanta tierra!", recordó. "En Italia éramos multitudes en poca tierra. Aquí habíamos vista mucha tierra y muy pocos habitantes. ¡La Patagonia no terminaba nunca", escribió.
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