En Puente de Madera piden respuestas

Vecinos de la planta de líquidos cloacales de Cipolletti reclaman que se construyan las casas prometidas.

CIPOLLETTI (AC).- Las familias afectadas por la planta de líquidos cloacales de esta ciudad amenazaron ayer con iniciar medidas de fuerza más contundentes si la provincia no les da una respuesta a la tardanza en la construcción de las viviendas donde serán trasladadas.

La decisión se tomó en una asamblea que realizaron el lunes y en la que se analizó marchar hacia las cabinas del peaje o a las oficinas de Aguas Rionegrinas, la empresa operadora de la planta.

La gota que colmó la paciencia de los vecinos fueron las declaraciones del ministro de Economía, Pablo Verani, que aseguró que la demora no es responsabilidad de la provincia sino de Nación porque todavía no autorizó el llamado a licitación de las casas que se construirán a través del Plan Federal II.

Las realizó luego de tomar conocimiento de las cartas documento que enviaron los vecinos al Departamento Provincial de Aguas y a ARSA intimándolos a que en un plazo no mayor de 30 días den inicio a la construcción de las viviendas.

«Estamos cansados que nos tomen el pelo y queremos aclarar que nuestro traslado es una responsabilidad de la provincia y no de Nación. No nos importa de dónde saquen el dinero, lo que queremos es que inicien los trabajos», aseguró Víctor Alarcón, uno de los voceros de los habitantes del barrio Puente de Madera.

Las 65 familias que serán trasladadas reclamaron una nueva reunión con el intendente Alberto Weretilneck y los representantes provinciales que a fines del año pasado firmaron el compromiso de construir sus viviendas. «Vamos a exigir que sea todo por escrito y firmado ante un escribano público porque a las palabras se las lleva el viento. Nos cansamos de escuchar promesas», dijeron.

Recordaron que cuando se tomó la decisión sobre el lugar dónde se iban a construir las piletas de tratamiento, en el sector ya existía el barrio.

«Pensaron que como éramos pobres no íbamos a reclamar nada. Pero nosotros somos gente de trabajo. Nuestras casas las construimos con muchísimo esfuerzo y ahora por fuerza mayor nos tenemos que ir y no nos una solución», explicaron ya sin saber qué más argumentos utilizar para que los funcionarios entiendan la «necesidad imprescindible» del traslado.

«Nadie entiende lo que es vivir cotidianamente con los olores que salen de las piletas. Más ahora que empieza el frío y se intensifican», señaló Alarcón. La planta de líquidos cloacales comenzó a funcionar hace un año y medio y desde ese momento los habitantes más afectados -los que viven enfrente a poco menos de 100 metros- iniciaron el reclamo por las modificaciones que sufrieron en su calidad de vida.


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