En Río Negro el paro se sintió en el sector estatal

El paro en Río Negro tuvo alto acatamiento entre los docentes, mientras que se sintió en menor medida en el sector salud, justicia y fue de distinta magnitud en el transporte público de pasajeros, según la ciudad de la que se trate.

En Viedma, unas 300 personas interrumpieron por un par de horas el tránsito en el puente Basilio Villarino que une esa ciudad con Patagones. Los colectivos que cumplen el recorrido urbano no prestaron el servicio, luego de aparecer frente a los galpones de la empresa varios clavos de los denominados «miguelitos», señal que fue interpretada como una advertencia. La atención en los bancos privados fue nor-mal y sólo se advirtió adhesión a la medida en la entidad crediticia nacional en Vied-ma, mientras que en Patagones fue importante el acatamiento en el Banco Provincia. En la Justicia la adhesión al paro no superó el 25% en la capital y el 45% en general en la provincia, según datos suministrados por ese Poder.

En Cipolletti, unas 50 personas se concentraron en la esquina de Sarmiento y Roca, cortando el tránsito durante dos horas. Daniel Gómez, secretario general de Unter Río Negro, estuvo en el lugar y criticó las últimas decisiones del gobierno. «Algunos aplauden el desembarco de Cavallo como si no fuera el inventor de lo que nos está pasando hoy: la desocupación, la miseria, la marginación», expresó.

En Bariloche el paro tuvo una fuerte adhesión en la salud, la educación y la administración pública, pero casi no se notó en los bancos y el transporte urbano. El paro también fue completo entre los municipales. Unas 600 personas que participaron de la movilización organizada por los gremios.

En Allen hubo movilizaciones y una asamblea popular. Se registró un 95 % de acatamiento en el sector docente. Un centenar de personas manifestó rechazo al ajuste de Nación y se firmó un petitorio, solicitando a los ocupantes de cargos políticos de los diferentes estamentos que se rebajen los sueldos, en forma equitativa a lo que percibe cualquier trabajador.

En Roca, cerca de 500 personas concurrieron a la marcha «en contra del recorte» convocada por la multisectorial. Los participantes cortaron la ruta 22 por media hora. El acatamiento al segundo día de paro educativo «fue de un 90%», según aseguró la Unter de Roca.

En Jacobacci alrededor del 30 % de los docentes se plegó al paro y unas 50 personas marcharon hasta la municipalidad. No pararon los agentes municipales ni empleados del hospital «Rogelio Cortizo», distintas reparticiones provinciales y la sucursal del Banco Patagonia.

En Regina, más de medio centenar de alumnos y docentes del asentamiento universitario se movilizaron por las calles céntricas y luego hacia el municipio. A la manifestación se sumaron los ediles del Frente Grande, José Rayó, del MPP, Ru-bén Carrizo, y el titular del Concejo Deliberante el aliancista Martín Buljubasich.

El Valle Medio vio mermado su movimiento habitual. El paro en el transporte público fue total, y ni siquiera los colectivos de línea interurbana funcionaron. El 75 % de los docentes se sumó al paro y alumnos de la escuela secundaria Nº 7 se movilizaron por la mañana junto con docentes por las calles de Lamarque.

En Cinco Saltos el sector educativo fue el que más reflejó el acatamiento al paro. El transporte funcionaba irregularmente, con móviles de taxistas circulando sin carteles identificatorios para evitar posibles inconvenientes. En el comercio la adhesión no se notó, así como tampoco en la administración pública.

(AV/AC/AB/AA/AR/AVR/AVM/ACS)

La falta de transporte le dio más fuerza a la protesta

BUENOS AIRES.- En medio de la peor crisis política y económica de los últimos tiempos en el país, el gobierno recibió la primera expresión general de reprobación del año al tener un alto grado de acatamiento el paro dispuesto conjuntamente por la CGT disidente, la Central de Trabajadores Argentinos y la Corriente Clasista Combativa.

Tanto en la Capital Federal, como en la provincia de Buenos Aires y el interior del país la actividad sufrió una importantísima merma en gran medida por la interrupción casi total del servicio de colectivos, mientras que los trenes, subterráneos y aviones funcionaron con esquemas de emergencia, que complicaron a los usuarios que utilizaron esos transportes.

En la educación, uno de los gremios de la CTA (CTERA) que convocó a un paro de 48 horas que se inició el martes y ayer en que la actividad oficial resultó nula pero que en el ámbito privado tuvo establecimientos dictando clases casi con normalidad.

El paro no estuvo exento de incidentes en el conurbano bonaerense, Mar del Plata, Neuquén , Mendoza y Rosario.

El gobierno, a través de la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, y del vicejefe de Gabinete, Armando Caro Figueroa, salió a repudiar la medida de fuerza en tanto que el gremialismo encargado de la convocatoria al paro se mostró exultante por el resultado global de la huelga.

Bullrich insistió en que hacer huelga «no tiene sentido» y apuntó al titular de la central obrera rebelde, el camionero Hugo Moyano, por entender que con sus arengas insta a la violencia en el país y le advirtió que en Argentina «no vale todo» para hacer lo que se quiera.

Para Caro Figueroa, quien llegó al gobierno de la mano del nuevo ministro de Economía, Domingo Cavallo, la protesta gremial era «extemporánea» ya que las medidas económicas anunciadas por el ex titular del Palacio de Hacienda, Ricardo López Murphy, que motivaron la medida de fuerza «ya no existen en el panorama político».

«El éxito», según los gremialistas

En cambio los máximos dirigentes de la CGT disidente, con Moyano a la cabeza, resaltaron «el éxito» de la medida de fuerza por el alto grado de acatamiento que se experimentó en distintos sectores, del mismo modo que lo hicieron Víctor De Gennaro y otros miembros de la CTA y la CCC.

Moyano, al hacer un balance de la jornada de protesta, reveló que se había reunido poco antes con el ministro Cavallo quien, según dijo el sindicalista, «nos pidió una tregua» en el plan de lucha que se lleva adelante. El camionero contó que le había pedido al ministro la puesta en práctica de «un subsidio a los jefes de familia desocupados» y que el ministro dijo que esa medida «no estaba en la primera instancia» de su plan y por lo tanto «no era posible» ya que de hacerlo en forma inmediata «lo iban a tomar por loco y demagogo. No teníamos ninguna expectativa, pero nos fuimos con menos de las que llegamos», redondeó.


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