“En Río Negro se debe mejorar la calidad del gasto”

La economista y diputada provincial electa por el Frente para la Victoria, Anahí Tappata, cuestiona la falta de gestión que se observa en el gobierno provincial.

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Cerrada la ejecución presupuestaria del primer semestre del año, la administración Weretilneck mantiene la tendencia positiva en sus cuentas públicas.

Los ingresos corrientes crecieron en estos primeros seis meses del año a una tasa interanual 52% mostrando así un salto real (neteado por inflación) superior a los 25 puntos. Los gastos por su parte mostraron un incremento del 50% mostrando una aceleración preocupante para el mediano plazo. Salarios, una partida que continua presionando sobe el presupuesto, se llevo cerca de 5.900 millones de pesos, mostrando una suba del 44% respecto del mismo período de 2014.

Pese a ello el superávit corriente se acercó al los 1.500 millones de pesos, impulsado por los recursos extraordinarios generados por las prórrogas de las áreas hidrocarburíferas.

Pero no todo lo que brilla es oro. Existen distorsiones, muchas de ellas que debieran corregirse en el corto plazo para poder hacer sustentable en el tiempo las cuentas fiscales de la provincia.

“En principio existe un desacople entre la gran cantidad de recursos disponibles para ejecutar obra pública y los gastos verdaderamente ejecutados por esta partida. Habría que preguntarse donde esta ese dinero”, planteo la flamante diputada provincial electa del Frente para la Victoria, Anahí Tappata, en conversación con este medio.

Los datos en este sentido son llamativos. La obra pública no fue el fuerte en estos cuatro años de la administración Weretilneck. Si bien los datos del primer semestre muestran un salto interanual importante en las erogaciones de esta partida, no termina de satisfacer las expectativas frente a las necesidades de infraestructura que tiene la provincia.

“No conozco a fondo el programa de ejecución de obra de la provincia, lo que sí está claro es no se ejecutó y esto se debe, en parte, a un problema de gestión. Hay que entender que no sólo alcanza con tener el dinero, hay que saber gestionar esos excedentes”, destacó la economista.

La charla derivó en un tema clave: para el desarrollo de la provincia lograr superávit fiscal es una condición necesaria, pero no suficiente. Es importante en este sentido que el gobierno multiplique los beneficios de esos excedentes generados con obras que permitan el crecimiento sostenido de la economía provincial. En estos últimos años, el estado reemplazo el rol del sector privado en lo que se refiere a motorización de la economía provincial. Según Tappata, este cambio se forzó fundamentalmente a través del crecimiento de la burocracia estatal y su masa salarial.

“Claramente debemos mejorar la calidad del gasto. Las erogaciones en personal son enormes. Esto te imposibilita, te ata para proyectar cualquier tipo de desarrollo sustentable en la provincia. Y no sé si es necesaria esta cantidad de estatales para los servicios que hoy da el Gobierno”, opinó en otra parte de la conversación.

El incremento de personal del Estado en una provincia se da, por lo general, por dos causas. La primera de ellas, cuando existe un crecimiento poblacional que requiere una mayor demanda de servicios, cosa que en estos últimos años no sucedió. La segunda, para resolver un problema de empleo. Esta última alternativa fue la que primo Claramente los últimos gobiernos rionegrinos apuntalaron esta última salida al analizar las variables socioeconómicas de la provincia. “Si tomamos a los empleos provinciales y sumamos los de las empresas públicas, los municipales y trabajadores de organismos nacionales, la masa estatal concentra el 52% del total del mercado laboral en Río Negro. Un dato no menor cuando se lo compara con el resto de las provincias”, reflexionó Tappata.

Otro de los puntos que cuestionó le economista del Frente para la Victoria fue la matriz que presentan los ingresos corrientes: “hay señales de alerta en el presupuesto. Hay que crecimiento, pero la estructura es perversa. Que el impuesto inmobiliario sea el que menos recaude, me llama la atención. Ahí hay algo que está fallando. El impuesto automotor es más que el doble que el Inmobiliario… ¿cómo se entiende todo eso?”.

Tappata no niega que los grandes números del presupuesto son buenos, mostrando crecimiento en sus recursos y sólidos superávit corriente y financiero. “Pero cuando se hurga sobre los números finos, claramente se observa un serio problema de gestión”, finaliza.

Cabe destacar que los recursos corrientes totalizaron en estos primeros seis meses del año los 10.135 millones de pesos. Cerca del 55% de esta cifra llega por transferencias del gobierno nacional, mientras que el restantes 45% son de jurisdicción provincial, computándose en estos últimos las regalías y los fondos petroleros provenientes de la negociación por las prórrogas de las áreas hidrocarburíferas en la provincia.

Redacción Central


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