En Stefenelli pelean para que no cierren la biblioteca del barrio

Las dos bibliotecarias de "Casa de Amigos", que atienden a más de 400 usuarios a diario, reclaman que se les pague un sueldo por su trabajo. Desde el Consejo Provincial de Educación les dijeron que mientras estudian una respuesta en el or

ROCA (AR).- Nació como una prolongación de un proyecto universitario y ocupó un espacio educativo en el que el Estado rionegrino estaba ausente. Ahora, a 10 años de su fundación, la biblioteca popular «Casa de Amigos» del barrio Padre Stefenelli de Roca pelea por no cerrar y pide al Consejo de Educación provincial que les pague un sueldo a las dos empleadas que atienden a los casi 400 socios y otros tantos vecinos que la visitan a diario.

Gloria Argamonte y Daniela Palacios son las dos encargadas que, a pesar de los reclamos de años, aún esperan algún tipo de aporte por su trabajo.

Desde el gobierno provincial recomendaron a las empleadas que mientras no se les pueda dar una respuesta a sus reclamos cierren las puertas de la biblioteca, que es la única en el barrio y atiende las necesidades de las escuelas primarias 38º, 56º,31 y San Miguel. El miércoles pasado, cuando se la iba a cerrar definitivamente, la comisión directiva decidió prorrogar la decisión durante 30 días. Según se explicó, será para cumplimentar las cuestiones legales necesarias para el cierre de la institución y para esperar un respuesta positiva a sus reclamos por parte de las autoridades.

«Los nombramientos ya están» les afirmaron desde Educación del Estado provincial, pero no hay nada escrito que lo atestigüe. «Nos dijeron que si no llegaban los papeles, no atendiéramos más, pero no podemos dejar a los chicos sin los libros. Vienen, tocan la puerta y te dicen que es para la tarea del día, y no podemos decirles que no», comentó Argamonte, quien aclaró que lo que busca es una solución para el barrio, más allá del trabajo que ella realiza. «Tengo a mi marido y a mi hijo que trabajan, por lo que no voy a tener mayores problemas. Las dificultades son para la gente del barrio, porque si no funciona la biblioteca tienen que ir al centro, y queda muy lejos», agregó.

«Casa de Amigos» se fundó el 21 de diciembre de 1994 a partir de un proyecto universitario presentado por estudiantes de la carrera de Servicio Social. Desde ese momento, Argamonte forma parte de la institución. Atendiendo a los socios o formando parte de la comisión directiva (fue su presidenta) siempre trabajó para la biblioteca y pidió a los distintas administraciones provinciales que reconocieran el trabajo que allí se realizaba.


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