En un hecho inédito, la oposición se unió contra la reforma oficial

Participaron Macri, López Murphy, Carrió, Binner y la UCR, entre otros.

Una reunión inédita de representantes de la oposición en la Cámara de Diputados, que sumó a la UCR, el ARI, PRO, el Partido Socialista, la CTA y el Partido Nuevo de Córdoba, expresó ayer junto a una veintena de asociaciones civiles su rechazo a la reforma del Consejo de la Magistratura impulsado por el gobierno.

Horas más tarde, el presidente Néstor Kirchner lanzó una furibunda crítica contra la oposición y consideró «tragicómico» que estén sentados a la misma mesa Elisa Carrió y Mauricio Macri.

La reforma, ideada por la senadora Cristina Fernández de Kirchner y aprobada por el Senado, generó una fuerte controversia en la cámara baja, abroqueló a la oposición y obligó a postergar la sesión prevista para hoy, donde el oficialismo pretendía convertirla en ley sin analizarlo en comisión.

El repudio agrupó ayer por primera vez en torno a una misma mesa a los diputados Elisa Carrió (ARI), Mauricio Macri (PRO); el jefe de la bancada radical, Fernando Chironi; Hermes Binner (Partido Socialista), Ricardo López Murphy (Recrear), Claudio Lozano (CTA), la transversal Norma Morandini (Partido Nuevo de Córdoba) y Patricia Bullrich (Unión por Todos), junto a una variada gama de legisladores. El único senador presente fue Rubén Giustiniani (Partido Socialista). No hubo justicialistas, ni siquiera los duhaldistas, y tampoco representantes del Frente para la Victoria.

«Más allá de nuestras claras diferencias políticas y en cumplimiento de los deberes conferidos también por el voto ciudadano, rechazamos en forma absoluta los métodos, prácticas y contenidos que, avasallando las instituciones republicanas básicas, pretenden entregar y manipular la Justicia a través del proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura», expresaron los legisladores presentes en un documento común.

El radical Chironi abrió el encuentro con la lectura del documento conjunto. Luego siguió Macri, quien acusó a la reforma de «atentar contra la Justicia y la libertad», y después Carrió, quien recordó como en los noventa Cristina Fernández de Kirchner se opuso al intento menemista de controlar la mayoría del Consejo. «Nos empequeñece como Democracia», acotó Binner a renglón seguido.

Federico Storani, integrante del Consejo en representación de la UCR, trazó una breve historia de la influencia política en la designación de los jueces, primero con el ascendiente del senador Vicente Leónidas Saadi y luego con la impronta de Carlos Corach, ministro del Interior de Carlos Menem.

Tras las palabras de los dirigentes políticos, Marcela Rodríguez (ARI) convocó a las asociaciones civiles a sumar sus opiniones. Las críticas fueron todavía más crudas. «Nos duele que la Justicia tenga que ir a comer de la mano de los políticos para evitar su remoción o garantizar su promoción», se lamentó Carlos Adreucci, presidente de la Federación Argentina de Colegios de Abogados.

«No nos une el amor sino el espanto al proyecto», agregó Juan Antoniaccio de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). Uno tras otro, los representantes de la Federación, de ACIJ, Poder Ciudadano, el Colegio Público de Abogados de Buenos Aires, el CELS, el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP) y el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), entre otros, denostaron el proyecto de Fernández de Kirchner.

Hoy, opositores y abogados llevarán sus cuestionamientos a la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, en un intento por cambiar la voluntad del oficialismo.

Fuerte cruce entre integrantes del Consejo y Pichetto

BUENOS AIRES (ABA).- El senador rionegino Miguel Pichetto se transformó en el peor enemigo de los legisladores opositores y buena parte de los consejeros venidos del Derecho que integran el Consejo de la Magistratura. Lo señalan como el «enviado» del Ejecutivo encargado de postular y castigar a los jueces.

Pichetto es titular de la Comisión de Disciplina del Consejo y choca todo el tiempo con buena parte de sus pares del Consejo. La diputada Marcela Rodríguez (ARI-Buenos Aires), por ejemplo, lo acusa de ser el culpable de inexplicables tardanzas (según las llama ella) para expedirse sobre un expediente donde se investiga la actuación del juez federal Claudio Bonadío en una causa que investiga irregularidades en la investigación del atentado a la AMIA. «Lo tuvo parado por años», repite Rodríguez.El cortocircuito entre Rodríguez y Pichetto se debe a que el senador siempre se negó a que el expediente sobre Bonadío pase de la comisión de Disciplina –la suya– a la comisión de Acusación –la de la legisladora–. Rodríguez considera que la actuación de Bonadío en esa causa debe estudiarse en Acusación porque existirían pruebas suficientes para enjuiciar al juez.

En su descargo, Pichetto le dijo a este diario que el expediente de Bonadío fue sumamente complejo, con más de 46 cuerpos. «Hice – apuntó – un seguimiento exhaustivo aunque tuve un acceso limitado. Luego saque un dictamen absolutorio de 115 fojas porque creo que no hay mérito».

Sobre la no excusación de Bonadío por haberse desempeñado a las órdenes del ex ministro Carlos Corach, Pichetto señaló que éste «nunca fue mencionado salvo en la última sentencia del tribunal oral». Agregó que él fue solamente un instructor en una causa que tendrá que ser tratada en plenario. Pichetto afirmó que las manifestaciones de Rodríguez son difamatorias y tienen el propósito de «colocarme como operador del gobierno».

Hace dos semanas, en una reunión plenaria del Consejo, Pichetto presentó su conclusión sobre el caso Bonadío: pidió desestimar las acusaciones contra el magistrado. Organizaciones como Memoria Activa lo criticaron duramente. Por esas presiones, y por desacuerdos con los demás consejeros, el dictamen finalmente quedó suspendido hasta el año que viene.

Las polémicas entre Pichetto y los legisladores opositores y consejeros del Derecho estallaron una vez más hace dos semanas. Fue cuando el Consejo de la Magistratura trató un expediente contra el juez de la Cámara del Crimen Alfredo Barbarosch. Pichetto impulsó un apercibimiento contra el magistrado, dictamen que finalmente se aprobó. Pero en la votación el rionegrino discutió con el abogado Beinusz Szmukler. El letrado argumentó su voto –a favor de la desestimación de la denuncia contra Barbarosch– diciendo: «hago míos los argumentos desestimatorios del consejero Yoma».

Pichetto estalló de furia: «¡Estoy cansado de los caprichos del doctor Szmukler y de Rodríguez!». Szmukler le contestó más enojado aún: «Estoy fundamentando mi voto y lo voy a hacer cuantas veces quiera». En ese momento Pichetto encontró un defensor, Carlos Kunkel, ex subsecretario General de la Presidencia, flamante miembro del Consejo, que dijo levantando un poco la voz que «no podía creer» como se lo estaba tratando al senador rionegrino.

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