En vías del olvido

Quien podía imaginar en la década del '40 que aquella estación donde se cargaban miles de corderos, kilos y kilos de fruta, alfalfa y papas, quedaría en ruinas. Quién podía pensar que Guerrico con los años sería sólo eso, un nombre.

El tiempo se llevó aquella gran actividad y dejó sólo recuerdos y un sentimiento de pérdida. Sólo algunas de las tantas promesas permitieron soñar el anhelado desarrollo, pero la realidad siempre despertó a todos los habitantes de golpe, de un duro golpe de ausencias.

Cuentan los viejos pobladores que allá por la década del '40 la estación vivía principalmente por el gran protagonismo de dos establecimientos del sector: la estancia Flügel y la propiedad de los Pearson.

«Para Semana Santa se cargaban cerca de 7.000 corderos que iban a Buenos Aires», recuerda una mujer que vivió en la zona. Los animales provenían de las tierras de Flügel.

Pero no sólo eso. También, como en las demás estaciones de la región, en aquellos tiempos la actividad frutihortícola era importante. Y no faltaban quienes se acercaban al lugar como un paseo, para ver el paso del tren de pasajeros. Era una estación con todas las letras, aunque ahora apenas conserva su letrero.

El paso del tiempo, el abandono y la delincuencia se encargaron de arrebatar lo poco que le quedaba a la edificación. Atrás quedaron las imágenes de las casillas donde vivía el personal ferroviario, el movimiento de horas y horas de cargas y la llamada «Estación Guerrico». (SS y EH)

Nota asociada: Había una vez… una Estación Guerrico, un pueblo que no pudo ser

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