En Villa La Angostura se están construyendo más casas que hoteles

El comentario, muchas veces asombrado, sobre la abundancia y variedad de construcciones que se ven en la localidad desde al menos dos años a esta parte ya es un lugar común.

Es un fenómeno que se puede verificar a simple vista tanto por parte de los pobladores como de los turistas que no dejan de admirar también el tipo de arquitectura y la calidad en viviendas particulares o establecimientos turísticos.

Esta percepción generalizada halla un amplio respaldo en los datos estadísticos brindados desde el Ente municipal de Planeamiento y el propio intendente, días pasados, echó mano a esas cifras para abonar su pensamiento sobre los tiempos que se vienen y los nuevos desafíos que plantea semejante crecimiento.

La inversión turística y el fuerte incremento poblacional han obrado como disparadores para que, por ejemplo, en el primer rubro se registren casi 12.000 m2 de nuevas construcciones en lo que va del año, mientras que en el ítem vivienda, se esté en poco más de 36.000 m2 a la fecha, cálculos tomados en base a las presentaciones de planos realizadas en las oficinas del EMPLADE.

En términos económicos, sólo en el 2003, 42 millones de pesos se han volcado en la Angostura como inversiones en el sector turístico que en gran parte tienen que ver con la construcción de nuevos establecimientos hoteleros.

La información, también oficial, indica que de las 1.800 camas que había en el período 1999/2000, se pasará a unas 3.200 en diciembre próximo cuando se inauguren varios de los grandes proyectos en marcha que hay en la zona de Puerto Manzano y hacia el lado de Correntoso.

Otras 800 camas están en vías de concreción, con lo cual se prevé que el número total ascenderá a 4.000 entre 2004 y 2005. Y eso sin contar las nuevas presentaciones que se vayan efectuando.

Sin embargo, el sector de vivienda particular fue el que más creció y es que la población, censada en 2001, era de 7.500 habitantes y habría pasado ˆsegún estimaciones del Registro Civil en base a los cambios de domicilio- a alrededor de 12.000 personas, o sea un 60% de incremento en dos años.

Si se toma como valor base un costo de 750 pesos por metro cuadrado de construcción, cifra más que moderada, el monto del gasto en obras de casas durante este año sería del orden de 27.000.000 pesos, aunque hay edificaciones de mucha categoría que cotizan el precio por metro cuadrado a entre 400 y 450 dólares.

Pero no todo es más trabajo y creci

miento.

Hay inconvenientes en la provisión de algunos insumos, especialmente áridos, y sobre todo escasez de mano de obra calificada para tareas como la colocación de pisos y revestimientos, pintura de calidad, plomería, instalación de gas y electricidad.

Esto hace que muchos obreros sean traídos a trabajar desde otras ciudades en condiciones inadecuadas de alojamiento y en negro, hecho que ya fue denunciado por el arquitecto Jorge Dusevich cuando se postulaba para intendente por el Partido Independiente Angostura.

Esta dificultad es asumida como crónica por los profesionales de la construcción y, obviamente, encarece todo.

Ni qué hablar de las reparaciones o mantenimiento que se necesiten hacer en establecimientos o viviendas.

De hecho, una semana de llamados a varios teléfonos efectuados por «Río Negro» para conseguir gasista no tuvieron más respuesta que:

-No puedo ir. Tengo demasiado trabajo. .

El irregular abastecimiento de áridos tiene que ver con dos cuestiones. De un lado, no hay canteras en la localidad y la única más próxima, Conevial, sobre la ruta a Bariloche provee casi con exclusividad a la firma vial que realiza trabajos en el camino internacional a Chile.

Algunos profesionales consiguen proveerse allí pero no encuentran toda la clase de áridos que se necesitan en una obra.

Habitualmente arena, ripio y piedra se compran en Bariloche, pero últimamente la clausura de una de las dos grandes empresas del rubro en esa ciudad ha agravado la situación.

Otro de los motivos de queja de constructores, arquitectos e ingenieros es la escasa capacitación de la mano de obra local.

Dicen, además, que la entrega de subsidios (plan Jefes o ley 2128) contribuyen a ello porque muchos prefieren quedarse en su casa y cobrar sin hacer nada.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El advenimiento del turismo desencadenó un importante repunte de la construcción junto al Nahuel Huapi. «Hace al menos 10 años que no había tanto trabajo como ahora», aseguró Víctor Enevoldsen, empresario de la construcción con varias décadas de trabajo aquí. Similares conceptos vertieron los empleados de Casa Plam, el corralón más importante de esta ciudad.

Víctor Carcar, titular de la UOCRA, reconoció que hace un año que en el gremio de la construcción tienen muy buenos índices de empleo. «Puedo decir que prácticamente todos nuestros afiliados, unas 1.300 personas vinculadas a las empresas y constructoras, tienen trabajo», afirmó.

No obstante, aclaró que esto no implica que todos los obreros de la construcción tengan empleo, ya que hay muchos que están «en negro y que no logran continuidad laboral». También hay «muchísima gente sin oficio, en las categorías de ayudante y peón, que no siempre están ocupados», agregó.

Hoteles, hosterías y bungalows renuevan sus instalaciones de cara a una nueva temporada estival. No menos de 50 complejos efectuaron mejoras en sus instalaciones y otro tanto «aggiornó» sus servicios complementarios. La mayoría de ellos espera una buena temporada de verano y no son pocos los que solicitaron un crédito para reformar sus instalaciones.

Actualmente se remodelan íntegramente los hoteles Libertador, Kentton, Del Parque, Andino, Pire Hue y Hostería del Cerro y próximamente se hará lo propio con El Casco, Interlaken y otros. Asimismo se construyen establecimientos nuevos, como son el Inacayal, Saint Design y la mayoría de los hoteles tendrá categoría 3 y 4 estrellas.

También hay muchísimas mejoras en viviendas particulares y en tres barrios residenciales se construyen alrededor de 65 casas de familias, muchas de ellas con más de 300 metros cuadrados cubiertos. En primer lugar se encuentra Villa Arelauquen, un barrio privado que incluye todos los servicios en forma subterránea y cuenta con canchas de golf y polo, una hostería con servicios 5 estrellas, pistas de esquí y vigilancia privada. También, al este de la ciudad, se construye mucho en los barrios Las Victorias, Aldea Andina y Dina Huapi.

Según pudo constatar este diario, la gran mayoría de los obreros especializados, albañiles, carpinteros, plomeros, electricistas y otros están literalmente «tapados de trabajo». «No consigo ningún profesional que me pueda dibujar planos en Autocad», sentenció un reconocido arquitecto ante «Río Negro».

Notas asociadas: Prometedor resurgimiento de la construcción Panoramas en Río Negro y Neuquén Alentadores pronósticos Las Grutas vive con la construcción una temporada récord    

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