“Encuentro supremo” con David Lebón

En su primer disco de estudio en siete años, el gran guitarrista ofrece su tradicional repertorio estilístico de baladas y rocanroles, más un sentido homenaje a Luis Alberto Spinetta.

El 25 de noviembre salió a la venta “Encuentro supremo” y el 10 de diciembre David Lebón lo mostró en el escenario de La Trastienda Samsung, en San Telmo. Grabado en Estudios ION, el flamante disco ofrenda once canciones inéditas y un homenaje a su amigo Luis Alberto Spinetta con una conmovedora versión del clásico de Almendra “Laura va”, como tema final. Sobre esta producción el guitarrista habló con “Río Negro”.

P- ¿Cómo es el disco?

R- Bueno, es un disco especial, bastante parecido a lo que vengo haciendo desde que empecé a tocar. Y eso me alegra porque varios estuvimos sin grabar durante siete años. Es mucho tiempo y pasó desapercibido mientras tocaba en vivo. Por otro lado, yo igual seguía componiendo y tenía una cantidad de canciones como para hacer el disco. No fue tan complicado, no tuve que apurarme, los temas ya estaban y los pasamos con la banda. Me encanta como tocaron, viste que es medio sucio, me gusta que suene así y salga todo en primera toma, nada de esas cosas tan difíciles de reproducir luego en vivo. Hay quienes tocan con una pista pero si llega a bajar la tensión en los aparatos, se te acabó el concierto. Me pasó que se cortara la luz, agarré la (guitarra) acústica y canté sin problema, la gente se enganchó y la pasamos bomba…

P- Las canciones tienen la particularidad de ser cantables, las podés silbar en la primera escucha, las melodías son fácilmente memorizables.

R- Sí, ¡qué bueno! Sos la primera persona que me dice eso. Es importante.

P- Oyéndolas, una primera sensación me llevó a “El tiempo es veloz” (su tercer disco, 1982), directo a la frase “Pienso que todavía quedan tantas cosas para dar”…

R- Y hay más todavía porque me quedó un pilón de temas afuera. Está buenísimo… Si me pasara algo, mi familia se va a quedar con un montón de canciones. Yo eso lo pienso… Me encantaría vivir hasta los doscientos años, si pudiera, porque me cautiva el planeta Tierra a pesar de todos sus quilombos, de los que nosotros somos partes, no se arman solos. Algo nos falta aprender todavía, imagino. Me encanta vivir y tener estas experiencias ahora. A los sesenta y pico de años hay que pensar en el día que deba dejar mi cuerpo e irme, y al menos para los nietos o quien sea, queden canciones para que mi hijo Tayda (el mayor, luego nacieron Niklas, Panchi, Nayla y Hannah), que tiene la voz igual a mí, pueda cantarlas.

P- Mi hipótesis es que el “Encuentro supremo” es con vos mismo…

R- Me encanta porque lo sacaste totalmente claro. Es así como decís. Todos debemos entender que acá, la única manera de salir del dolor, más que nada, es teniendo paciencia, si podés. Porque molesta más que la falta de dinero o de trabajo que te lleva al dolor y a sentirte mal y a pedir por favor denme trabajo, ¡ayúdenme! Una de las razones por las que adoro a este país es por la inmensa paciencia que tenemos y vale oro. Oro, porque en cualquier otra parte ya estaríamos bombardeando todo. Ya pasamos por eso. A veces nos tratamos de grasas, de negros o descalificativos así, pero somos un pueblo muy elevado… Nuestros antepasados vinieron de muchos países distintos y sin embargo aprendimos a convivir y darnos cuenta que nos tenemos que querer porque estamos caminando la misma senda.

Yo escribo las canciones para todos, para mí también, por supuesto. Debemos amar sin necesidad de tener una pareja, hijos, auto, lo que sea. Podemos sentir amor igual. Recuerdo que cuando era chiquito no tenía juguetes y jugaba con cosas que yo mismo hacía, y la pasaba increíblemente bien. Yo no sé si la gente se quiere, no sé cuántos de nosotros nos queremos, no soy un maestro ni algo por el estilo. Sí sé que hay muchas personas que quieren tener el amor supremo y es fácil de encontrar si te detenés un poco y dejás de mirar las cosas que están mal o parecen estarlo.

P- Recorté versos que me resonaron. Por ejemplo, de “Las cosas que dijiste”: “saber mirar en la oscuridad ya que la luz ilumina el camino”.

R- Sí… (Sonríe Lebón). ¡Es hermoso, lo escribí como lo sentí! A los tipos que escribimos no nos gusta mucho cómo quedan las letras. Me gustaría ser un gran poeta como Bob Dylan, un avanzado en los sesenta cuando dijo: los tiempos van a cambiar; o padres, ustedes no son los dueños de sus hijos, no critiquen algo que no entienden. Es importante tener seres así en el mundo.

P- Escribiste también en “Último viaje”, “conozco casi todo y la belleza a donde voy”…

R- ¡Cómo leés el disco y me sacás a mí!

P- Y en “Latin Rumba”, “siempre mirar lo que ya nadie quiere ver”. Son frases fuerza.

R- Cada uno tiene su forma, yo nunca me sentí un gran escritor. Soy solo un tipo que ve y escribe lo que ve. A veces, me siento muy bruto con las palabras porque no fui mucho a la escuela, me dediqué a tocar desde muy chiquitito y no pude estudiar. Entonces me parecía una pérdida de tiempo, no había nada que me interesara a los 14, 16 años. Salieron Los Beatles y me importó tocar la guitarra y mover la cabeza como ellos. Fue un sacudón.

P- Como haber elegido “Laura va” del Flaco, para cerrar el compacto, uno de los dos hermosos arreglos de cuerdas (“Te amo a pesar de todo” es el otro).

R- Sí, Guillermo (Cardozo Ocampo) hizo un trabajo maravilloso, es un capo. Admiro mucho a su papá (Oscar) y no imaginaba que iba a tener un hijo tan talentoso que condujo con maestría una orquesta de 21 músicos. La versión es hermosa, es un tango-canción de una calidad y una belleza inmensa. Siempre quise hacerla de la manera más parecida al original de Luis.

P- Me resultó una bella relación escuchar el disco y descubrir en sus temas que, como dice “Encuentro supremo”, “hubo algo que debía entregar”.

R- Es la única manera de llegar, para llamar la atención. Para que la gente sienta que puede dar, inventé esas palabras. Yo vivo en la Tierra y preciso mucho amor para dar. Necesito repartirlo, no me lo puedo quedar solo para mí, tengo que dárselo a un montón de gente, devolvérselo. El otro día subí al escenario (de La Trastienda) con un saco nuevo y dije al público que me lo había comprado gracias a ustedes… Cuando uno paga una butaca para ver a una persona que va a actuar y es un faro, la conexión del momento no se va nunca. Salís de ahí habiendo aprendido algo que yo enseño y por aprender transmito lo que siento.

Legado. “Me quedó un pilón de música afuera”, reconoce.

Después de siete años de tocar, David Lebón regresó al estudio para (re)encontrarse con los sonidos que lo acompañan desde siempre.

Ficha técnica

Un disco de rock

Título: “Encuentro Supremo”

Músicos: David Lebón en voz y guitarra, el tecladista Leandro Bulacio, Daniel Colombres en batería, el bajista Roberto Seitz, Gustavo Lozano en guitarras; invitado, Dhani Ferrón en voces

Temas: “Encuentro Supremo” abre con “Último viaje”, seguido por el tema le da título, el tres es “Juntos”, al que siguen “Las cosas que dijiste”, “Está todo bien”, “Perro negro”, “Latin Rumba”, “Te amo a pesar de todo”, “Todo crece”, “Volver a Cuba” junto a Marcela Morelo en voz, “Dr. Rock” y “Laura va”

Arreglos y dirección: Lebón / Bulacio. Bases, arreglos y orquesta, grabadas en Estudios ION; voces y guitarras, en Estudio Bulo

Mezclado: en Nómade Mix; masterizado en South San Francisco, California, EE. UU.

“Nunca me sentí un gran escritor. Soy sólo un tipo que ve y escribe lo que ve”.

“(El disco) es medio sucio, me gusta que suene así y salga todo en primera toma, nada de esas cosas tan difíciles de reproducir luego en vivo”.

David Lebón

PERFIL

Quién es David Lebón

Datos

Después de siete años de tocar, David Lebón regresó al estudio para (re)encontrarse con los sonidos que lo acompañan desde siempre.
“Nunca me sentí un gran escritor. Soy sólo un tipo que ve y escribe lo que ve”.
“(El disco) es medio sucio, me gusta que suene así y salga todo en primera toma, nada de esas cosas tan difíciles de reproducir luego en vivo”.
Nacido de madre rusa cosaca y padre con ascendencia vasco francesa, David Oscar Lebón (65) vivió su infancia en Ituzaingó, junto a tres hermanas. Allí inició su relación con la música, a los ocho, cuando para tratarse un problema de asma, partió a Estados Unidos. Allí integró los grupos The Alley Cats y The Lords of London.
Multiinstrumentista, compositor y cantante, fue parte de grupos trascendentales del rocanrol argentino como Pappo’s Blues, La Pesada del Rock and Roll, Pescado Rabioso, Color Humano, Espíritu, Polifemo, Seleste y la maravilla de Serú Girán, entre otros.
En 1985, 1995 y 2015 recibió el Premio Konex –Diploma al Mérito– como uno de los cinco mejores cantantes y autor/compositor de rock de la década.
Oscar Moro, El Flaco, Black Amaya, Billy Bond, Alejandro Medina, Charly García, Walter Malosetti, Nito Mestre, Claudio Gabis, Rinaldo Rafanelli, Pedro Aznar, Diego Rapoport, Guillermo Vadalá, Mono Fontana, Jota Morelli, Guille Arróm, Celeste Carballo, Enanitos Verdes, Fito Páez, Alejandro Lerner, Julia Zenko, Javier Calamaro y el Negro García López fueron compañeros de ruta de este enorme músico que desde 1982 viene desarrollando su trayectoria solista.

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