La revolución de las micro-máquinas made in Huincul

Una pyme creativa se dedica a fabricar equipos para determinadas acciones vinculadas a la industria petrolera.

Soy ingeniero electromecánico pero me considero más como un inventor. Porque en definitiva lo que hice toda mi vida fue diseñar equipos, desarrollar sistemas, proponiendo ideas innovadoras”. Así se define Juan Alberto Martínez, hoy titular de la empresa Micromolinos, con la cual diseña pequeñas herramientas y equipos que fomentan la actividad productiva.

Martínez es oriundo de Buenos Aires pero su espíritu creativo lo ha llevado por toda la Argentina y por distintos países de América. Desde noviembre del año pasado está radicado en Plaza Huincul y trabaja con sus dos hijos.

“En 2002 registré el Programa de Producción Industrial Comunitaria. Era un momento donde florecían las ferias del trueque, la gente necesitaba trabajar y con esta micro máquinas podía aspirar a producir algo”, explica. Hoy pretende que las empresas petroleras se muestren interesadas en el tema para sus programas de Responsabilidad Social Empresaria.

No es la primera vez que Martínez está en la zona. En 1997 fue convocado para hacer una inspección en la central hidroeléctrica de El Bolsón. “Bajamos un equipo robotizado, que podía ser operado a distancia y entrar a la tubería de carga. Pudimos detectar que el problema estaba en un punto de fuga y solucionarlo”, recuerda.

En aquel año fue entrevistado por “Río Negro” a raíz de otro de sus inventos: un vehículo sumergible, el ROV Pampa 1, con el cual pudo reparar un desperfecto a 50 metros de profundidad en el complejo hidroeléctrico Los Nihuiles de Mendoza. “Fue un desarrollo tecnológico de alto nivel, pero no pude continuar por falta de apoyo oficial”, se lamenta.

“Con las micro máquinas hemos hecho harina para celíacos, armado de equipos para biodiésel o para hacer aceite de oliva, deshidratado de frutas y hortalizas, y un sinfín de productos”, explicó y comentó que “hoy muchas familias del país están trabajando con estos sistemas, al igual que en Perú, Brasil y Paraguay donde he tenido una excelente recepción”.

Martínez precisó que se trata del concepto de “industria dispersa”, que tiene un desarrollo importante en Europa. “A veces no es necesario invertir millones de pesos en grandes estructuras que luego no generan tanto empleo. Por ejemplo Benetton tiene este sistema para la distribución de telas y modelos de ropa, como si fueran miles de operarios en una fábrica pero distribuidos en muchos lugares”, detalló.

En Plaza Huincul compró parte de una fábrica que estaba en quiebra. “Fui estafado pero no me rindo fácilmente. Con la cera de polietileno, que es un desperdicio del proceso petrolero, estoy haciendo tejas para techos. Es decir que creo un producto y a su vez colaboro con el medio ambiente”, señaló.

“Plástico, goma y metal son materiales que abundan aquí por la actividad petrolera. Mucho de esto se puede aprovechar para que con estas herramientas los jóvenes recuperen la cultura del trabajo”, comentó y explicó que “no porque sean herramientas pequeñas tienen una tecnología simple sino que son réplicas de equipos más grandes pero que se pueden operar fácilmente”.

Los logros

“Con la cera de polietileno, que es
un desperdicio del proceso petrolero, estoy fabricando tejas para utilizar
en techos”.

Juan Martínez no para de imaginar usos en lo que otros desechan.

Mundo Pyme Energía

Datos

1997
fue el año en que el ingeniero inventor fue a verificar una falla en la central de El Bolsón.
50
metros de profundidad logró en Los Nihuiles con un vehículo sumergible.
“Con la cera de polietileno, que es
un desperdicio del proceso petrolero, estoy fabricando tejas para utilizar
en techos”.

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