Enterrar los caños de hidrocarburos es una buena fuente de ingresos para Allen

La instalación de caños que trasladan la producción de hidrocarburos en el ejido de Allen se transformó en un jugoso ingreso de recursos para la comuna. Los permisos de zanjeo que YPF debe abonar ahora alcanzan sumas millonarias desde que se modificaron algunas de las normas sobre las que el municipio realiza los cálculos. En tres meses se recaudaron alrededor de 2 millones de pesos.

Que YPF, concesionaria del área EFO, perfore en Allen cada vez más pozos de gas no convencional le genera al municipio nuevos ingresos que van “por afuera” de las regalías hidrocarburíferas.

A modo de ejemplo, recientemente la industria abonó el permiso de zanjeo del tramo inicial de un gasoducto que tendrá 30 km. de extensión. La primera parte de esa obra, un “loop” de 5 kilómetros que en estos días comenzará a construir la contratista Mirasal, le dejó a la comuna más de $1.400.000 pesos por el zanjeo. Se calcula cuando el gasoducto esté finalizado la comuna podrá recaudar unos $ 9.000.000.

Desde hace unos cuatro meses y bajo la mirada de Oscar Martínez, secretario de Planeamiento y tal vez el único funcionario que conoce cómo se mueve la actividad hidrocarburífera, el Ejecutivo local tomó una serie de medidas que impactaron sobre de YPF.

Por un lado la administración local definió que todos los ductos que trasladen la producción de los nuevos pozos sean instalados sobre el espacio público (utilizando calles y caminos) y no en terrenos privados (por entre medio de las chacras), para que el Estado municipal pueda tener un control del tendido de las líneas. Pero además, como otras de las reglas que el municipio cambió, se modificó el valor del USAM (Unidad de Sanción Municipal) que es una de las variables sobre la que se calculan los permisos de zanjeo que YPF debe pagar cuando entierra caños en Allen y se sumó a la ecuación el diámetro de las cañerías.

Que el USAM ahora sea equivalente a un litro de nafta súper (antes tenía un valor inferior), elevó los costos de los permisos y por ende la recaudación de ese concepto que – indicó Martínez – se traducirá en obras públicas para la ciudad.

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