Entre el juicio y la 'cocina a fuego lento'

La crisis política agravada en Brasil por nuevas denuncias de financiamiento ilegal de la política reactivó la polémica sobre un eventual proceso de «impeachment» (impedimento o destitución) del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, una posibilidad rechazada en encuestas.

La apertura de un «impeachment» o juicio político contra Lula en el Congreso es impulsada por el Partido del Frente Liberal (PFL, conservador) y divide aguas en la Social Democracia Brasileña (PSDB, centroderecha) entre los que apuestan a la destitución y los que optan por el desgaste.

En tanto, el 63 % de los brasileños cree que no hay motivos suficientes para que el Congreso impulse la destitución de Lula, pese a las denuncias de corrupción y financiamiento ilegal contra el oficialista Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), según una encuesta de Datafolha divulgada ayer. La muestra indicó que casi el 29% sí opina que el Congreso debería desplazar a Lula de la Presidencia.

La bandera de la destitución de Lula fue enarbolada por el PFL y el alcalde de Río de Janeiro, César Maia, mientras que el líder del PSDB en el Senado, Arthur Virgilio, dijo que su partido no piensa por ahora en impulsarla pero podría respaldar la apertura del «impeachment» si lo pide la Orden de Abogados de Brasil (OAB).

Pero el Congreso, que debería conducir un eventual juicio político contra el presidente de Brasil, tiene mala imagen en la sociedad y el desempeño de diputados y senadores es «ruin» o «pésimo» para el 48% de los entrevistados por Datafolha.

Aunque la encuestadora recogió rechazo a una eventual destitución de Lula, en otro relevamiento divulgado ayer, por primera vez, dejó en duda que el presidente pueda lograr un segundo mandato en las elecciones de 2006, para las que hasta hace poco era claro favorito. Según esta última encuesta, si la elección presidencial fuera ahora, Lula vencería en primera vuelta pero perdería en segunda con José Serra, uno de los presidenciables del PSDB por 48% a 39% de Lula.

Otro presidenciable del PSDB, Aécio Neves, alcalde de Minas Gerais, había argumentado al comienzo de la crisis política, hace dos meses, en favor de una estrategia de desgaste del presidente. «Lula no es Collor», dijo Neves, en alusión a Fernando Collor de Mello, destituido en 1992 por corrupción mediante un «impeachment». La estrategia recomendada por Aécio Neves contra Lula, fue «cocinar al presidente a fuego lento y debilitarlo para la campaña (electoral) de 2006».

(Télam-SNI)

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