Entre populismos antagónicos

Ecuador decidió que los finalistas a la segunda vuelta presidencial sean Alvaro Noboa y Rafael Correa, el primero populista de derecha, el segundo populista de izquierda, opciones que además de demostrar una polarización de esta nación, evidencian un agotamiento de los partidos políticos tradicionales.

Correa volvió consigna de su campaña que triunfaría en una sola vuelta, lo que no ha ocurrido todavía en la democracia ecuatoriana, pero llegó segundo al balotaje, detrás del «oligarca» Noboa. Observadores políticos señalan que fue un gran error pues ahora, a pesar de ser finalista, se ve a Correa como perdedor.

Ecuador se mostró fragmentado, sin mayorías asentadas en las estructuras de los partidos y decidiendo el apoyo a los candidatos a última hora. A causa de esas decisiones tardías se presentó la sorpresa de la elección del domingo: Gilmar Gutiérrez, capitán, de 38 años, hermano del destituido presidente Lucio Gutiérrez, surgió desde los últimos puestos de intención de voto hasta el cuarto lugar . En lo que coincidieron los votantes en la víspera fue buscar el cambio. ¿Hacia dónde? La respuesta es una incógnita pero las opciones están dadas: la votación se concentró en los dos postulantes, de los 13 , que tomaron las posiciones más fuertes.

La estabilidad y las condiciones de gobernabilidad de Ecuador no están resueltas y queda la duda persistente de si el nuevo mandatario, que será elegido el 26 de noviembre tras una campaña que se avizora violenta, gobernará los cuatro años que establece la ley. No lo ha logrado ninguno de los presidentes que eligieron los ecuatorianos en la última década. (DPA)

 

SILVANA LARREA


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