Entregan comida para cerrar el paso a los saqueos

La sombra de desmanes puso en alerta a Neuquén. El microcentro fue un caos. Protestas frente al municipio y los híper. Un grupo levantó carpas para pasar la noche y otro volverá hoy.

La mayor tensión se registró cerca de las 16, cuando un grupo de familias del oeste golpeó las puertas de Topsy y pidió bolsas de mercadería.
NEUQUEN (AN) – Las protestas de desocupados pusieron una luz de alerta en la ciudad. La oportuna entrega de bolsas de mercaderías frenó la intimidante presencia de un centenar de personas frente un híper del microcentro y en otro los apaciguaron con la promesa de que hoy atenderán sus reclamos. Sin respuestas de ningún tipo, otro grupo de manifestantes optó por quedarse toda la noche frente al municipio en espera de la restitución de subsidios caídos. Armaron un piquete que cortó la circulación vehicular y prepararon el fuego para una olla popular. La Policía siguió los reclamos desde prudente distancia, con camionetas repletas de efectivos fuertemente pertrechados, aunque no se registraron desbordes.

Los momentos de mayor tensión se registraron a las 16, cuando un grupo de familias del oeste golpeó las puertas del Topsy de Juan B. Justo y pidió bolsas de mercaderías. El gerente les entregó 20, «pero somos noventa y todos tenemos hambre», le dijo el vocero del grupo. «Yo no puedo darles más, pero vayan a la otra sucursal», sugirió el gerente. La idea se aceptó y, efectivamente, horas después en la otra casa les entregaron una treintena de bultos, frutas y verduras. Así se superó el momento.

En el híper Norte, donde también pidieron alimentos, les dijeron que volvieran hoy, con una nota. Prometieron que regresarían sin falta. Los reclamos se hicieron sentir toda la jornada. Pero primó la calma, aunque los palos cruzados y las cubiertas listas para ser encendidas junto al monumento a San Martín, un efímero piquetes frente al Topsy de la calle Juan B. Justo y un corte en la esquina del híper Norte, en el sector del bajo, provocaron lógica preocupación y nerviosismo en los automovilistas. Desde el barrio Ciudad Industrial, en tanto, llegaban la noticias de que los manifestantes habían rechazado un propuesta de las autoridades para que levantaran el piquete que interrumpió el tránsito en la ruta a Centenario (página 8).

Las manifestaciones llegaron a reunir cerca de medio millar de personas, entre ellas mujeres, niños, jóvenes y ancianos, que ocuparon alternativamente como centro de acción el estratégico cruce de avenida Argentina y Roca, el frente del ministerio de Desarrollo Social, la delegación Rivadavia municipal, donde funciona la oficina de los planes Jefas y Jefes de Hogar, y los híper.

El reclamo es el mismo que vienen planteando desde la semana pasada: quieren ser reincorporados a los subsidios por desempleo. Pero la respuesta que han recibido también ha sido la misma: no hay posibilidades de reincorporados. Apenas la promesa del gobierno provincial de abrir nuevos listados para programas de empleos solventados con recursos propios y de la municipalidad de sumarlos al plan «Comer en casa», pudo contener la ansiedad. Pero no del todo. En el microcentro hubo dos grupos planteando el mismo reclamo: los 150 mensuales de los planes.

Uno lo conformaron alrededor de 100 vecinos de los barrios Almafuerte, Islas Malvinas y Villa Ceferino. Después de manifestar ante el municipio, a las 10, marcharon a las oficinas de Juan Zaldarriaga, el funcionario a cargo de los planes Jefas y Jefes de Hogar, luego fueron a Desarrollo Social y al final a los híper, a reclamar bolsos de mercaderías.

«¡Que nos atienda «Zapallito», que para algo le pagan 2.000 pesos!»

NEUQUEN (AN) – «El señor ministro no está», le respondió la empleada de Desarrollo Social a los desocupados que pedían hablar con Jorge Lara, para solicitarle desde planes de empleo a cajas de comida. Fue al mediodía de ayer y hacía rato que esperaban en la puerta del ministerio que alguien los recibiera.

-«Que nos atienda alguien con autoridad, porque Usted no nos da ninguna solución», replicó uno de los manifestantes, rodeado de compañeros, todos expectantes de obtener una respuesta a sus reclamos. Muy atento, un grupo de policías controlaba la escena sin intervenir, pero marcaba presencia.

-«Los colaboradores del ministro no están», argumentó una de las dos empleadas que habían salido a la vereda a atender a los vecinos de los barrios del oeste.

-«Bueno, por qué no se fija si está Micozzi, que otras veces ha sido él quien nos ha hablado en nombre de Lara», insistió el vocero de los vecinos. La respuesta fue también negativa.

-«¿Y el «Beto» Durán, está?», volvió a la carga el manifestante.

-«No señor, lo que pasa que los funcionarios están en el interior», dijo la empleada.

-«¡Entonces que nos atienda «Zapallito» Molina!. Para algo Lara le paga 2.000 pesos. Pero que alguien nos dé pelota. Cómo para ir a Estados Unidos están todos, pero para darnos un paquete de yerba no aparece nadie…», gritó otro de los manifestantes, cansado de las evasivas de las empleadas y dispuestos a obtener una respuesta a sus reclamos.

Le respondieron dos cosas: que aquellos que se «cayeron» de los planes Jefas y Jefas serán contenidos por la provincia y que no habrá nuevos subsidios. Con los ánimos caldeados, los desocupados pidieron que «al menos no entreguen algún bolsón o caja -de alimentos-, porque si hemos venido hasta acá no es porque nos guste, es porque no tenemos qué comer».

Esforzándose para sobrellevar un diálogo que por momentos se hacía muy tenso, las empleadas respondieron que en el ministerio iban a recibirles los listados de las personas que habían «caído» de los planes nacionales, para insertarlos en los subsidios provinciales, pero que los «bolso» y las «cajas» se las pidieran a «Manolo» Gschwind, en Acción Social.

«Nos siguen «pateando». Vamos a ir a pedir comida a los híper, entonces», dijeron los manifestantes y en caravana se fueron a reclamar bolsones de mercadería. Durante toda la tarde cortaron las calles y provocaron un caos en el microcentro. Otro grupo optó por apostarse frente al municipio, cortó la circulación y amenazó con quedarse toda la noche.


La mayor tensión se registró cerca de las 16, cuando un grupo de familias del oeste golpeó las puertas de Topsy y pidió bolsas de mercadería.
NEUQUEN (AN) - Las protestas de desocupados pusieron una luz de alerta en la ciudad. La oportuna entrega de bolsas de mercaderías frenó la intimidante presencia de un centenar de personas frente un híper del microcentro y en otro los apaciguaron con la promesa de que hoy atenderán sus reclamos. Sin respuestas de ningún tipo, otro grupo de manifestantes optó por quedarse toda la noche frente al municipio en espera de la restitución de subsidios caídos. Armaron un piquete que cortó la circulación vehicular y prepararon el fuego para una olla popular. La Policía siguió los reclamos desde prudente distancia, con camionetas repletas de efectivos fuertemente pertrechados, aunque no se registraron desbordes.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora