ENTREVISTA A JUAN OCTAVIO GAUNA: «Sin fueros, Saiz tendrá que ir a tribunales»

Tiene 70 años, es abogado y radical por tercera generación, con lo cual su apellido resulta todo un bronce. "Creo que me afilié antes de nacer", ironiza.

– ¿Cómo vive la intervención al radicalismo rionegrino a un año y medio de sucedida y terminada?

– No fue agradable. La intervención no es una figura agradable. Pero para el caso concreto no lo fue tampoco porque recibimos muchas agresiones por parte del gobierno radical, del doctor Saiz, del ex ministro de Gobierno, Iván Lazzeri, quien más nos hostigaba. Recibimos injurias, calumnias. Incluso denunciamos en el fuero penal al gobernador Saiz, quien nos dijo ladrones. Moure (otro miembro de la intervención) y yo tenemos un nombre, un honor que defender. La denuncia está invernada por los fueros que tiene Saiz como gobernador.

– Pero un día lo dejará de ser. ¿Ustedes la van a seguir cuando no los tenga?

– ¡Por supuesto!… tenemos todo preparado. Sin fueros, Saiz tendrá que ir a tribunales. Vamos a seguir la causa, sólo es una cuestión de tiempo. Tendrá que presentar pruebas de lo que dijo. Esto no va a pasar así nomás. La intervención también tuvo contracaras.

– ¿Contracaras?

– Claro, la de muchos radicales del partido permanente, radicales de siempre, que resistieron que se peronizara sumándose al kirchnerismo. En cada región, en cada pueblo o pueblito, siempre encontramos núcleos que resistían esa decisión, a los que la historia les ha dado la razón, dado el cariz antidemocrático que define el estilo de ejercicio del poder por parte del gobierno nacional… Soy injusto al nombrar sólo a algunos… Vienen del radicalismo de siempre, veteranos o no, que no están de acuerdo con que el partido se arrodille a los designios kirchneristas. Dirigentes o simples militantes… Selin Base, Fernando Chironi, Francisco Becich, Pancho Pérez Morando… un pibe joven con gran pasión por el radicalismo. Juan Correa, a quien yo conozco desde hace muchos años cuando él militaba en Capital Federal, donde organizó la Sección Tercera para Renovación y Cambio; la esposa de Juan, Olga Massaccesi; Juan Andrade y su esposa… Pedro Anzola, un radical de gran entereza que nos ayudó mucho en el manejo del Comité Central. Por esa colaboración Pedro tuvo que sufrir cuando se pretendió imputarle secuestro de personas, cuando gente de la juventud, por supuesto instrumentada desde el gobierno para entregar un memorial, entró al comité y después hizo ver como que Anzola los tenía secuestrados…

– Anzola secuestrador es algo así como que la Madre Teresa fue la encargada de iniciar a Ben Laden en el terrorismo…

– ¡Por supuesto!… Tuvo que ir a un Juzgado Penal a aclarar la situación. Todos estos radicales y muchos más, a lo largo y ancho de Río Negro, fueron gente de honor para con sus ideales, su partido… esa gente fue la contracara que conocimos como Moure (también miembro de la intervención), contracara a todo lo que nos hicieron desde los radicales que arreglaron con Kirchner. Hay que recordar que nosotros llegamos de cero y antes de las elecciones de octubre. Tuvimos que sufrir incluso la desfinanciación del partido, porque los 80.000 pesos mensuales que el partido tenía en aquel momento aportados por funcionarios, de golpe los radicales k de la provincia decidieron aportarlos a la Concertación, con la cual nos dejaron con 400 pesos mensuales. Desfinanciaron el partido y nos dejaron deudas, como por ejemplo no haberles pagado a los empleados del Comité Central. Se planteó una situación difícil con ellos, que tenían sueldos altos y nosotros no se los podíamos pagar… Esto sirvió para que los radicales k batieran la bandera de que echábamos gente. No los echamos: les dijimos que no les podíamos seguir pagando esos sueldos… Con Moure terminamos poniendo recursos propios para financiar al menos parte del funcionamiento del partido.

– ¿En algún momento a lo largo de la intervención pudo debatir ideas, reflexionar con Saiz, con los líderes de la peronización del radicalismo rionegrino, sobre la naturaleza del paso que habían dado, de la dialéctica que definiría al paso que habían dado?

– ¡No, jamás! Para con la intervención siempre tuvieron una actitud, cuando no reticente, de agravios. No tuvieron ánimo de escucharnos…

– ¿Relaciona esa conducta con los días de gloria que le generó al radicalismo k octubre del 2007?

– Sí, pero también tiene que ver con percepciones, con la relación que debe imperar en política en democracia. El único que tuvo una actitud directa fue Pablo Verani, quien al menos nos trajo la llave del Comité Central.

– La pregunta sobre las ideas se funda en la acentuada impresión que el radicalismo rionegrino, a diferencia incluso de otros radicalismos sometidos también por la crisis nacional del partido, no parece ser un partido que haga del manejo de ideas, y su trámite crítico, una herramienta esencial de la política. ¿Cuál es su opinión en esta materia?

– Creo que hay razones para creer que es como usted señala. Creo que tiene que ver con la permanencia en el poder, que termina siempre anquilosando a un partido. Se desvirtúa la acción política en su esencia más imprescindible: la creatividad, el remozar el pensamiento. Se burocratizan las decisiones, en el gobierno comienzan a primar los intereses privados por encima de los del conjunto y el poder tiene una concentración destinada, precisamente, a reproducir poder en función de la permanencia de los intereses de un grupo… Esquema conocido.

– ¿Usted cree que hay corrupción en el gobierno rionegrino?

– Mire, en la última etapa de la intervención emergieron las denuncias de la defensora del Pueblo, Ana Piccinini. Denuncias con fortaleza de argumentos. Estoy informado de que en esa dirección hay nuevas denuncias. Conozco a Ana de la Cámara de Diputados de la Nación… es una mujer firme. Creo que en Río Negro hay un radicalismo que ha devenido en desmedro de la calidad que requiere la política siempre, más en tiempos de crisis. Y el gobernador Saiz, bueno, tiene muy baja calidad de gestión.

– Usted reconoce que, en un marco de desdén con que el radicalismo peronizado de Río Negro trató a la intervención, al menos Verani habló con ustedes?

– Bueno, yo lo conocía de antes…

– ¿Qué le decía de Saiz, de su gobierno y la decisión de Saiz de transferirse como armas y bagajes al kirchnerismo?

– Y… me decía «yo lo hice concejal, lo hice intendente, lo hice gobernador: lo tengo que apoyar». Eso me decía.

– ¿Y usted qué le respondía?, ¿qué encuadre le daba a la justificación de Verani?

– Ideológico, claro. Si uno es democrático, no puede respaldar un proceso autoritario como el que lidera Kirchner. En esto no puede haber equívocos ni medias palabras. Mire, la intervención se manejó con mucho tacto ante el radicalismo k de la provincia y quieren realmente volver al partido, bueno: tienen que alejarse del kirchnerismo. La intervención, incluso al momento de la elección para intendente de Bariloche, respaldó con 4.000 votos, provenientes del radicalismo puro, a Gascón. Y ganó.

– ¿Verani volverá al bloque de la UCR?

– Si quiere estar de lleno en el partido, sí. Como Cobos, que tiene que renunciar a la vicepresidencia si quiere volver al radicalismo. Porque más allá de que el kirchnerismo lo hostigue de mil maneras, hay una pertenencia con el esquema de poder que es contradictoria con militar en una fuerza de oposición. No sin dificultades, el radicalismo vuelve con fuerza. Hay un interesante proceso de reorganización.

– Esta semana volvieron a sonar los tambores de guerra entre el Comité Nacional y el radicalismo peronizado de Río Negro. El Comité Nacional les advirtió que el horno no está para bollos. Concretamente, Morales les dijo que si quieren seguir siendo peronistas, que lo sean; pero que si quieren retornar al radicalismo como lo dicen, bueno, se definan. No hay matices. Agregó además que pueden volver a ser intervenidos. ¿Habrá intervención?

– Conozco la nota enviada por Morales a Jorge Pascual, presidente de la UCR rionegrina. También ahí se pregunta por qué Verani y el diputado Cuevas no se han sumado al bloque radical de sus respectivas cámaras. Verani siempre dice: soy radical, soy radical, pero sigue en la Concertación peronista.

– Morales, su presidente, parece encuadrar en el caso típico de esas conducciones políticas en las que sus propios déficits de poder favorecen sin embargo las gestiones muy desafiantes. ¿Es así?

– Es el hombre indicado. Firme y reflexivo. Se gana respeto precisamente por saber exactamente lo que hace y por estar lejos del personalismo. Como también se lo ganan los presidentes de las bancadas radicales en Diputados y Senadores: Aguad y Sanz.

 

«¡Doctor, el revólver!»  

Noviembre del ´35. En España se preparan para matarse sin asco. Será su Guerra Civil, que será de todos. Al resto de Europa, Winston Churchill le advierte que, de la mano de Hitler, Alemania se está trasformando en un problema. Nadie le cree.

En Argentina corren los días de la Década Infame. En Villa María, Córdoba, hay un médico flaquito. El ruedo del guardapolvo le llega a los tobillos. Figura enclenque, si se quiere. Pero en política, una furia. Ya sabe de cárcel y balazos. Se llama Amadeo Sabattini. Radical. Y en aquel noviembre del ´35 peleará por la gobernación con los conservadores del Partido Demócrata, liderados por Aguirre Cámara. «En Córdoba, el radicalismo no se muere», grita en cada esquina de la provincia. Le pide ayuda al Comité Nacional. «Necesito garantizar que los conservadores no asusten a la gente, que la gente vote. Si vota, los cagamos», dice. «Quiero que me mande pibes jóvenes para fiscales», acota.

Y desde Buenos Aires llegan 20 jóvenes abogados, cepa radical. Don Amadeo los recibe individualmente. Uno de ellos es grandote y bigotudo. Cuando termina de hablar don Amadeo, el joven gira para irse.

– Espere doctor, le doy esto. ¡La gente debe votar, doctor!- dice el caudillo cordobés y abre un cajón. Saca un 38 largo y una caja de balas. Se lo entrega al joven abogado que se lo pone en la cintura y se va.

Fue una votación dura la de aquel noviembre del ´35 en aquella Córdoba. El radicalismo defendió las urnas a balazos. Hubo 12 muertos aquí y allá. Aquel joven abogado se llamaba Gauna, padre del Gauna de esta página.

 

CARLOS TORRENGO carlostorrengo@rionegro.com.ar

CARLOS TORRENGO


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