«Era consciente del daño que producía»

Marcelo Mario Sagen asoló a Córdoba desde 1985, y desde unos meses a esta parte, se convirtió en el hombre más buscado del país. Hasta ayer, la Justicia, la Policía sólo contaban con un perfil realizado en base a la casuística y a las estadísticas.

Sagen tiene entre 1.68 y 1.75 metro de estatura, como decían sus víctimas. También algunas similitudes con los identikits que circularon el último año, aunque no tiene aspecto norteño como se decía.

Sin embargo, para los vecinos, «Marcelito» Sagen -como era conocido por todos en la cuadra de Montes de Oca al 2.800- «no se parece al identikit, si se hubiera parecido lo hubiéramos denunciado», dicen los que lo conocen. Pero sí pesa entre 75 y 85 kilogramos, como lo describieron las víctimas.

En las últimas horas se tiñó el pelo de rubio para dificultar más su identificación y por ende su detención.

Los vecinos confiaron a «la Mañana de Córdoba» que es un lúmpen, «todos sabemos que vendía autos robados». Sin embargo, reconocen que no demostraba ser sucio, ni menesteroso, tal como denunciaron sus víctimas.

 

«No es un loco»

Fuentes de la pesquisa, ni bien se enteraron de que el enemigo público número uno de los cordobeses era Sagen confirmaron que este sujeto no es un psicótico, ya que los psicóticos son los comúnmente llamados locos, en cambio este prófugo «tenía plena conciencia de lo que hacía, tenía ubicación témporo-espacial. Estaba conciente del daño que producía con cada hecho».

Quienes trataron años antes con Marcelo Sagen aseguran que «se trataba de un tipo de baja estofa, es como sospechábamos, un resentido que busca ser reconocido socialmente». Las cerca de 60 violaciones que le atribuyen desde 1985 -por la primera fue condenado- significaron cobrarle a la sociedad una deuda, que le pagaran lo que le debían.

A diferencia de las sospechas iniciales, Sagen no vivía solo ni con su madre, sino con su esposa y tres hijos varones y tres mujeres. Tal como aseguran los especialistas, las violaciones serían una forma de vengarse de las mujeres, incluso una vecina deslizó que la esposa del violador serial de barrio Nueva Córdoba, sería víctima de los ataques sexuales de este sujeto.

Otro dato que coincide con las predicciones de los investigadores policiales, judiciales y psiquiátricos es que este sujeto no actuaba en diversos períodos debido a que estuvo detenido o en un instituto neuropsiquiátrico.

 

¿Ritos perversos?

Los especialistas señalaron que «como todo perverso, el violador serial cumple con ciertos ritos». Pero en realidad, no cumpliría con un ritual perverso, sino que Sagen actuaba en la zona del Parque Sarmiento y Nueva Córdoba debido a que conocía muy bien el terreno donde sometió a sus víctimas.

Nunca cometió los hechos en un lugar desconocido, el serial siempre estudió de antemano la zona, particularmente el lugar donde iba a cometer el ataque.

Los psicólogos destacan que tenía relaciones sexuales completas, o sea que eyacula. Algo muy difícil en los casos de violaciones. Los delincuentes sexuales no gozan con el acto sexual, sino con el sometimiento y la desvalorización de las víctimas.

«Tiene antecedentes de otros delitos sexuales, por esa razón da con el perfil pre diagramado por los peritos -deslizó una alta fuente de la investigación-, Sagen no es un tipo que empezó a violar a los 30 años, sus delitos se remontan a 1985, todo un dato».

Nota asociada: VIOLADOR SERIAL DE CORDOBA: Cercado por la policía, el hombre más buscado del país se pegó un tiro  

Nota asociada: VIOLADOR SERIAL DE CORDOBA: Cercado por la policía, el hombre más buscado del país se pegó un tiro  


Marcelo Mario Sagen asoló a Córdoba desde 1985, y desde unos meses a esta parte, se convirtió en el hombre más buscado del país. Hasta ayer, la Justicia, la Policía sólo contaban con un perfil realizado en base a la casuística y a las estadísticas.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Comentarios