Era un partido de juveniles y terminó en escándalo 23-9-03
CIPOLLETTI (AC).- Un verdadero bochorno!, de milagro no terminó en algo mucho peor. Ocurrió el pasado sábado por la séptima fecha de la Liga Confluencia, en el encuentro de quinta división entre San Martín y Catriel.
Apenas habían transcurrido veinte minutos de un juego parejo e igualado en un tanto, cuando un defensor de San Martín agredió con un codazo a un delantero de los «petroleros».
Una jugada como tantas, mal intencionada por cierto, pero que el árbitro Ceferino Flores pudo frenar con una expulsión certera.
La mala ubicación del colegiado lo desacreditó para tomar la sanción disciplinaria, pero a instancias de uno de sus asistentes, Luis Salamanca, mandó a los dos jugadores a las duchas.
Ese fue el principio de un escándalo generalizado que incluyó a casi todos los protagonistas y se trasladó a los bancos de suplentes.
Allegados al cuerpo técnico local, encabezado por Héctor Zapata, aseguran que el entrenador de Catriel, Wálter Magallanes, agredió a uno de los chicos de San Martín.
Los visitantes esgrimen su justificativo, asegurando que «uno de sus jugadores estaba siendo golpeado por cinco personas, y en el suelo» La gota que rebalsó el vaso fue cuando los portones de acceso al campo de juego se abrieron y algunos padres también habrían participado de la escena. Este es otro de los puntos que no encuentran coincidencias entre quienes asistieron al estadio, ya que mientras los locales aseguran que la participación de terceros fue para «tranquilizar», la gente de Catriel afirma que todo fue «intencional y provocado por responsables de San Martín».
Era un partido de fútbol juvenil y terminó en un bochorno. El Tribunal de Disciplina de la Liga recibirá los informes de ambos clubes esta noche y tendrá una semana para dar su fallo.
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