Es abuso de poder

El proyecto de ley presentado por las diputadas rionegrinas Magdalena Odarda (ARI), Beatriz Manso y María Marta Arriaga (Encuentro) define a la violencia laboral como una forma de abuso de poder especialmente debido a que se ejerce en condiciones de desigualdad.

Entre sus manifestaciones mencionan como conductas típicas al autoritarismo, la fuerza, la coerción, las arbitrariedades, los excesos, la amenaza explícita o velada, la discriminación, la burla o humillación, las actitudes tiránicas, el trato ofensivo o degradante, el gritoneo o los llamados de atención intimidatorios, las actitudes denigratorias, la subvaloración, el acoso, el acoso sexual, entre otros.

Agregaron que estas actitudes de uso más común de lo que uno pueda imaginar suelen manifestarse en forma privada y también en público involucrando testigos que se convierten en cómplices silenciosos debido a su propia dependencia laboral.

En la fundamentación el proyecto destacó que la grave recesión económica se ha traducido en grandes reducciones de personal, poniendo fin a una de las tradiciones laborales como la aspiración de la gente de permanecer en una empresa durante toda su vida activa. «El fin de la seguridad del empleo y de los sistemas de antigüedad ha dado lugar a un incremento de las tácticas de amedrentamiento en perjuicio del personal de oficina y los profesionales», enfatizó.

Las diputadas agregaron que históricamente las mujeres son las que sufren mayor violencia y que la situación de supremacía del hombre considerada natural ha sido el medio cultural que favoreció esta actitud ejercida por un género sobre el otro. Puntualizaron que esta circunstancia se agrava cuando la mujer ingresa tardíamente al mercado laboral «sin poder alcanzar fácilmente cargos de poder y cuya escala al mismo suele ser víctima de todo tipo de violencia laboral llegando al extremo del acoso sexual».

No obstante señalaron que no es solo este caso extremo el que se observa cotidianamente «porque el abuso de poder en el ámbito laboral toma distintas formas y la mujer es víctima de violencia, humillación, degradación, minusvaloración, insulto, intimidación, en suma, de mayor desprotección». (AV)

Nota asociada: Pocos se animan a denunciar la violencia laboral

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