¿Es Chejov o Fellini? No, «Los Sopranos»

Se trata de una de las mejores series y más vistas de la televisión norteamericana de los 10 últimos años. Algunos especialistas la equiparan a obras cumbres de Federico Fellini y Antón Chejov. En los Estados Unidos ya se está emitiendo la tercera temporada. Por estos días, en la región, Cablevisión del Comahue hace un repaso a los años anteriores. Sus capítulos se pueden ver, sin codificar, en los canales 54 y 62, todos los días de 22 a 24.

LOS ANGELES (EFE).- La fiebre generada por la serie «Los Sopranos» se ha convertido en un fenómeno cultural imposible de detener ni con la conclusión de su tercera temporada ni con el río de cadáveres y violencia dejados a su paso.

No parece importar que los últimos trece episodios de esta serie centrada en las tribulaciones de una familia de mafiosos en el Nueva Jersey actual haya sido la más violenta.

A pesar de las críticas, el público no ha cerrado los ojos ante las imágenes de brutales asesinatos, tiros en la nunca o violaciones con los que la serie ha alcanzado su audiencia más alta: 5,5 millones de hogares en EEUU.

Y eso frente a la pequeña pantalla porque «Los Sopranos» han sido capaces de extender sus tentáculos fuera del televisor, donde vídeos, discos, camisetas o libros se han ido incorporando a la vida de muchos estadounidenses que incluso empiezan a utilizar el léxico de estos nuevos mafiosos.

«La serie ha dejado de ser un éxito para convertirse en un fenómeno», reconoce en la prensa Robert Thompson, del Centro de Estudios Televisivos de la Universidad de Siracusa.

La «Sopranomanía» es fácil de reconocer, con los rostros de sus protagonistas de manera continuada en los principales medios de comunicación y con referencias a esta serie entre la gente de la calle o sus políticos.

«Puedes preguntar a cualquiera y habrá oído de ellos», confirma el periodista Joy Behar.

Las miles de referencias en Internet parecen corroborar el impacto de la serie, centrada en la vida de Tony Soprano (James Gandolfini), un hombre que quiere a su esposa y a sus hijos pero no los entiende y que comparte con sus padres italianos su gusto por la buena pasta.

Pero, a diferencia de ellos y a pesar de sus ataques de pánico, Tony está a la cabeza de una familia violenta y mafiosa.

La revista «TV Guide» llegó a comparar la serie creada por David Chase con la obra de Federico Fellini, mientras que para el «New York Times» es una «obra maestra del pop», comparable con Chejov o las tragedias griegas.

«Está llena de personajes y situaciones con una dimensión sólo comparable con Dickens», añade el periódico neoyorquino.

Para los habituales del restaurante Piazza Luna de Nueva York, «Los Sopranos» es algo más tangible, como un buen plato de pasta.

En lo que llaman el «grupo de apoyo de los Sopranos», unos 30 comensales se reunieron el lunes en ese restaurante para una cena italiana de cinco platos que reprodujo fielmente el menú ingerido por los mafiosos durante el episodio emitido la víspera.

Como afirma Elaine Showalter, de la Universidad de Princenton, esta serie ha hecho que todo Nueva Jersey, estado-hogar de «Los Sopranos», «esté de repente buscando sus raíces mafiosas».

El mayor beneficio lo ha recibido el famoso «Bada Bing» en la película («Satin Dolls» en la vida real), club de strip-tease donde la familia Soprano pasa el rato y que ahora es destino de los que toman parte en la gira de tres horas que ya se ha organizado para recorrer el Nueva Jersey descubierto por la serie.

Aunque se quejan de que las chicas no están desnudas como en la serie, eso no impide las largas colas para comprar camisetas o gorras con las que cubrirse en recuerdo de este strip-club.

Sin embargo, no todo el mundo está entregado a «Los Sopranos» y la tercera temporada de esta serie que ahora ha concluido, si bien ha sido la más admirada por la crítica, también ha sido la más censurada desde diferentes frentes.

Un grupo de feministas boicotearon un acto público al que asistía el actor Joe Pantoliano después de que en su papel como el psicópata Ralphie en la serie matara a golpes a una joven embarazada.

Serphin Maltese, miembro del Senado por Nueva York, lleva a cabo una peculiar defensa de los italo-americanos y solicita que se suspenda. Pero sus peticiones no se han visto seguidas de una caída en las suscripciones al canal por cable HBO que emite «Los Sopranos».

Además está la Asociación en Defensa de los Italo-americanos, cuyas críticas contra los estereotipos de la serie no han llegado más allá de un titular de periódico.

«Esta es la vida de la mafia y, por mucho que nos guste esta familia, creo que ha sido valiente por parte de su creador tener el coraje de mostrar los crímenes horrendos de los que son capaces», subraya la actriz Lorraine Bracco, parte del reparto.


LOS ANGELES (EFE).- La fiebre generada por la serie "Los Sopranos" se ha convertido en un fenómeno cultural imposible de detener ni con la conclusión de su tercera temporada ni con el río de cadáveres y violencia dejados a su paso.

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