«Es seguro» el proyecto nuclear de Australia
Desde Viena, opina un experto de la OIEA. "Ambientalistas no apuntan a lo racional", dice.
Desde Viena, Austria, el científico asegura en diálogo con «Río Negro» que el proyecto para la construcción de un reactor de investigaciones médicas en las afueras de Sydney, Australia, es seguro desde el punto de vista técnico y que la Argentina está en condiciones de llevar a cabo ese trabajo. Además afirma que los elementos que podrían ingresar al país no pueden ser clasificados como desechos nucleares.
Boado Magan es egresado del Instituto Balseiro y llegó a la OIEA luego de aplicar para cubrir un puesto que se publicitaba por internet, en el sitio oficial del organismo. Se presentó y ganó. Trabajaba hasta ese entonces en el Invap, en Bariloche, donde vivió desde 1972. Sin embargo, asegura que su visión sobre el tema es objetiva.
– ¿Este es un proyecto seguro desde el punto de vista nuclear?
– Los australianos se han adherido a las últimas normas de seguridad para reactores de investigación, y no tengo ninguna duda de que va a ser un proyecto seguro. Esto no quiere decir que no tengan que hacer ninguna modificación de diseño, si así se requiere. Este es un sistema interactivo. Pero las barreras de seguridad que se están aplicando siguen las últimas normas, lo que hace los sistemas más confiables.
– ¿Cuál es la opinión que se tiene desde la OIEA acerca del conflicto que hay hoy en la Argentina en torno de este tema?
– La agencia no tiene una posición tomada al respecto, sólo la tendría si alguno de los dos países se lo requiriera, aunque yo no me puedo despegar de mi conocimiento sobre este tema.
– ¿Entonces cuál es su opinión sobre el tema?
– Lo que podemos ver acá es que los elementos combustibles no son realmente desechos radiactivos. Son elementos que tienen un valor agregado que algunos países utilizan. Por ejemplo el reactor de Bariloche opera desde su nacimiento con combustibles que habían sido usados en el reactor de Ezeiza. Yo tengo entendido que la Argentina sólo debía auxiliar a Australia. En el contrato hay una cláusula que ni siquiera especifica que el tratamiento debe hacerse en la Argentina. El tratamiento se puede hacer tranquilamente afuera o acá también, si fuera necesario, porque el país está preparado.
– ¿Cómo evalúa los planteos que condenan la construcción del reactor al aducir que se estaría poniendo en peligro a la población si estos combustibles gastados ingresaran al país?
– Creo que esos son planteos desmedidos. Las agrupaciones ambientalistas en este caso apuntan al corazón de la gente, a lo sentimental, y no a la cuestión racional. Creo que los ecologistas en este caso estarían actuando de manera equivocada. Ellos cumplen con un rol muy importante, que es el de salvaguardar la salud de la población y del medioambiente. Pero este debate se debe centrar en la verificación de la aplicación de las medidas de seguridad acordes con la actual tecnología. Apelar a argumentos que no profundizan en lo técnico, me parece que es riesgoso y que limita la posibilidad de trabajo de los argentinos.
– ¿A qué se refiere con que apuntan al corazón de la gente?
– A que todo el mundo quiere proteger el medioambiente, el público y el personal. Pero eso no quita que la Argentina no esté en condiciones de hacerlo. Algunos dicen, sólo por decir, que sólo los países desarrollados están en condiciones de llevar a cabo actividades de este tipo. Pero eso, como está planteado, es falso. Esta gente tiene que saber que la Argentina es un país desarrollado en materia nuclear.
¿Desechos nucleares?
– ¿Considera que este acuerdo es violatorio de la Constitución?
-En principio diría que no, aunque no conozco la letra chica constitucional. Sólo tengo en claro que si la discusión es porque está prohibido el ingreso de desechos nucleares, los combustibles gastados no se atienen a esa clasificación.
– ¿Por qué no?
-Porque en realidad ni siquiera debería hablarse de combustible gastado, sino más bien de combustible utilizado. No es un desecho nuclear porque, básicamente, no es un desecho. Se debe diferenciar un desecho radiactivo de elementos combustibles utilizados. Estos son elementos que se irradiaron en un reactor, pero que mantienen su integridad. Por lo tanto, una vez que se reciben esos elementos combustibles lo que se hace es reducir el volumen del material radiactivo, ya que el objetivo es que no se pueden guardar grandes volúmenes. Y todo lo que se trata se devuelve a origen. En la Argentina no queda nada.
– ¿La Argentina está capacitada para hacer este tratamiento?
-Por supuesto que sí. El país tiene el personal idóneo -al que yo lo conozco personalmente-, tiene las instalaciones -que son celdas especiales- y tiene la experiencia anterior de haberlo hecho, lo que constituye argumento suficiente para hacerlo. Argentina puede manejar esto.
Lucas Colonna
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