Es tuya Juan (Román)

¿Qué esconde el 'Torero' tras la capa? ¿Alguien podrá anticipar cuando será la estocada? Preguntas y más preguntas que alimentaron la incertidumbre gaúcha en la noche de Porto Alegre.

Claro está que las respuestas, Gremio nunca las encontró. Como tampoco las hallaron aquellos que fagocitados por el exitismo despiadado, condenaron a Riquelme y su parsimonia después del Mundial. «Es lento…», fue el dictamen lapidario, como si el solo hecho de ser rápido fuera sinónimo de brillantez y genialidad.

Necio sería negar que JR no fue en tierra germana lo que sí fue en este semestre en Boca. Pero de ahí a dudar de la capacidad de un futbolista que siempre parece estar una jugada adelantado al resto, es casi un sacrilegio.

El orgullo de potrero de Riquelme fue profanado por los mismos que no dudaron de elegir a Bruno Marioni por sobre el histórico Martín Palermo, cuando en los torneos de verano, 'Barullo' marcó un par de goles que contrastaron con una pequeña sequía que sufrió el que finalmente fue el goleador del Clausura.

Cuando el ¿maltrecho? Riquelme llegó a La Ribera desde el Villarreal, con el Clausura ya en marcha, Boca le había ganado en el debut a Banfield por 4 a 0. El agorero al que el árbol le tapa el bosque, salió a gritar a cuatro vientos. «¿Y ahora? ¿Qué hacemos con Riquelme? Si sin él estamos bien…».

El hechizo del éxito precoz siempre se trae algo bajo el poncho. Es tan efímero como traicionero. Y tener a un jugador como Riquelme, siempre será una bonanza a largo aliento.

WALTER RODRIGUEZ


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