«Esa onda snob de revalorizar el cine argentino»
Lucrecia Martel, directora de "La Ciénaga", el filme argentino premiado en el reciente Festival de Berlín, adelantó a "Río Negro" que ya está trabajando en su próxima película, que tratará sobre un grupo de adolescentes.
NEUQUEN (AN).- «Ahora hay una cosa que es muy injusta y muy argentina, que es como una onda un poco snob de revalorizar al cine argentino y yo no estoy tan convencida de que las películas del pasado hayan sido todas malas».
La velada queja surge de boca de Lucrecia Martel, la directora de «La Ciénaga», la película que mereció el premio Alfred Bauer al mejor debut cinematográfico en el Festival de Berlín.
La realizadora visitó ayer Neuquén con el fin de apoyar el estreno del laureado filme en esta ciudad .
Confió, en una charla con este diario, que está convencida que actualmente en el cine nacional «están apareciendo directores muy distintos con propuestas que a mi me resultan muy atractivas y hubo una época donde no me pasaba todo eso».
Martel, que es muy joven y fue la responsable del programa de televisión «Magazine for fai» lamentó que «hay una cosa muy argentina de aceptar el consumo de un montón de cosas desde afuera, en el cine sucedió lo mismo y la gente asocia más fuertemente el cine con el idioma inglés y con la estructura narrativa norteamericana».
Sobre el contenido de su ópera prima protagonizada por Graciela Borges, Mercedes Morán y Juan Cruz Bordieu, deslizó que «lo que trata es de los vínculos familiares, de las relaciones que existen entre las personas de estas dos familias de la historia».
Aclaró, por otra parte, que en la película el relato está construido a través de la acumulación de detalles «y el espectador va descubriendo las cosas, nada está explícito».
Sorprendida por la reacción tanto del público como de cierta prensa, la cineasta explicó que cuando se estrenó la película, «algunos medios dijeron que tiene una cuota sexual muy alta, a pesar de que no hay nada explícito».
La forma de construcción del relato, el estilo austero y despojado de la película fueron para Martel algunos de los factores que atraparon la atención de la crítica especializada en Berlín.
«Les parecía muy mórbida, muy barroca y muy austera al mismo tiempo y en Berlín me di cuenta de que la película es universal», confesó.
Sobre el escaso apoyo que recibió de parte del Instituto de Cine, Martel admitió que «la gente de la gestión de Márbiz me dio el crédito más chico que se dio en ese período con argumentos bastante injustos donde decían que no me daban más porque no tenía experiencia y eso era estúpido si era mi ópera prima, mi primer película y mi único antecedente era un corto que había ganado muchos premios afuera».
Con diversos planes en su agenda, adelantó a este diario su nuevo proyecto cinematográfico.
Tiene en mente producir «una película sobre adolescentes que se podría llegar a coproducir con una cadena francesa y estamos en conversaciones para poder llevarla a cabo aunque tendríamos que ponernos de acuerdo en un montón de cosas».
A modo de adelanto confió que «se trata de un relato de adolescentes de parroquia exaltada místicamente y que están en el momento de despertar sexual, en la edad de la pubertad».
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