Escándalo de espionaje en el Deutsche Bank

Hicieron seguimientos a miembro del directorio y a accionista crítico

FRANKFURT, Alemania.- El primer banco de Alemania, Deutsche Bank, se ve implicado en un nuevo escándalo de espionaje, actualmente bajo investigación, que forzó la partida de dos ejecutivos.

El jefe de la seguridad del banco y el jefe de relaciones con los inversores «han abandonado la sociedad», indicó ayer una fuente financiera.

Consultado por la AFP, Deutsche Bank no comentó la información, e indicó que espera el informe definitivo de una investigación interna abierta el pasado mayo y confiada a un gabinete exterior.

Un portavoz del banco confirmó sin embargo que la fiscalía de Frankfurt, donde tiene su sede Deutsche Bank, examina actualmente los datos transmitidos por la autoridad pública regional encargada de la protección de datos personales.

Ésta explicó a Deutsche Bank que quiere más informaciones a propósito de dos casos, y que ya ha transmitido elementos a la justicia.

Según el diario económico Handelsblatt, los casos se refieren a un presunto espionaje al miembro del directorio Hermann-Josef Lamberti y al accionista Michael Bohndorf, muy crítico.

Por el momento, Deutsche Bank sólo ha reconocido oficialmente un caso de espionaje, contra un sindicalista que formaba parte de su consejo de vigilancia, y del que sospechaba que filtró información en 2001. El banco se disculpó ante el sindicalista, Gerald Herrmann.

Según la revista Der Spiegel, unos detectives «vigilaban los movimientos» de varios ejecutivos del banco, además de Herrmann y Bohndorf. En el seguimiento pudieron estar implicadas varias agencias de detectives, entre ellas una que estaría dirigida por un ex agente de la Stasi, la célebre policía secreta comunista de la extinta Alemania oriental.

Deutsche Bank recurrió incluso a «cebos femeninos» para encontrar «las debilidades personales de ciertos accionistas», según la revista.

En los últimos años salieron a la luz varios casos de espionaje en grandes empresas alemanas, a saber el gigante de telecomunicaciones Deutsche Telekom, la compañía nacional de ferrocarriles Deutsche Bahn y la cadena de distribución Lidl.

Lidl fue multado con casi 1,5 millones de euros (2,1 millones de dólares) en septiembre tras conocerse que había instalado cámaras ocultas en sus locales para vigilar a su personal. Según la revista Stern, los empleados fueron grabados mientras usaban los baños. También se siguieron sus conversaciones durante las pausas de descanso y se vigilaron las amistades de los trabajadores fuera de su trabajo. (DPA y AFP)


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