Escándalo en el allanamiento tras un asalto

Los sospechosos apedrearon a un móvil policial.

NEUQUEN – Durante un escandaloso allanamiento en el que abundaron gritos, insultos, empujones y ladrillazos contra los patrulleros, la Policía arrestó a una pareja de hermanos por su presunta participación en el robo a una farmacia. Sin embargo, no se descarta que se hayan equivocado de personas.

Los sospechosos fueron identificados como Susana y Ramón Mansilla, y se los vinculó con el robo a la farmacia Sol y Luna ocurrido ayer a la tarde. La mujer debía ser trasladada en un patrullero con personal femenino que chocó cuando se dirigía al operativo. Por eso efectivos masculinos se hicieron cargo de ella.

Todo comenzó a las 17.35, cuando una joven pareja ingresó a la farmacia ubicada en avenida del Trabajador y Jarillal. Al parecer la actuación de un hombre y una mujer es una nueva estrategia de los asaltantes, porque llama menos la atención. Ya han ocurrido otros casos similares.

Al propietario, cuya identidad no trascendió, le llamó la atención que vistieran camperas en una tarde tan calurosa, pero como en ese momento estaba conversando por teléfono con un cliente no pudo detenerse a pensar demasiado en el detalle.

Su charla telefónica fue interrumpida abruptamente por el joven, quien con una mano le cortó la comunicación y con la otra en la que esgrimía un revólver, le apuntó a la cabeza. «Mira lo que tengo…», le dijo.

Un chico que estaba detrás del mostrador se asustó al presenciar la escena y escapó. El robo, primero que sufre la farmacia en el año que lleva en el lugar, duró un instante: el que demoraron los delincuentes en apoderarse de los 300 pesos que había en la caja.

La pareja huyó, pero justo pasaba por el lugar un patrullero de la comisaría Tercera. Según fuentes policiales, los efectivos reconocieron a los asaltantes como «los hermanos Mansilla», quienes tendrían antecedentes. Incluso uno de ellos estuvo detenido hasta hace dos meses en esa unidad según informó su jefe, Moisés Soto.

La cuestión es que varios móviles se concentraron frente a la vivienda de Antártida Argentina 3060, a metros de Collón Cura, domicilio de los Mansilla. Poco antes de las 19 estuvo brevemente en el lugar el juez Alfredo Velasco Copello, quien autorizó el allanamiento y se retiró.

El operativo tuvo sus complicaciones. En el domicilio había varias mujeres, las que insultaron por igual a policías, vecinos y periodistas que observaban lo que sucedía.

Primero se llevaron detenido a Ramón Mansilla, a quien sacaron de la casa con el rostro cubierto. Sus hermanas gritaban: «más vale que no le peguen», y no había promesa que las calmara.

El problema fue retirar a la otra sospechosa. Esa tarea se la asignaron a un Renault 12 que viajaba hacia el lugar con un suboficial y una mujer policía, pero en la esquina de Gatica y ruta 22 protagonizaron un choque con un Peugeot 405 y volcaron.

La situación en la vivienda de los Mansilla era, para ese entonces, casi insostenible. El griterío de las mujeres podía escucharse claramente desde la calle de modo que se resolvió trasladar a la sospechosa como sea. Entre cuatro policías la agarraron de los brazos y las piernas y la cargaron por la fuerza en un celular. De nada valió que la joven gritara «me duele la pierna».

Es que según pudieron ver los periodistas, la joven camina con dificultad por una renguera en la pierna izquierda. Ese detalle no fue advertido por un testigo directo del robo a la farmacia.

Otro detalle que llama la atención es que ese testigo, que vio cara a cara a los ladrones y luego habló con «Río Negro», dijo que la mujer asaltante tenía el pelo corto y rubio. Y Susana Mansilla tiene el cabello muy largo y color castaño.

Además, en la vivienda no encontraron ni el arma ni el dinero robado.

Tras las detenciones su madre y sus hermanas redoblaron los gritos y amenazas, y arrojaron un ladrillazo que impactó contra un patrullero. También insultaron a las vecinas que se asomaron a ver qué sucedía.

«Ustedes no saben lo que es vivir aquí», dijo con pesar un vecino.


NEUQUEN - Durante un escandaloso allanamiento en el que abundaron gritos, insultos, empujones y ladrillazos contra los patrulleros, la Policía arrestó a una pareja de hermanos por su presunta participación en el robo a una farmacia. Sin embargo, no se descarta que se hayan equivocado de personas.

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