Escaso apoyo al «levantamiento» en Ecuador

QUITO-El inicio del «levantamiento» convocado por indígenas y otros movimientos sociales contra la política económica del presidente, Gustavo Noboa, no alteró la normalidad en el país, aunque sus promotores advirtieron que sus acciones serán progresivas.

Los indígenas advirtieron que tienen un «plan secreto» con «todo previsto y programado», para el éxito del levantamiento iniciado esta madrugada y que en sus primeras horas pasó prácticamente desapercibido.

«Muy pronto Ecuador está paralizado», advirtió el presidente de la Coordinadora de Movimientos Sociales, Napoleón Saltos.

La primera jornada del llamado «levantamiento popular» se desarrolló sin graves incidentes y no se registraron los cortes de carreteras de manifestaciones anteriores. A pesar de las advertencias, el suministro de productos básicos fue el habitual en las principales ciudades, pero se registró un movimiento especulativo de precios.

Los tradicionales cortes de carreteras y presencia de indígenas en las vías del interior del país fueron inexistentes, pero los transportistas interprovinciales informaron de poca afluencia de pasajeros ante el temor de problemas por las anunciadas protestas. El suministro de servicios públicos fue normal, así como el despacho de combustibles.

El presidente de la estatal «Petroecuador», Rodolfo Barniol, aseguró que hay «mucha normalidad» en la distribución de carburantes y garantizó la entrega de combustible en todo el país.

Las actividades laborales, comerciales y la banca en las ciudades de Guayaquil y Cuenca tampoco registraron problemas, mientras desde la provincia tropical de Manabí se informó de algunas dificultades en el suministro de alimentos en los mercados.

No obstante, la policía logró controlar un brote de violencia en los alrededores de la universidad de Guayaquil donde se protestaba contra la política económica del Gobierno.

Los medios informativos atribuyen la tranquilidad en la primera jornada a una estrategia que forma parte de un «plan secreto» e incluso uno de los dirigentes advirtió que «nadie diga que no va a pasar nada , eso se seguirá viendo de a poquito».

Los representantes de indígenas y de los movimientos sociales reafirmaron su posición, pese a las advertencias de Noboa de aplicar la ley contra quienes alteren el orden, e insistieron en que las movilizaciones serán paulatinas y pacíficas.

Aseguran que mantendrán sus protestas hasta que el Gobierno derogue la polémica ley de Promoción de Inversiones y Participación Ciudadana (Trole II), pues consideran que propicia las privatizaciones indiscriminadas, extremo rechazado por el Ejecutivo.

Asimismo, rechazan la «dolarización» y la desaparición del sucre (moneda local) prevista para el próximo día 9, fecha en la que el dólar será definitivamente el patrón de intercambio.

Los manifestantes se oponen, además, a la presencia de militares estadounidenses en la base aérea de Manta (oeste de Ecuador), desde donde luchan contra el narcotráfico en la región, ya que consideran que es una violación de la soberanía.

El ministro de la Administración, Marcelo Santos, hizo un llamamiento al diálogo a los dirigentes indígenas, y aunque reconoció que los problemas de Ecuador no se han superado, se mostró optimista con la recuperación económica.

Noboa y las más altas autoridades del Gobierno, junto a los representantes de las Fuerzas Armadas, mantuvieron ayer una sesión reservada en el Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), y se presume que analizaron el desarrollo de las protestas. Por su parte, la Asociación Permanente de Derechos Humanos (APDH) apoyó el llamamiento a un «diálogo nacional urgente y sin condiciones». (EFE)

El dólar por el sucre, a la fuerza

El dólar estadounidense ha desplazado de manera «contundente» a la moneda ecuatoriana, el sucre, en medio de un elevado descontento ciudadano, reveló ayer una encuesta.

De acuerdo al sondeo, el 63 % de las transacciones en Quito, Guayaquil y Cuenca, las principales ciudades del país, se efectúan en dólares, el 28 % en las dos monedas y un 9 % en sucres.

Puntualiza, no obstante, que si bien la imposición del dólar es contundente, las dificultades del cambio de moneda no se superan. Entre estas figuran la falta de moneda fraccionaria, el desconocimiento de ésta, las dificultades de conversión de sucres a dólares y la falta de práctica en el manejo de las nuevas monedas.

Según el sondeo, una gran mayoría desconoce que el 9 de septiembre es la fecha límite para la vigencia del sucre, sobretodo en las ciudades de menor población y en las áreas rurales.

Un 12 % se mostró indiferente y un porcentaje similar dijo estar «contento» con la nueva moneda, indica el sondeo de opinión realizado a 1.082 personas en Quito, Guayaquil y Cuenca, ciudades que concentran el 60 % de la población urbana y el 80 % de la actividad comercial e industrial del país.(EFE)