Escenas de horror y gestos de solidaridad se vieron en Once

Desesperados intentos por reanimar a heridos.

DyN

BUENOS AIRES.- Pasajeros aplastados en vagones por horas con gritos desgarradores e improvisados voluntarios protagonizaron las principales escenas del accidente ferroviario ocurrido en la terminal de Once, que se convirtió en una sala de emergencias con técnicas de reanimación y otras maniobras médicas de urgencia.

“Apúrense que se nos va”, gritó el director general del SAME, Alberto Crescenti, a las 11.30, cuando vio que cerraba los ojos un hombre que era cargado en una camilla en la salida de la estación ubicada frente a la plaza Miserere, a pocos metros de un cronista de DyN.

Los enfermeros, de inmediato, bajaron la tabla sanitaria y un médico, desesperado, comenzó a efectuarle técnicas de reanimación, al tiempo que otros heridos pasaban a un lado en camillas del mismo sistema de atención de emergencias.

Cuando parecía que había muerto, el pasajero reabrió los ojos y el profesional exclamó: “Lo recuperamos”.

Surgieron en ese instante tal vez las únicas sonrisas de satisfacción de la jornada trágica, que comenzó cuando un tren de la línea Sarmiento con cientos de pasajeros, a una “velocidad anormal” para el último tramo de su recorrido, chocó contra uno de los paragolpes de la terminal poco antes de las 8.30.

Así lo relató Alfredo Velázquez, de 33 años, quien permanecía en uno de los andenes de la estación cuando ocurrió el accidente ferroviario. “Vi venir al tren y empecé a gritar porque me di cuenta de que su velocidad era anormal para la curva de las vías previa a la plataforma. Las otras personas que estaban en los andenes creían que yo estaba loco. Pero lo vi todo”, resaltó el hombre, oriundo de Morón.

Velázquez detalló que, pese al siniestro, “se abrieron las puertas de la formación”.

“Pero las personas aplastadas en los vagones gritaban de desesperación, por lo que rompí dos ventanas a patadas y saqué a varias mujeres”, relató Velázquez, quien dijo haber visto a los cadáveres de cuatro pasajeros “en el segundo vagón” del tren.

El hombre, aún nervioso, precisó: “Vi a dos mujeres de unos 40 años y dos jóvenes de 28 fallecidos”.

“Había sangre por todos lados y, en muchos casos, las cabezas de los pasajeros habían quedado aprisionadas por los marcos de las ventanas”, detalló Velázquez, quien agregó que las lesiones “más comunes” entre los viajeros eran “las fracturas”.

Por su parte, un pasajero que viajaba en el tercer vagón del tren relató el momento de la colisión: “Estaba parado y siento un estruendo tremendo, como el de una explosión, y vuelo al menos diez metros. Caí en el interior de otro vagón, porque íbamos en una formación vieja, de las que no tienen puertas divisorias”.

“Encima de mí, cayeron otras personas y, no sé cómo, pude salir de la base de esa montaña humana”, enfatizó Marcelo Ordóñez, de 37 años, domiciliado en Merlo, en diálogo con DyN.

Precisó que, pese a quedar “mareado”, rompió ventanas a través de las cuales comenzó a sacar a “mujeres y niños”.

“Fue terrible. Las cabezas estaban llenas de sangre. La gente se me caía arriba, como una avalancha. Como si todos me pegaran trompadas. Los vidrios estallaron. Veía personas con las piernas rotas, las caras ensangrentadas. Fue un horror”, contó Carmen, que viajaba en el primer vagón.

“Se sintió una explosión terrible, yo me encontraba en el medio del furgón y toda la gente se me vino encima”, señaló Teresa quien se había subido a la formación en Ciudadela. Y añadió que “en Floresta el tren se pasó de la parte donde están los andenes y tuvo que retroceder”.

Lo mismo comentó Elizabeth, quien describió que inmediatamente después de sentir “como una explosión se rompieron los vidrios y comenzaron los gritos”.

“Yo subí en Floresta, me di cuenta de que el tren había tenido que retroceder pero no me importó, uno no se imagina que pueden pasar estas cosas”, declaró.

(DyN/Télam/DPA)


DyN

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora